Las vacaciones son esa mágica época del año que esperamos con ansias. Todos sabemos que no hay nada mejor que planear unas escapadas, sea para desconectar o para compartir momentos con nuestros seres queridos. Pero, ¡ay! Los aeropuertos. Ese universo paralelo donde el tiempo parece detenerse y el estrés se multiplica. Los días de gran afluencia, como Navidad, Semana Santa o el caluroso verano, transforman un simple trayecto en una experiencia que a veces se siente como una película de terror.

Según la ex azafata Paula S. Adams, quien trabaja ahora en un centro de negocios online en Dubái, hay un truquito que podría pasar desapercibido, pero que puede ser el salvador de tu paz mental: no llevar demasiado equipaje. Y no, no estamos hablando de hacer malabares entre tres pares de zapatos y seis blusas para un viaje de cuatro días. Vamos a profundizar en esto.

Aeropuertos: el nuevo parque de diversiones

Algunos de ustedes deben recordar esos días en que la emoción de viajar era tan intensa que se olvidaban de todos los trámites previos y el caos que los esperaba en el aeropuerto. Sí, yo también he estado ahí. Una vez, en un vuelo a París, llegué tan emocionado que decidí llevar toda mi colección de ropa «¡por si acaso!» La maleta era tan pesada que no solo tenía que pagar por el exceso, sino que también me sentía como un caracol intentando escapar de su caparazón. Lección aprendida.

¿Por qué menos es más?

Imagínate que llegas al aeropuerto en un día de locos. Las colas son kilométricas. Las pantallas de información parpadean con retrasos. La última cosa que necesitas es lidiar con equipaje que podría usarse como condena en los aeropuertos. Paula explica que al no tener que facturar, ahorras un tiempo valioso. “En las vacaciones, los aeropuertos están muy concurridos. Esperar en colas para facturar puede llevar más tiempo del que pensarías”, dice. Y eso es solo la primera parte de tu viaje.

Estrategias para un vuelo sin dolor

Siempre he creído que la clave para un buen viaje es tener un plan, así que aquí te dejo algunas estrategias para evitar el agobio habitual del aeropuerto.

1. La elección de la maleta: amigos o enemigos

La maleta de cabina es un gran aliado, pero si la llenas hasta el tope, puede convertirse en la madre de todos los conflictos. He sido testigo de múltiples confrontaciones entre pasajeros tratando de meter sus maletas en los compartimentos superiores. ¡Es un espectáculo digno de un reality show! Paula subraya que tener una maleta compacta es fundamental, no solo para tu comodidad, sino también para la de los demás.

2. El arte de organizar: clasifica y conquista

Tómate un tiempo antes de empacar y organiza tu maleta. Si tus zapatos y ropa están bien distribuidos, no solo minimizarás el desorden, sino que también evitarás esa sensación de desesperación al abrirla y encontrarlo todo hecho un revoltijo. ¿A quién no le ha pasado que al abrir la maleta todo parece una bomba de tiempo? Hacer uso de pequeños organizadores de tela puede ser un comodín.

3. Conoce el espacio aéreo: selecciona tu lugar

La selección de asientos es clave. Trata de sentarte lo más cerca posible de la salida. Si eres una de esas personas que se obsesiona con el asiento del pasillo, asegúrate de que tu maleta esté bien colocada. Spoiler: no serás el único con esa idea, así que tienes que ser cívico. Ya sabes a lo que me refiero. Tener un poco de paciencia al embarcar o desembarcar nunca está de más.

Comportamiento en los aeropuertos: el don de la empatía

A veces, el estrés provoca que las personas se olviden de sus modales. Imagina esto: estás en una larga fila de espera, y de repente, alguien decidido a cortar camino. Llevé a cabo un verdadero ejercicio de respiración para no soltar un par de improperios.

Consejos de comportamiento

  • Respeta el flujo: No interrumpas la fila si vas a sacar tu maleta de un espacio más atrás en el avión. Esto no solo irrita a los demás, sino que retrasa el proceso.

  • No a los enfrentamientos: Si tu maleta no cabe en el compartimento, recuerda que puedes solucionar el problema con comentarios amables y un poco de sentido del humor. Piénsalo: siempre puedes ofrecerle tu maleta a tu amigo de dos filas atrás. Solo asegúrate de que no sea un extraño que se apodere de ella.

La experiencia posterior al vuelo: desembarque sin estruendo

Aterrizas, y aunque puedas sentir que te has ganado un maratón, la aventura aún no ha terminado. Paula menciona que los pasajeros suelen hacer cola para desembarcar sin pensar que hay un orden y que hacerlo puede hacer la vida más fácil para todos.

Consejos para desembarque eficaz

  • Desembarcar por filas: La paciencia es una virtud, y es particularmente útil cuando desembarcamos. Espera a que tu fila sea llamada antes de levantarte. Es más seguro y menos estresante.

  • Ingenuidad al recuperar el equipaje: Si has llevado una maleta, ten en mente que puede ser necesario un poco de espera para su recuperación. La vida es corta, pero la cinta de equipajes puede ser muy larga.

Reflexiones finales: el viaje es parte de la experiencia

Así que, amigos viajantes, a la hora de planificar esas esperadas vacaciones, no olviden que en el fondo, todo comienza y termina en el aeropuerto. Un poco de organización, respeto y empatía no solo harán que su experiencia sea más placentera, sino que también podrían evitarnos a todos una gran dosis de estrés.

Recuerda: lo más importante no es dónde llegues, sino cómo lo haces. Y, por favor, no seas el que causó la disputa sobre el espacio del compartimiento. Todos estamos en la misma aventura, tratando de hacer que el viaje sea tan placentero como el destino.


Así que, ¿listo para la próxima aventura? Con estos consejos y un poco de sentido del humor, ¡tus días de aeropuerto pueden ser casi placenteros! Nos vemos en los cielos, amigo, pero antes de eso, intenta llevar solo lo esencial.