En un mundo donde los cambios laborales ocurren a una velocidad de vértigo y la incertidumbre parece ser la única constante, el concepto de team building y la formación experiencial han encontrado un nuevo auge. En este artículo, vamos a explorar cómo estas prácticas han evolucionado, su importancia en el entorno de trabajo actual y por qué ni siquiera la tecnología más avanzada puede sustituir el valor de una buena dinámica de equipo. Prepárate, porque esto va a ser un viaje lleno de anécdotas, humor y un poco de reflexión sobre cómo estamos vivos y trabajando en este siglo XXI.

¿Qué está pasando en el mundo laboral?

Desde la llegada de la pandemia, nuestras vidas laborales han cambiado drásticamente. Muchos de nosotros pasamos de compartir un café (o un intenso espresso) en la oficina a lidiar con reuniones por Zoom y el eterno dilema de «¿me escuchan?» o «¿me ven?». ¿Te suena? A veces, siento que la videocámara de mi computadora tiene más vida social que yo.

La necesidad de volver a conectar con nuestros compañeros de trabajo se ha hecho más evidente que nunca. Esto ha llevado a un incremento en la demanda de actividades de equipo y formación experiencial. Como alguien que ha estado en situaciones de team building, puedo contarte que, aunque al principio parezcan innecesarias o incluso un poco ridículas, hay algo excepcionalmente valioso en estas experiencias.

La curva del cambio: del miedo a la celebración

Recientemente asistí a un mastershow de la compañía BeLiquid, donde se exploró la curva del cambio. En este evento, actores como el fenómeno Antonio Resines nos guiaron a través de las cuatro fases del cambio:

  1. Negación: Ese momento en que nos resistimos al cambio. «No, no quiero dejar mi zona de confort», pensamos. Recuerdo que en una de mis primeras formaciones, la pregunta fue: «¿Qué llevarías a una isla desierta?». Yo, inocentemente, intenté llevarme mi portátil…
  2. Resistencia: Aquí es donde la cosa se complica. Nos quejamos, buscamos excusas y, en general, nos quedamos atrapados en lo que conocemos. La buena noticia es que no estamos solos y que siempre hay formas de salir de este valle de desesperación, aunque a veces parezca más un despeñadero.

  3. Adaptación: Este es el momento en que comenzamos a darnos cuenta de que hay oportunidades en los cambios. Aquí es cuando empieza la diversión: la voluntad, el autoliderazgo y el esfuerzo empiezan a jugar su papel. Recuerdo que cuando entendí esta fase en un workshop, tuve una epifanía: «¡Ah, así es como funcionan las cosas!». A veces, solo necesitamos a alguien que tire de una cuerda junto a nosotros.

  4. Compromiso: La fase final es la celebración, el momento en que realmente nos comprometemos con el cambio. En ese mastershow, llevamos a cabo un ejercicio en el que caminamos por la sala con los ojos cerrados, pensando en un cambio que habíamos vivido y cómo lo celebramos. Imaginar a 70 personas caminando ciegas por el espacio fue grotesco, pero, al mismo tiempo, revelador. La celebración es fundamental; ¡tenemos que recordar que el trabajo también puede ser divertido!

Y no solo se trata de risas

La risa y la alegría son el corazón del team building, pero también hay ciencia detrás de esto. La teoría del aprendizaje experiencial nos dice que aprendemos mejor a través de la práctica y la interacción que a través de la teoría. Al parecer, nuestras mentes están diseñadas para recordar más las experiencias que las lecciones aburridas de una clase convencional.

Es por eso que empresas como NTT Data se han vuelto proactivas en la utilización de la teatralización para mejorar las soft skills de sus equipos. Laura, una de las actrices de BeLiquid, enfatiza que «venir aquí es mejor que estar detrás de una pantalla». ¿Quién no se sentiría más motivado al aprender en un ambiente donde la diversión está incluida?

Beneficios del team building en la era del teletrabajo

A medida que el teletrabajo se ha consolidado como norma, el team building se ha vuelto esencial. Según Miguel Ferrero, de Team Building House, 2023 fue un gran año para el sector, y las peticiones han aumentado un 40%. ¿Y qué está impulsando este crecimiento?

Con tantos empleados trabajando desde casa, es crucial que los equipos se reencuentren y fortalezcan relaciones interpersonales. Las empresas como Iberdrola están abandonando la tradicional cena de Navidad en favor de actividades de team building que fomenten la cohesión y el sentido de pertenencia. ¿Acaso no es más memorable construir un puente de confianza que simplemente compartir un plato de ensalada en la mesa?

El interés por el aprendizaje experiencial

Ahora bien, ¿por qué el team building está en auge? Todo se reduce a la búsqueda de experiencias significativas. Como nos cuenta Marta Romo, directora general de Be Up, cada vez más empresas están optando por metodologías que combinan la formación con el humor y el juego. «Es un bum», dice. Este enfoque reconoce que todos somos humanos y que, a veces, un poco de diversión es justo lo que necesitamos para salir adelante.

El objetivo actual ya no solo se enfoca en la gestión de equipos, sino también en la cocreación y el desarrollo de un sentido de propósito compartido. Las nuevas generaciones buscan experiencias que sean más que solo trabajo; quieren un sentido de comunidad, y eso es precisamente lo que aporta el team building.

Nuevas tendencias en team building

Las actividades de team building han evolucionado de simples ejercicios de cohesión a experiencias más complejas que impulsan la innovación y la interacción. Por ejemplo, las experiencias biodigitales y las pruebas de aventura están ganando terreno, con organizaciones que utilizan la naturaleza y la tecnología para fomentar la colaboración. Imagínate pasar un día en un bosque, intentando sobrevivir y resolver problemas como grupo… ¡Eso en mi lista de deseos, por favor!

La unión de la tecnología y la naturaleza puede parecer un concepto salido de una película de ciencia ficción, pero está aquí y es real. Las empresas están cada vez más interesadas en ofrecer a sus equipos experiencias únicas que refuercen la cultura corporativa y fomenten conexiones reales.

Casos de éxito: BBVA y Burger King

El BBVA ha implementado un enfoque interesante al celebrar un team building global cada año que conecta a sus 7,200 empleados a través de actividades lúdicas. Desde juegos de preguntas hasta la famosa paella, la idea es unir a la plantilla mediante experiencias compartidas que refuercen la cultura corporativa. Como dice Inma Catalá, su responsable de cultura y compromiso, «no es un gasto, es una inversión». Si tu jefe utiliza ese argumento para llevarte a un evento, tal vez deberías pensar que están en lo cierto.

Por otro lado, en Burger King, los enfoques han cambiado significativamente, adaptándose a las diferentes generaciones. Nuria Nieto, directora de recursos humanos, explica que ahora buscan opciones más creativas y atractivas para cumplir con las expectativas de su plantilla. ¡Qué dialéctica tan moderna! Cada generación tiene su propio lenguaje, y si como empresas no nos adaptamos, corremos el riesgo de quedarnos fuera.

Reflexión final: ¿hacia dónde vamos?

Así que aquí estamos, en este punto crucial donde nuestras vidas laborales están cambiando continuamente, y es esencial adaptarse. La formación experiencial y el team building ofrecen soluciones efectivas para mejorar la cohesión de los equipos, fomentar la comunicación y facilitar la conexión entre compañeros. Pero cuidado, no todo se trata de risas y bromas; se trata de construir puentes reales entre personas que trabajan juntas, muchas veces en entornos complicados.

Es evidente que estas prácticas no son solo una moda pasajera; están aquí para quedarse porque abordan preocupaciones genuinas del mundo laboral actual. Así que, la próxima vez que tu empresa te proponga un ejercicio de team building que haga que levantes una ceja, ¡intenta ir con la mente abierta! Nunca se sabe cuándo una sesión de risas podría convertirse en un momento de aprendizaje invaluable.

Así que, dejemos que el telón se levante y celebremos los cambios que nos tocan vivir. La unión hace la fuerza y, a fin de cuentas, todos estamos en el mismo barco, aunque a veces sea un barco algo escorándose… ¿Listos para navegar juntos hacia el futuro?