El mundo académico a veces parece una jungla, donde la fauna es sorprendentemente variada, y las mejores especies no siempre son las más visibles. Sin embargo, entre las gente que compone esta biodiversidad, hay individuos que brillan con luz propia. Uno de esos individuos es, sin lugar a dudas, Ana Iriarte Goñí, recientemente nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad de Oviedo. Esta distinción no solo es un reconocimiento a su trabajo, sino también un espejo que refleja el camino que han recorrido muchas mujeres en el ámbito académico. ¿Te has preguntado alguna vez qué significa realmente ser pionera en un campo de estudio que apenas se estaba abriendo paso en tu país? Acompáñame en esta exploración a la vida y obra de una mujer apasionante.

La trayectoria académica de Ana Iriarte: de la Pamplona a las alturas del conocimiento

Ana Iriarte Goñí es más que un nombre en una lista de honores. Es una catedrática de Historia Antigua que ha dedicado su vida a estudiar a las mujeres en la historia, un tema que, en la España de los años 80 y 90, se trataba casi como un objeto de estudio exótico. Ana, con su distintiva curiosidad, llegó a Francia en los años 80, donde se formó en La Sorbonne, un lugar que, como ella misma describe, no era solo un punto turístico de enamorados, sino un hervidero de pensamiento político y feminista. Ah, París, la ciudad donde seguro te encuentras con más ideas que con turistas con cámaras.

Recuerdo una conversación con un amigo en la que nos reíamos al pensar que estudiar en París era como tener una puerta de entrada a un mundo donde las ideas, como el buen vino, maduran y se vuelven más complejas con el tiempo. Ana no solo se empapó de conocimiento; absorbió la energía de un movimiento que apostaba por la narrativa feminista, un enfoque que moldearía su perspectiva sobre la historia antigua.

Descubriendo la historia desde una nueva perspectiva

Al regresar a España, Ana Iriarte trajo consigo un aire fresco y revolucionario. Su enfoque innovador, que integraba la antropología histórica y la perspectiva de género, fue como un remolino que desacomodó la tradicional manera de estudiar la historia. ¿Y sabes qué? A las mujeres en la historia nunca se les había dado tanto protagonismo. A veces me pregunto: si estas mujeres hubieran tenido voz en esas épocas, ¿habría sido diferente el relato que contamos hoy?

Pero no todo fue fácil. Como muchos de nosotros, Ana enfrentó desafíos y escepticismo. “Rosa tiende a meterme en embolados”, bromea refiriéndose a su amiga Rosa Cid, una de las impulsoras de su reciente nombramiento. Y es que esos “embolaos” no son más que la oportunidad de dejar huellas profundas en la arena movediza del conocimiento.

Grupo Deméter: rompiendo moldes en la Universidad de Oviedo

Desde su primera visita a Asturias en 1992, Ana forjó un lazo especial con esta región y su comunidad académica. Esto culminó en el establecimiento, en 2006, del Grupo Deméter, un colectivo de investigación centrado en la historia de las mujeres, que plantea un análisis con perspectiva de género sobre la historia. Te imaginas cuántas historias han sido olvidadas, relegadas a un rincón polvoriento de los archivos por el simple hecho de que no se le dio voz a las mujeres en la época.

El Grupo Deméter se ocupa, actualmente, de investigar la vulnerabilidad intrafamiliar en el mundo antiguo. Un tema que, al menos desde la mirada contemporánea, se podría considerar como una suerte de preámbulo a los debates actuales sobre género y estructura familiar. Es sorprendente ver cómo el pasado sigue frivolizando sobre las realidades modernas. ¿Quizás es hora de aprender de esos errores y avanzar con coraje?

La importancia de dar visibilidad al legado femenino

El nombramiento de Ana Iriarte como Doctora Honoris Causa marca un antes y un después en la Universidad de Oviedo. Hasta ahora, solo tres mujeres han recibido este honor. La brecha entre el número de hombres y mujeres investidos es un recordatorio dolorosos de cómo, a lo largo de la historia, las contribuciones de las mujeres han sido sistemáticamente ignoradas o minimizadas. Es como si el mundo académico hubiera decidido que la historia se escribiera solo con canas y corbatas.

Sin embargo, a pesar de esta disparidad, Ana se muestra humilde sobre su reconocimiento, comparándose con titanes del conocimiento como Margarita Salas y Sheila Sherlock. Para ella, la investidura en la Universidad de Oviedo es un pequeño pero significativo paso hacia la visibilidad de las mujeres en el ámbito académico. ¿No crees que este tipo de gestos son importantísimos para cambiar las narrativas que han persistido a lo largo de los años?

Un futuro más inclusivo en la academia

Es evidente que Ana Iriarte ha caminado un camino que no solo le pertenece a ella, sino que es un legado para todas las mujeres que buscan hacerse un hueco en el mundo académico. El reto es enorme, y el camino está lleno de obstáculos, pero como ella ha demostrado a lo largo de su vida, es posible. La historia de Ana no es solo una historia de reconocimientos, es una historia de superación, de lucha y de pasión por el conocimiento.

Desde su perspectiva feminista, Ana ha demostrado que los estudios de género no son solo una moda pasajera, sino una herramienta esencial para entender el pasado y, por ende, construir un futuro más inclusivo. Me recuerda a la frase “lo que no se conoce no se valora” ¿Y cuántas historias no se conocen?

La academia como un espacio dinámico

La academia, como cualquier otro espacio de conocimiento, tiene que adaptarse y modernizarse. La inclusión de la perspectiva de género en los currículos es fundamental para asegurar que se valoren todas las voces. Desde que se comenzaron a introducir los estudios de género en la Universidad de Oviedo, hasta la creación del Grupo Deméter, hemos visto un movimiento hacia un enfoque más amplio que abarca no solo el género, sino también la diversidad en todos sus matices.

Te imaginas el impacto que tendría esto en nuestros jóvenes. Les estamos dando la oportunidad de ver el mundo desde diferentes ángulos, de cuestionar lo que han aprendido y de fomentar un debate rico y constructivo.

Reflexiones finales: el legado de Ana Iriarte

La trayectoria de Ana Iriarte Goñí es una fuente de inspiración no solo para académicos, sino para todos aquellos que buscan justicia y equidad. Al abordar la historia desde una nueva perspectiva, nos ayuda a entender las dinámicas de poder y género que han existido a lo largo de los siglos. Durante su discurso de investidura, seguramente instará a todos a seguir luchando por un mundo donde las historias de todas las voces sean escuchadas y valoradas.

Cada reconocimiento como el de Ana Iriarte es un pequeño pero poderoso recordatorio de que aún existen luchas por ganar. Habrá que seguir trabajando, no solo en la academia, sino en todos los ámbitos, para asegurar que las futuras generaciones tengan un espacio donde su voz sea valorada y su historia sea contada.

Así que, la próxima vez que te encuentres con un relato que container las vidas de mujeres a lo largo de la historia, pregúntate: ¿cuántas Ana Iriarte aún debemos descubrir? La historia está llena de esas voces ocultas que esperan ser escuchadas, y quizás, eres tú quien puede ayudar a que resurjan. ¿Estás listo?