La política, en ocasiones, puede parecer un episodio de una serie dramática más que un proceso de gobernanza real. Y cuando hablamos de situaciones que han dejado una huella profunda en la sociedad, como es el caso de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a València el fatídico 29 de octubre, nos adentramos en un territorio donde las opiniones, narrativas y agendas políticas se entrelazan de maneras complejas. Hoy, vamos a analizar los acontecimientos recientes que rodean a esta situación, la respuesta de Vox y el impacto de todo ello en la ciudadanía.

La DANA: Más que una crisis natural

Para quienes no estén familiarizados, la DANA que afectó a València no fue simplemente un evento meteorológico; fue una tragedia que dejó a su paso 22 vidas perdidas y un daño considerable en la infraestructura y en el tejido social de la ciudad. Muchos de nosotros recordamos la angustia de esos días, las imágenes de calles inundadas, y las noticias de personas atrapadas en sus coches. Aumenta la tensión cuando pensamos en los momentos de incertidumbre. ¿Cuántos de nosotros hemos estado en situaciones así, donde el cambio climático se convierte en un actor secundario en una obra de teatro en la que todos somos protagonistas?

Vox y su respuesta ante la crisis

El grupo municipal de Vox en València ha decidido tomar un papel protagónico al presentar un listado de individuos que deberán comparecer en una comisión no permanente, con el objetivo de estudiar y recuperar las zonas afectadas por la DANA. Esto por sí solo podría parecer un intento de rendir cuentas, pero, como revelan las investigaciones, la sombra de la política se cierne profundamente sobre estas acciones.

Por ejemplo, han llamado a declarar a un representante del grupo Revuelta, conocido por sus actitudes extremas y controversiales. Uno de los puntos más llamativos de este acto ha sido el intento de revindicar el ataque al presidente Pedro Sánchez, durante su visita junto a los reyes a Paiporta. Este hecho no solo evidencia la polarización del debate político, sino que ejemplifica cómo un evento trágico puede ser utilizado como una plataforma para agendas partidistas. ¿Realmente esto es lo que la ciudadanía espera de sus representantes?

La expresión «más vale ser punkie que maricón de playa», utilizada en una charla por Juan Manuel Badenas, el portavoz de Vox, es un claro indicador de la postura provocativa del partido. En lugar de centrarse en soluciones, se da paso a una retórica incendiaria que no hace más que complicar la ya enmarañada trama política.

La necesidad de transparencia y rendición de cuentas

El listado de comparecientes presentado por Vox incluye no solo a los representantes del grupo Revuelta, sino también a figuras de la administración pública que estaban en funciones el día de la tormenta. Las preguntas son inevitables: ¿Es esta realmente una búsqueda de justicia? ¿O simplemente un intento de señalar con el dedo para beneficiar su propia narrativa?

La búsqueda de transparencia y rendición de cuentas es esencial en situaciones de crisis. La ciudadanía necesita saber qué se hizo, o no se hizo, y por qué. Las actas y documentos solicitados por Vox, como el Plan Hidrológico Nacional de 2001 y varios informes técnicos, son fundamentales para comprender la respuesta institucional a la DANA. Sin embargo, el enfoque de Vox podría interpretarse como más un intento de manipulación política que de verdadera reconstrucción.

La historia de un habitante afectado

Tomémonos un momento para imaginar la perspectiva de alguien que vivió en una de las zonas más afectadas por la DANA. Imagina a Paula, una madre que, el 29 de octubre, estaba en casa preparando algo de comer para sus hijos. De repente, el sonido del agua golpeteando contra el cristal de su ventana se convierte en una sinfonía inquietante. En cuestión de minutos, su hogar se convierte en una trampa, y ella se encuentra luchando por mantener la calma mientras el agua sigue subiendo.

Cuando la tormenta fue finalmente domada, Paula salió a la calle y fue testigo de cómo su vecindario, que había sido un refugio durante tantos años, quedó sumido en el caos. Los escombros y la tristeza eran palpables. Unos días después, ve los titulares sobre la «investigación» que Vox quiere llevar a cabo. En lugar de buscar soluciones, están jugando al «quién tiene la culpa». En ese momento, Paula se pregunta: «¿Dónde están las soluciones que necesitamos?».

Propuestas para el futuro: La política desde la experiencia

Ya que hemos reflexionado sobre la situación actual, es fundamental pensar en cómo debemos avanzar. La gestión de una crisis como la DANA ha de ir más allá de las comparaciones y el achacar culpas. Es tiempo de formular propuestas que verdaderamente atiendan las necesidades de las personas afectadas.

  1. Fomento de la participación ciudadana: Es imprescindible que las voces de las personas afectadas se escuchen en la planificación y ejecución de medidas. La experiencia de Paula y sus vecinos debe ser valorada en el proceso de recuperación.
  2. Desarrollo de infraestructuras resilientes: Necesitamos un enfoque en la sostenibilidad y la mitigación de riesgos. Esto implica construir infraestructuras que no solo sean resistentes, sino que también estén en sintonía con el entorno.

  3. Educación pública sobre desastres naturales: Un aspecto clave en la preparación ante crisis es la educación. Hay que informar a los ciudadanos sobre cómo actuar en situaciones de emergencia, lo que puede reducir el pánico y la confusión.

  4. Colaboración entre entidades: Impulsar una colaboración efectiva entre la administración pública, ONGs y el sector privado es vital. Sin una respuesta unificada, las crisis pueden tornarse en caos.

Reflexiones finales

La reciente acción de Vox visibiliza no solo las divisiones dentro del tablero político español, sino también cómo esos juegos de poder pueden afectar a las personas en situaciones críticas. La capacidad de las instituciones para gestionar crisis no solo se mide en cifras de recuperación, sino en su empatía y compromiso con aquellos a quienes sirven.

¿Es este un momento de reflexión para todos nosotros, independientemente de nuestras preferencias políticas? La verdad es que nuestra sociedad necesita más diálogo y menos enfrentamientos. Como dice el viejo refrán, «una casa dividida no puede perdurar». Al final del día, nuestra resiliencia y comunidad se basan en cómo respondemos como sociedad ante el sufrimiento ajeno. La política puede ser caótica, pero nuestra humanidad nunca debe ser cuestionada.

Más allá de las diferencias, siempre hay espacio para la empatía y el entendimiento. Entonces, la pregunta es: ¿podremos, como sociedad, aprender a construir un futuro donde la política esté al servicio de las personas y no al revés?