El pasado sábado, las calles de Madrid se convirtieron en el escenario de una manifestación que rápidamente se tornó violenta, evocando los recuerdos de los incidentes del año anterior en la misma ubicación. ¿Cuánto tiempo más podremos soportar esta situación? Los altercados resultaron en dos detenciones y un despliegue policial de 200 agentes, lo que pone de manifiesto la tensión social que se vive en el país. Hablemos un poco más sobre lo ocurrido.

Un nuevo capítulo de la historia reciente

La manifestación convocada por Núcleo Nacional tenía dos objetivos claros: protestar contra la gestión del Ejecutivo de Pedro Sánchez y “exigir justicia” tras la trágica DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que asoló España. Pero, como suele ocurrir en estos casos, lo que comenzó como un reclamo pacífico, rápidamente se descontroló. ¿No les suena familiar? A mí me recuerda a esas cenas familiares donde todo va bien hasta que alguien menciona la política. ¡Bum! La mesa se convierte en un campo de batalla.

El ambiente previo a la manifestación

La tarde del sábado estaba marcada por un ambiente tenso. Desde las 20:00 horas, los grupos de manifestantes comenzaron a reunirse en Plaza de España. Fueron llegando, cada uno con su bandera, sus pancartas y sus lemas. La multitud se fue aglutinando, e incluso recuerdo tener la tentación de ir a la ventana a gritar “¡Viva la fiesta!”, pero la realidad me hizo cerrar persianas. No quiero imágenes de policías correteando por mi barrio en mi Instagram, gracias.

Según la Delegación de Gobierno, los asistentes fueron cerca de 2.000 personas. Es un número impresionante, considerando que se trataba de un grupo con perfiles tan diversos que van desde nacionalsocialistas hasta carlistas. Claro, porque uno no puede organizar una marcha sin un poco de diversidad, ¿verdad?

¿Quién es Núcleo Nacional?

Núcleo Nacional se ha presentado como una organización política nacida de los canales de YouTube dedicados a la historia y la política. Como si las redes sociales no tuvieran ya suficiente peso en nuestras vidas, ahora también están moldeando movimientos políticos. Su manifiesto acusaba al president de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, de “poner en peligro miles de vidas” para favorecer intereses empresariales. ¿Acaso no sería más fácil simplemente poner una queja en el buzón? No se sorprendan, la paciencia no es precisamente el fuerte de muchos.

Por si quedaba alguna duda, durante la marcha aparecieron banderas preconstitucionales y simbología de la Falangismo. Los cánticos que resonaron entre los manifestantes hicieron eco de la ideología extrema que muchos preferirían ignorar. Resulta preocupante ver que, a pesar del transcurrir de los años, los fantasmas del pasado parecen estar cada vez más vivos. ¿No es triste ver cómo la historia no nos enseña lo suficiente?

La chispa que encendió el caos

La marcha, que había comenzado pasadas las 20:00 horas, no mostró signos de violencia, hasta que las horas avanzaron y la noche se tornó oscura. Arribaron a Ferraz, la sede del PSOE, y se desató una disputa entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Las cargas policiales comenzaron a alrededor de las 22:30 horas. ¿Alguien más está visualizando esas películas de acción donde la tensión sabes que terminará mal?

Las escenas que se desarrollaron a continuación fueron caos puro: lanzamientos de botellas de cristal, bengalas, y yesería volando en el aire. Mientras eso sucedía, me imaginé a los vecinos mirando por la ventana con una mezcla de incomodidad y fascinación, como si asistieran a un desfile donde los competidores decidieron, de repente, que las normas no aplicaban. ¿Qué harías tú en su lugar? Yo probablemente estaría tratando de disfrutar de un buen libro, y de vez en cuando, echando un vistazo.

La respuesta de las fuerzas del orden

Los antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial (UIP) respondieron, lanzando pelotas de goma y dispersando a los asistentes. Estos momentos de tensión, donde se cruzan aspectos de la libertad de expresión y el control del orden público, son definitivamente un terreno delicado. ¿Cuántas veces hemos visto protestas que terminan en trifulcas, y cuántas veces tenemos que preguntarnos si todo esto podría haberse manejado de una manera más pacífica?

La Delegación de Gobierno no tardó en informar sobre las detenciones que se produjeron. En total, fueron dos hombres arrestados, y la violencia cesó poco después de la medianoche. Por lo que parece, los disturbios en Ferraz no son solo un eco del pasado, sino un reflejo de la realidad social que vivimos. ¿Por qué es tan complicado encontrarse en una mesa de diálogo en vez de enfrentar la oposición con violencia?

El papel del PSOE y la condena

El PSOE no tardó en pronunciarse tras los altercados. Calificaron lo sucedido como una “marcha negra” y condenaron los “gritos fascistas y saludos nazis” de los manifestantes. Mientras tanto, el eco del fascismo se reitera y se extiende por los rincones de la sociedad, haciéndose cada vez más evidente. Recordemos que la lucha contra los extremismos no es solo responsabilidad de unos pocos: es un trabajo conjunto.

Sin embargo, debo confesar que a veces siento una profunda frustración al ver cómo algunos grupos se sienten cómodos en el uso de símbolos de odio y violencia. Aquellos que solo son incapaces de ver más allá de su burbuja de ideas parecen olvidar el costo del extremismo. Y vale la pena preguntarse: ¿Es esta la España en la que deseamos vivir?

Reflexiones sobre un futuro incierto

Los incidentes del último sábado son solo un recordatorio de que la agitación social está más viva que nunca. En un momento donde la polarización política parece ser la norma, es fundamental reflexionar sobre qué tipo de sociedad queremos construir. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar, desde el diálogo abierto hasta el compromiso en el respeto.

Así como en esos dramas familiares de los que hablaba antes, no podemos permitir que una conversación se convierta en un campo de batalla. En lugar de reaccionar con rabia, necesitamos fomentar el entendimiento y promover valores que nos unan. ¿Puede la violencia ser la única respuesta? No debería serlo.

El camino hacia adelante

Con una sociedad dividida y un aumento de la retórica divisoria, queda trabajo por hacer. Reconstruir el tejido social es una tarea monumental, pero esencial. La historia nos enseña que el cambio no es fácil, pero cada paso cuenta. Necesitamos voces que se levanten en contra del odio, y que promuevan la paz y la empatía.

A medida que observamos cómo distintas organizaciones siguen usando la violencia como medio de expresión, debemos recordar que el verdadero poder radica en el diálogo y la comprensión. Entonces, ¿qué haremos al respecto? A esto nos enfrentamos todos. La próxima vez que se organice una marcha, ¿elegiremos unirnos en comunidad?

En resumen, lo ocurrido en Madrid no es solo un episodio aislado, sino parte de un patrón preocupante que merece nuestra atención. Las calles pueden llenarse de cánticos y banderas, pero también deben resonar mensajes de paz y entendimiento. Al final del día, el futuro que queramos construir dependerá de cada uno de nosotros. ¿Estás listo para unirte a la conversación?