Cuando llega la noche del 31 de diciembre, una tradición en España se convierte en el centro de atención: las Campanadas de Nochevieja. No solo es el momento en que la gente se reúne alrededor de la televisión con una copa de champán y 12 uvas, sino que también es el instante en que muchas cadenas compiten ferozmente por liderar las audiencias. Este año, la responsabilidad recayó en los humoristas David Broncano y Lalachus, quienes se enfrentaron a la tarea de dar la bienvenida a 2025 desde la icónica Puerta del Sol. Pero, ¿qué tan caro fue este show? ¿Y vale realmente la pena la inversión? Vamos a desglosar esta cuestión.
El presupuesto de las Campanadas: ¿una cifra escandalosa?
RTVE ha revelado recientemente que el coste total de la retransmisión de las Campanadas fue de 248.466,98 euros. Esta cifra incluye 154.078,53 euros en recursos externos y 94.388,95 euros destinados a medios técnicos y personal de RTVE. Lo más jugoso, si se puede decir así, es que de esos recursos, 66.000 euros correspondieron a los presentadores. Aunque la cifra puede parecer elevada, si lo analizamos en contexto, no es del todo sorprendente.
En comparación con el año pasado
El año anterior, los presentadores de las Campanadas, Ana Mena, Ramón García y Jennifer Hermoso, recibieron un total de 61.000 euros. Si David Broncano y Lalachus cobrarán los 66.000 euros, esto significa que, por así decirlo, están a la vanguardia de la burbuja del caché televisivo. Pero, ¿realmente se justifica ese aumento de 5.000 euros? Habría que preguntarse, ¿qué valor añadido aportan estos rostros a la noche más cotizada de la televisión?
La búsqueda del presentador ideal: ¿por qué Broncano y Lalachus?
El presidente de RTVE, José Pablo López, explicó que la elección de estos dos humoristas fue basada en varios factores. Según él, no solo aportan su carisma y comedia, sino que también ayudan a afianzar la reputación de la marca RTVE. ¿Es esto lo que realmente contribuye a que las audiencias se mantengan pegadas a la pantalla?
La elección de estos rostros frescos y distinos tiene como objetivo atraer a un público más joven. Sin embargo, si miramos el pasado, una pregunta se cierne en el aire: ¿no sería más efectivo apelar a la nostalgia con presentadores clásicos? ¡Después de todo, la nostalgia vende! Hay algo en ver a esos rostros conocidos que puede generar una conexión única con la audiencia.
Según los números: ¿los datos hablan?
Broncano y Lalachus lograron un 31,2% de cuota de pantalla y alrededor de 4,8 millones de espectadores. Comparativamente, Antena 3 se quedó en un 28,1% con 4,3 millones de espectadores. Así que podemos afirmar que, al menos en términos de estadísticas, la elección fue un éxito.
Pero, ¿qué hay de las emociones?
Si bien las cifras hablan, no debemos olvidar que hay un componente emocional en los ratings de televisión. Las Campanadas no son solo un evento; son una experiencia compartida. A pesar de que Broncano y Lalachus lograron buenas cifras, ¿realmente conectaron con el público? ¿Hubo risas genuinas o solo se vieron como dos cómicos improvisando en un evento que exige más solemnidad?
La revuelta de la audiencia y el presupuesto de RTVE
El programa La revuelta, presentado por David Broncano y que cuenta con Lalachus como colaboradora, ya había generado controversia por su elevado presupuesto de 28 millones de euros para solo dos temporadas. Esto nos lleva a una reflexión: ¿son estos rostros realmente los que necesita RTVE para resaltar, o está la cadena en una especie de crisis de identidad?
Durante el mismo horario, otras producciones como Cuatro estrellas y el concurso Mapi han demostrado que el coste por episodio no siempre garantiza la calidad. Por ejemplo, Cuatro estrellas costaba 110.000 euros por cada entrega de 45 minutos, pero eso no aseguraba que todos los episodios fueran un éxito.
¿Es el humor el salvador de la televisión?
En un mundo donde la comedia necesita ser fresca, es comprensible que RTVE busque rostros nuevos. Pero, ¿realmente estamos en un punto donde pagar cifras tan elevadas se puede justificar del todo?
Para mi, un verdadero aficionado a las Campanadas, a veces la mezcla de humor y solemnidad puede parecer un experimento arriesgado. Recuerdo un año en particular cuando un cómico trató de hacer reir entre las campanadas y, en lugar de eso, quedamos con un sabor agridulce. Pero no solo se trata de lo que se gasta, sino de cómo las audiencias responden a esos cambios.
Referencias culturales y el impacto en la audiencia
RTVE ha subrayado la importancia de la «familiaridad» y el «reconocimiento» que estos presentadores aportan. Durante años, hemos visto a presentadores tradicionales y verlos bailando entre la risa y la seriedad podría parecer un movimiento audaz. Sin embargo, cada Casa se mide a partir del nivel de conexión que generan. Habría que ver si a los telespectadores les gusta tanto el humor en una noche donde muchos buscan el significado de despedir un año y celebrar la llegada de otro.
¿Acabará el humor siendo el nuevo estándar para eventos de alta audiencia? De ser así, ¿quiénes serán los próximos en tomar el micrófono? (Me imagino que habrá rounds de audiciones en la televisión). Aquí podríamos abrir un debate interesante sobre la evolución de la televisión, que ha pasado de la seriedad de antaño a algo más contemporáneo.
Conclusión: costar o no costar, esa es la cuestión
No podemos negar que el mundo del entretenimiento está en constante cambio. Mientras que captar audiencias es crucial y hoy en día un buen presupuesto puede ser un buen indicador de calidad, no siempre se puede traducir eso en éxito. La cifra de 66.000 euros para los presentadores de las Campanadas puede parecer un disparate o, por otro lado, un precio justo por un espectáculo que atrae a millones.
Vamos a ser honestos: pagar bien a aquellos que están al mando de las celebraciones de Año Nuevo puede ser tan necesario como el champán en las copas. Pero, al final del día, es la conexión emocional la que realmente cuenta. Así que, ¿valió la pena el gasto? Eso depende. Tal vez unos u otros preferirán un toque más clásico que moderno. Yo, personalmente, me conformaría con uvas bien repartidas y unas risas genuinas.
La respuesta está en tu pantalla: ¿el humor es el camino a seguir para las Campanadas? Solo el tiempo y, quizás, las próximas cifras de audiencia lo dirán. Y ahora, mientras te preparas para la próxima celebración, recuerda: las Campanadas son lo que tú desees que sean. ¡Salud y felices fiestas! 🍇🥂