La Copa del Rey 2025 ha llegado a su emocionante desenlace en la soleada ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Con la expectativa a flor de piel y los corazones de miles de aficionados latiendo al unísono, el enfrentamiento entre Unicaja y Real Madrid prometía ser un espectáculo digno de los anales del baloncesto español. Pero lo que presenciamos en la cancha superó incluso nuestras más optimistas expectativas.
Un inicio lleno de tensión y promesas
Al igual que en una buena película de Hollywood, con sus giros inesperados y personajes entrañables, este partido nos regaló una trama de amores y desamores. Recuerdo la primera vez que fui a un partido de baloncesto. Era un evento en un pequeño municipio donde todos se conocían y compartían unas palomitas. Hoy, la escala es completamente distinta, pero la emoción sigue en el aire, palpable y intoxicante.
Desde el primer lanzamiento inicial, el ambiente estaba cargado de tensión. Unicaja, que había encontrado su esencia en la cohesión de su equipo, comenzó a demostrar que quería llevarse el trofeo a casa. Y lo logró de una manera que nos dejó a todos boquiabiertos: ¡93-79! Un resultado que resonará en los corazones de los malagueños por mucho tiempo.
El papel protagónico de Kendrick Perry
Kendrick Perry se convirtió en el MVP del torneo por mérito propio. 27 puntos y 6 asistencias apoyaron su candidatura hacia el estrellato, un verdadero showman en la cancha que, además, se aseguraba de hacer vibrar a los aficionados. Al verlo jugar, no pude evitar recordar mis propios esfuerzos por destacar en los deportes en el colegio. Nunca tuve un talento particular, pero ¡vaya que lo intenté! Con Perry en la cancha, yo hubiera querido ser su compañero, solo para hacer chapa con los amigos.
Un día desafortunado para el Real Madrid
La historia del partido no se escribiría de la misma manera si no mencionáramos la extraña actuación del Real Madrid. Francisco “Facu” Campazzo, una estrella brillante en el firmamento del baloncesto, se enfrentó a un día atípico en el que su rendimiento no pasó desapercibido. ¿Alguna vez has tenido uno de esos días en los que todo lo que tocas se convierte en chatarra? Lo siento, amigo. He estado ahí. Pero en este contexto, ver a una leyenda del deporte luchando para encestar fue un espectáculo agridulce.
La ausencia de Mario Hezonja, otro de los pilares del equipo, dejó al Madrid cojeando. E incluso cuando el capitán eterno, Sergi Llull, intentó sacar las castañas del fuego, todo parecía un poco desajustado. Unicaja utilizó la oportunidad para aprovechar los momentos de debilidad del equipo blanco, y lo hicieron con una superioridad casi dominadora.
Recuerdos que perviven en la historia
Uno de los momentos que más me emociona cada vez que veo un partido de baloncesto son las anécdotas que quedan grabadas en la memoria colectiva. ¿Recuerdas aquel enfrentamiento en 2011 entre Unicaja y Real Madrid? Unos triples que aún resuenan en mi memoria. “¡Dime que no estoy soñando!” Lo gritaron, como si fuera un eco de la propia naturaleza. El baloncesto es así, unos momentos extraordinarios que quedan grabados para siempre, como el Goya que ganó Salva Reina en la última entrega de premios, un actor que, como el propio baloncesto, nos enseña que la perseverancia siempre tiene su recompensa.
El juego de estrategia en la cancha
La estrategia que implementó el entrenador de Unicaja, Ibón Navarro, fue ejemplar. En el baloncesto, como en la vida, a veces es cuestión de saber cuándo tomar riesgos y cuándo jugar con prudencia. Yankuba Sima, cuyo regalo de un mate espectacular fue como un toque de maestro en este evento, al igual que mis intentos de impresionar a la multitud en alguna reunión social, ¡qué некроt! Sima demostró que la audacia bien ejecutada puede cambiar el rumbo del juego.
El primer cuarto finalizó con un resultado casi parejo, pero a medida que avanzaban los minutos, la ventaja en el score fue cambiando hacia Unicaja. De hecho, Konkurri (Kameron Taylor) jugó un papel fundamental, sellando las brechas en la defensa y haciendo que el Madrid se sintiera como un pez fuera del agua.
La meticulosa jugada del segundo tiempo
Cuando comenzó la segunda mitad, la escena estaba claramente definida. El Real Madrid intentó recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, la desconexión entre los jugadores y la inusitada desesperación por una remontada dejaron sus huellas. Las estadísticas no mienten: un penoso 3/15 en tiros de tres puntos en la primera parte. El juego de los blancos parecía más un laberinto que un plan de juego bien definido.
Seguramente hay días en los que sientes que no hay un mapa que seguir y, a veces, la vida se asemeja a un juego de baloncesto: es necesario saber hacer los ajustes en medio de la contienda. Campazzo intentó reenfocar al equipo, disminuyendo la ventaja. Lo hizo de manera admirable, pero cada intento de remontada fue respondido por la impenetrable defensa de Unicaja.
La defensa de Unicaja como fortaleza inexpugnable
¿No es asombroso cómo, a veces, el verdadero poder de un equipo no reside solo en el ataque? Unicaja demostró una defensa extremadamente sólida, frenando el avance del Madrid en varias ocasiones clave. Cada tapón, cada rebote y cada robada se sintió como si fuera un pequeño triunfo. Hablando de defensas, recuerdo mis inefables intentos de bloquear los comentarios sarcásticos de mis amigos en redes sociales; a veces hay que elegir las batallas que vale la pena combatir.
La hora de la verdad y el desenlace esperado
Con apenas seis minutos en el reloj, el marcador marcaba una diferencia de 14 puntos a favor de Unicaja. Sin embargo, los merengues son reconocidos por su capacidad de salir de situaciones difíciles. Pero este Unicaja, que se esfuerza y se sacrifica, era simplemente demasiado fuerte y no estaba dispuesto a ceder la corona.
La afición malagueña estaba disfrutando de la fiesta, y cómo no podía ser de otra manera. ¡Finalmente llegó el clímax del evento! Perry, como un verdadero capitán, navegó a través de los intentos de cierre del Madrid, logrando mantener a raya cualquier intento de remontada en un cierre sensacional. El partido culminó con una victoria clara, y Unicaja se hacía con su tercer título de Copa del Rey, un logro que solidifica su posición en el panorama baloncestístico español.
Reflexiones finales y lo que viene
Después de un evento así, es inevitable preguntarte: ¿Qué nos depara el futuro? La respuesta está llena de posibilidades. Unicaja, con su papel destacado, no solo busca el anhelado título de la Liga ACB, sino que también ha demostrado que está listo para competir a un alto nivel y luchar por el prestigio que merece. Los malagueños están entrando en la conversación que durante años fue dominada por solo unos pocos.
Mientras tanto, el Real Madrid necesitará hacer una reflexión interna. Las lecciones que surgen de esta final son muchas y, como en la vida, se tratará de levantarse y seguir adelante. Después de todo, las grandes historias nunca se cierran con un único final. ¿No sientes la misma emoción cuando sabes que quizás esto es solo el comienzo de algo aún más grandioso?
En resumen, la Copa del Rey 2025 fue un espectáculo inolvidable que nos permitió vivir momentos llenos de pasión y emoción. Unicaja se lleva a casa el oro, pero todos, y especialmente los aficionados, hemos ganado un recuerdo digno de atesorar. ¡Hasta la próxima, y que sigan los buenos partidos!