En un arranque de año que nos ha dejado entrever un panorama laboral bastante complicado, es imposible no reflexionar sobre lo que significa ser parte del mercado laboral en tiempos inciertos. Enero de 2025 nos presentó un panorama preocupante, con 38,725 parados más y 242,148 afiliados menos a la Seguridad Social. Es como si en vez de un fresco comienzo, tuviéramos que afrontar una especie de resaca de las fiestas navideñas, donde los contratos efímeros robaban nuestra alegría y dejaban un mal sabor. Y he aquí la pregunta: ¿realmente estamos listos para enfrentar otro año lleno de retos laborales?
El desempleo y su estacionalidad: un viejo amigo
Cada enero, como si se tratara de un ritual, el desempleo aumenta. Sinceramente, siempre he tenido una especie de relación de amor-odio con nuestro buen amigo el desempleo. En mi experiencia, parece que cada año, el mercado laboral se esfuerza por demostrarnos que ese «nuevo año, nueva vida» no siempre se traduce en “nuevo trabajo”. Este año, la cifra de desempleo aumentó en 38,725 personas, pero curiosamente, lejos de ser la tragedia que esto puede parecer, es más bajo que lo habitual, dado que en años anteriores hemos visto incrementos muy superiores.
Esto me recuerda a una vez que, tras un despido inesperado, decidí convertirme en un «nómada digital». Imagínate tener que lidiar con la búsqueda de empleo mientras estás en un café en una playa. Suena encantador, ¿verdad? Sin embargo, déjame decirte que la búsqueda de empleo desde la costa no fue tan glamorosa como pensaba. Recibí más correos de “gracias, pero no” que días soleados. Cada rechazo es un pequeño golpe a la autoestima, y estoy seguro de que muchos de ustedes se sentirán identificados. Pero también aprendí a adaptarme y, sobre todo, a no rendirme. ¡Sigue leyendo, que hay luz al final del túnel!
La mala racha de la hostelería y el comercio
Han pasado las festividades, y con ellas, la desaparición de casi 96,000 puestos de trabajo solamente en el comercio y la hostelería. Algo de lo que estoy convencido es que el sector de la hostelería tiene una mala racha que parece interminable. Si alguna vez has trabajado en un restaurante, sabes a lo que me refiero: el eterno combate entre la idea de un trabajo ameno y los clientes difíciles que parecen haber tomado una masterclass de quejas.
Cada enero es un momento en el que el sector se desmorona, y de nuevo volvemos al mismo punto agonizante. No estaría mintiendo si dijera que cada vez que entraba al trabajo en hostelería sentía un ligero sentido de pánico, como si tuvieras que entrar a una pelea de boxeo. Desde aquí, quisiera enviar un fuerte abrazo a quienes siguen luchando en los mercados más difíciles.
Los datos muestran que tras la Navidad, donde todos disimulamos las calorías extra tomando más “así no se ve” en el bar, el momento de la verdad llega. ¡Es la “operación bikini” después de las fiestas! Con la hostelería perdiendo 47,630 empleos y el comercio 48,363, es como ver a un gladiador caer en la arena. Aunque los números duelen, es importante que nos detengamos un momento y reflexionemos: ¿se trata realmente de destruir empleos o simplemente estamos pasando por un ciclo natural del mercado?
Tendencias de empleo: el vaso medio lleno
Pero no todo está perdido, amigos. Si miramos más allá de los números rojos de la destrucción de empleo, podemos observar que, en términos anuales, aún hay algunos motivos para celebrar. Según el Ministerio de Seguridad Social, se han creado más de medio millón de empleos en el último año. Sabemos que el crecimiento no es lineal y que siempre hay altibajos, pero la tendencia a largo plazo parece positiva.
Lo que me lleva a abordar un punto crucial: la creación de empleo indefinido. Esto es especialmente relevante para los jóvenes, dado que presentan un aumento del 20,5% en términos de empleo desde 2021. ¡Guau! Eso es más de lo que pensé que podría suceder en plena crisis. Aún recuerdo mis primeros trabajos: contratos temporales y la constante incertidumbre de mil cosas. Así que sí, esta mejora es absolutamente digna de celebrar.
Un país en movimiento y adaptándose al cambio
El flamante ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha indicado que se revisará al alza la proyección del Producto Interior Bruto (PIB) hasta el 2,6%. Pensar en una proyección de crecimiento económico es como encontrar un rayo de sol tras una lluvia torrencial: te da esperanza. ¿Significa esto que vamos hacia un futuro laboral más brillante, o será otra ilusión que se desvanecerá? La realidad es que el empleo siempre está vinculado al progreso económico, y si el PIB avanza, probablemente también lo hará la creación de empleos en el sector privado.
Tengo la firme creencia de que, a veces, una pizca de optimismo puede marcar la diferencia. Aunque no soy un economista, he aprendido a mirar las cosas desde la perspectiva de la posibilidad, no de las limitaciones. Esto es algo que a menudo olvidamos en un mundo donde los titulares en neón tienden a enfocarse en lo negativo.
El dato desestacionalizado: el salvador de nuestras esperanzas
En este contexto, surge la importancia de observar los datos desestacionalizados, que permiten una visión más clara y objetiva del mercado laboral. Las cifras nos muestran que, aunque diciembre fue un mes complicado, se lograron 35,758 cotizantes más en comparación con diciembre. La idea es que nos enfoquemos en lo que realmente importa y no nos quedemos atrapados en los inconvenientes temporales (a veces pienso que deberíamos poner un cartel que diga “¡No te estreses! Enero siempre es un mes complicado.”).
Reflexión final: un año de oportunidades
La situación laboral actual, con sus altibajos y giros inesperados, puede ser desalentadora, pero también nos ofrece oportunidades. A medida que nos adentramos en 2025, debemos mantenernos alerta, ser proactivos y, sobre todo, no perder la esperanza. Siempre hay espacio para la reinvención. Porque, seamos sinceros, muchos de nosotros hemos tenido que adaptarnos en algún momento.
Así que para todos aquellos que se encuentran buscando empleo o lidiando con una situación laboral incierta, les digo: ¡ánimo! Tomen un respiro, reflexionen sobre lo que realmente desean y sigan adelante. Este es un momento para aprender de la situación y buscar nuevas formas de crecer, personal y profesionalmente. En este viaje, la resiliencia será nuestro mejor aliado.
Recuerda siempre que el mercado laboral es como el clima: a veces hace frío, a veces calor, pero nunca olvides que siempre podemos encontrar un refugio cálido. ¿Estás listo para enfrentar los desafíos de este nuevo año? ¡Vamos a por ello!