El reciente triunfo del Real Madrid por 3-2 sobre el Alavés ha sido un claro recordatorio de que en el fútbol, como en la vida, a veces las cosas no salen como uno espera. Desde un comienzo vertiginoso hasta un final emocionante que hizo que incluso los más optimistas se pusieran nerviosos, esta jornada dejó ver la esencia misma del deporte rey: la pasión, la tensión y la alegría de un triunfo que sabe a gloria, pero con un leve matiz de susto.

Un inicio eléctrico: ¿quién necesita un calentamiento?

Por si todavía hay alguien que cree que los madrileños necesitan un periodo de adaptación, el primer gol del encuentro llegó al minuto 1, ¡sí, leíste bien!, 54 segundos en el reloj, y ya estaban celebrando. Tras un pase magistral de Fede Valverde que hizo que mi amigo Juan, que iba muy tranquilo con su cerveza en la mano, casi la derramara de la emoción. Lucas Vázquez, el capitán en la noche, se encontró en el lugar adecuado y en el momento oportuno para aprovechar el pase de su compañero. La pregunta es: ¿quién necesita un calentamiento cuando tienes un talento como Valverde en el campo?

La ventaja inicial no solo enciende el ánimo de la afición, sino que múltiples veces me ha llevado a la reflexión: ¿se vive mejor cuando se empieza ganando?

El arte de la crítica y la defensa

Sin embargo, el partido no estuvo exento de controversias. El árbitro Alejandro Muñiz Ruiz se llevó muchas miradas con decisiones que provocaron un coro de cánticos de «corrupción en la Federación» desde la tribuna. Los aficionados se voltaron al árbitro como si fuera el villano de la película, mientras Vinícius y Valverde recibían tarjetas amarillas por protestar. Recordé que a veces somos un poco injustos con los árbitros, pero en el calor del momento, ¿quién puede evitarlo? El impacto de estas decisiones puede parecer menor en el fútbol, pero puedo imaginar que los jugadores también sienten esa presión, como cuando intentas negociar el último trozo de pizza con tus amigos: todos gritan, pero nadie escucha.

El regreso de Kylian Mbappé

Pasando un poco de la polémica, no se puede hablar del encuentro sin hacer mención a Kylian Mbappé, que finalmente se desató y marcó su primer gol superbole en el Madrid. El momento llegó justo antes del descanso, tras una jugada espectacular. La conexión con Bellingham fue tal que muchos de nosotros nos imaginamos lo que podría ser una serie de Netflix titulada «La Asociación: el regreso de Mbappé». Juntos, finalmente lograron hacer que el meme de «¿dónde está la defensa?» fuera más relevante que nunca.

Con el gol de Mbappé, que estaba en la puerta más que un caracol en su concha, el estadio se llenó de emociones. Debo admitir que hubo un momento en el que pensé que quizás debería comprar una camiseta del PSG solo para tener un recuerdo de sus mejores años… ¡Pero entonces recordé que son enemigos acérrimos!

Rodrygo y la sentencia del partido

Hacia el inicio de la segunda mitad, el encuentro se desenfrenó aún más, y Rodrygo sentenció el partido con un tercer gol para el Madrid. Este muchacho tiene ese aire de tranquilidad hasta el momento en que decide driblar y correr como si un león lo persiguiera. Aún tengo en la mente su gol, donde al final, aunque hizo su parte y dejó todo en el campo, los dos goles del Alavés fueron como un spoiler inesperado de una película que había empezado tan bien.

Cuando el Madrid se puso 3-0, muchos pensaron que podían comenzar a pedir la cuenta en el bar y hacer un brindis. Sin embargo, el fútbol es un juego caprichoso. Solo unos minutos después, los dos goles del Alavés fueron como una adecuada recordatoria de que nunca debes dar nada por hecho. ¡Es como perder tu boleto de regreso después de una fiesta increíble!

Momentos de tensión

En los últimos minutos del partido, con un ambiente ya casi festivo en el Bernabéu, el Alavés anotó dos goles rápidamente. No sé si fue el efecto de la cerveza o la magia del fútbol, pero esos goles tienen un talento especial para convertir un momento de alegría en ansiedad casi instantánea. El tiempo en el que el Madrid estuvo casi dormido en los últimos instantes me hizo recordar los días en que, como estudiante, pensaba que podía dejar todo para el último minuto y aún lograr un resultado decente. Spoiler: me solía ir peor.

Las celebraciones se tornaron tensas, pero la afición al final celebró la victoria. No hay nada más dulce que un triunfo que te recuerda mantener la humildad, ¿no son esos momentos los más reales?

Hacia el derbi: el Metropolitano espera

El próximo desafío del Real Madrid será en el Estadio Metropolitano, donde han sufrido sus dos únicas derrotas en la anterior temporada. La afición se encuentra en un estado de ebullición, y el Madrid llega con la confianza renovada tras esta victoria. Se dibuja en el horizonte un potencial enfrentamiento que podría hacer que los nervios y las emociones se desbordaran.

Ancelotti, en su partido número 300, mostró que a veces a los entrenadores les enseñan más que los libros. De hecho, en este tipo de encuentros es donde se sienten los nervios de las decisiones que pueden cambiar el rumbo. Como amigos que planifican una escapada y siempre terminan discutiendo sobre quién eligió el destino equivocado.

Reflexiones finales

Al final del día, el fútbol es un deporte que juega con nuestras emociones. Ya sea que seas un ardiente seguidor del Real Madrid desde el sofá de tu casa, o que estés presente en las gradas, todo se fusiona en un frenesí de alegría, tensión y, sobre todo, pasión. La victoria sobre el Alavés ha dejado la puerta abierta para que esta temporada prometedora siga adelante, pero como siempre, las alegrías pueden ser efímeras sin la humildad y el trabajo en equipo que nos respalden.

Tras este partido, sólo queda preguntarse, ¿qué sorpresas nos traerá el derbi? ¡No se lo pueden perder! En la vida, como en el fútbol, un solo partido puede cambiarlo todo y es en la incertidumbre donde reside la emoción.


Referencias:

  • Estadísticas del partido: La Liga.
  • Actuaciones individuales: análisis de medios como Marca y As.
  • Opiniones de apuestas: Bet365 y otras casas de apuestas.

Si hay algo que debe quedar claro es que cada partido es una nueva historia, y la saga del Real Madrid aún tiene muchos capítulos por delante. ¡Vamos a vivirlos juntos!