La literatura tiene la capacidad de transportarnos a mundos increíbles, hacernos reflexionar y, a veces, incluso provocar una risa inesperada. Este año, la primera edición de los Premios Zenda celebró no solo a los ganadores, sino a la comunidad literaria en su conjunto. Desde escritores consagrados hasta nuevas voces, el evento fue un espectáculo que unió a todos bajo un mismo techo, en un ambiente donde las palabras y las emociones se dieron la mano. Así que, amigos, ¡prepárense para un viaje lleno de anécdotas, humor sutil y un toque de magia!
La ceremonia de premiación: un festín para los sentidos
En un mundo donde muchas veces los premios se miden en dinero o en fama, lo que Arturo Pérez-Reverte declaró sobre los Premios Zenda tocó el corazón de muchos. «Pocas veces se han juntado tantos nombres desinteresadamente», dijo, enfatizando el valor del prestigio sobre la compensación monetaria. Esto nos hace pensar, ¿no es cierto que en el mundo de la literatura hay algo más valioso que un cheque gigante?
La noche comenzó con una somera presentación del jurado compuesto por figuras destacadas de la cultura. En este grupo se encontraban nombres como Cristina Rivera Garza, ganadora del Pulitzer 2023, y Sergio Vila-Sanjuán de ‘La Vanguardia’. Una vez escuché a un amigo decir que la gente exitosa no tiene tiempo para jugar a las cartas, pero estoy seguro de que si se reunieran todos esos «nombres desinteresados» para una partida de póker, la mesa nunca se llenaría de mentiras.
Un homenaje a la literatura
La atmósfera estaba cargada de anticipación cuando Fernando Arrabal, a sus 92 años, subió al escenario. “¡Soy un español!” proclamó, con una pasión indiscutible. Hay algo en esa afirmación que me hace recordar cada vez que estoy en el extranjero y me preguntan de dónde soy; siempre hay un momento de duda sobre cómo explicar mi identidad. Al igual que Arrabal, encontramos nuestras raíces aunque el mundo nos llame en otras direcciones.
El acto de reconocimiento no se limitó a patrocinar obras que abarcan el año de agosto de 2023 a julio de 2024. También se trataba de rendir homenaje a la trayectoria de creadores como Arrabal, quien no solo ha demostrado su valía en el ámbito literario, sino también es un verdadero símbolo de resistencia cultural.
Los galardones y sus ganadores: una lluvia de talento
Los premios comenzaron a entregarse y, al ver a Leticia Costas recibir el Zenda Infantil y Juvenil por su libro «Siete dientes de león», recordé esa época de mi infancia cuando los libros eran mis mejores amigos y mis aventuras eran limitadas solo por la imaginación. ¿Quién puede olvidar la sensación de perderse en un buen libro?
Y hablando de poesía, María Sánchez fue galardonada con el Zenda de Poesía por su obra «Fuego la sed». De hecho, me hizo reflexionar sobre cómo la poesía puede encarnarse en la vida cotidiana; a veces, solo hay que saber dónde mirar. En este caso, saber es un acto poético en sí mismo.
Se otorgó el Zenda de Ensayo a Xavier Pla por «Un corazón furtivo», una biografía sobre Josep Pla. La entrega de premios no solo se trataba de reconocer a los autores, sino también de vivir esos momentos de conexión con la literatura. Es en estos instantes donde cada asistente se sentía parte de una gran familia literaria; todos compartiendo la misma pasión por las palabras.
El giro cómico de la noche: tomando la literatura con humor
Un giro inesperado ocurrió cuando Leo Harlem subió al escenario. Con su particular estilo, logró que incluso los más serios soltaran una risa. ¿No es curioso cómo en un evento formal, donde la literatura y el arte predominan, siempre hay espacio para la comedia? La vida es un equilibrio entre la seriedad y el momento de reírse de uno mismo, y Harlem supo hacerlo perfecto.
La interacción cómica entre artistas y escritores nos recuerda que la literatura tiene su lado ligero. Como siempre dice mi amiga, “a veces hay que mirar la vida a través de una lente cómica”, y ¿quién no se siente un poco más ligero después de tomarse un respiro con una buena broma?
La importancia de la diversidad en la literatura
Una de las revelaciones de la noche fue el reconocimiento de Leila Guerriero con el Zenda de Narrativa por «La llamada», un relato que reconstruye la historia de una víctima de la dictadura argentina. Aquí, la literatura se convierte en un vehículo para dar voz a los sin voz. ¿No es este acaso el verdadero poder de las palabras? Y, al mismo tiempo, nos recuerda que la diversidad es esencial para entender nuestro mundo.
Ubiquémonos por un segundo en la historia de Silvia Labayru. ¿No deberíamos todos preguntarnos cómo contribuimos a contar las historias que necesitan ser escuchadas? La narrativa se transforma en un acto de justicia, en una forma de honrar lo que ha sido silenciado. La celebridad de Guerriero nos dice que ese poder es accesible para todos nosotros como escritores, ya sea que estemos publicando un libro o escribiendo un blog.
Los patrocinadores y el respaldo a la cultura
Es alentador ver cómo empresas como Iberdrola, Telefónica y Banco Santander se involucran en la promoción de la cultura y la literatura. Ellos entienden que apoyar la lectura y la escritura no es solo un gasto, sino una inversión para crear sociedades más ricas en valores, creatividad y pensamiento crítico. ¿Estamos, como consumidores, haciendo lo suficiente para apoyar a las marcas que apuestan por la cultura?
Además, la colaboración con medios como XLSemanal demuestra el compromiso del periodismo con la difusión de la cultura literaria. Al final del día, es un círculo virtuoso donde todos ganan.
Reflexiones finales: cómo la literatura nos une
La primera edición de los Premios Zenda no solo celebró a los ganadores, sino que también nos recordó a todos la importancia de la literatura como un medio para unir a las personas, contar historias diversas y dar luz a aquellos que a menudo son oscurecidos por la sociedad. Desde mi perspectiva, eventos como este son verdaderas celebraciones del espíritu humano.
Mientras reflexiono sobre la magia de esa noche, me siento agradecido de ser parte de una comunidad que valora las palabras, que comparte risas y lágrimas, y que, a través de la literatura, se conecta con lo más profundo de nuestros seres. Así que, ¿cuál es tu próximo paso? ¿Quizás leer un nuevo libro de un autor premiado? ¿O escribir algo que te inspire? Al final, la literatura es un viaje, y todos estamos invitados. ¿Te animas a dar el siguiente paso junto a nosotros?
Así que, la próxima vez que veas a alguien entregando un premio o hablando sobre literatura, recuerda que cada palabra tiene el poder de cambiar el mundo. ¡Adelante, escritores y soñadores! La próxima gran historia podría estar esperándote en cualquier lugar.