La reciente intervención de Pedro Sánchez en la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas ha dejado un sabor agridulce en quienes seguimos de cerca las relaciones internacionales y la política global. En un tono decidido, el presidente del Gobierno español ha hecho un llamado urgente a todos los líderes para que protejan la democracia frente a lo que él ha denominado una «agenda reaccionaria global». Vamos a desmenuzar lo que esto significa, la frustración que siente Sánchez y cómo esto podría afectar a nuestras relaciones con América Latina y, especialmente, con México.

Una crítica feroz a la agenda reaccionaria

Sánchez no se ha andado con rodeos: ha advertido sobre el auge de «agentes de la mentira» que están utilizando la desconfianza en las instituciones para fragmentar sociedades. ¿Te suena familiar? Todos vivimos en este entorno donde los bulos y las teorías de conspiración parecen tener más peso que datos verificables. Es como si cada día un nuevo post viral lograra desatar el caos en nuestra percepción de la realidad.

«Es importante levantar un escudo que proteja a las instituciones democráticas», dijo. Pero, ¿es suficiente con levantarse y gritar “La democracia está en peligro”? Es una pregunta complicada y que requiere más que simple retórica. Se necesita una acción efectiva y sostenida. Personalmente, yo me siento un poco abrumado por la cantidad de información contradictoria que encontramos a diario. ¿Cómo podemos, como ciudadanos informados, seguir promoviendo principios democráticos cuando parece que la desinformación está ganando la batalla?

La frustración del líder español

Hablemos de la frustración de Sánchez. En su discurso, se refirió a un hecho que podemos considerar bastante «incómodo»: la exclusión del rey Felipe VI de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum en México. Aquí es donde entra la diplomacia en juego, y creo que todos podemos sentir ese nudo en el estómago que ocasiona la tensión entre dos países que deberían ser hermanos.

Sánchez, evidentemente «frustrado» y casi sintiéndose como un niño que ha perdido su juguete, expresó que “es inaceptable e inexplicable” la decisión del gobierno mexicano. Y aún más, en señal de protesta, el Gobierno español ha decidido no participar en la ceremonia de traspaso de poder. Es un juego complicado donde los egos y las tradiciones chocan. Pero, ¿no deberíamos encontrar formas más efectivas de resolver nuestras diferencias en lugar de hacer un “ring” diplomático?

La relación entre México y España: un hilo delgado

Pero no todo es un mar de rosas. Las tensiones entre España y México han crecido en medio de las demandas de disculpas por parte del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. Oh, la conquista… ese viejo fantasma que sigue atormentando las relaciones hispano-mexicanas. AMLO ha exigido que España asuma su «responsabilidad» por lo que sucedió durante la conquista. La carta que envió a Felipe VI en 2019 sigue sin respuesta.

La situación me recuerda a cuando tienes un desacuerdo con un amigo, pero ambos se resisten a dar el primer paso para resolverlo. La falta de respuesta puede interpretarse de múltiples maneras, pero a la vista de la historia, parece que tanto México como España están tirando de la cuerda en direcciones opuestas. Sin embargo, Sheinbaum ha mencionado que no busca romper relaciones, sino más bien fortalecerlas mediante un entendimiento que reconozca sus respectivas identidades.

Aquí, la diplomacia juega un papel profundo y necesario. Después de todo, ¿quién no prefiere un buen abrazo en lugar de un cruce de acusaciones históricas? El reconocimiento mutuo podría ser un buen punto de partida, pero ¿es demasiado pedir?

La importancia de América Latina y el papel de la UE

En el contexto internacional, la defensa de los derechos humanos y la democracia no son solo un deber moral, son estratégicos. Durante su intervención, Sánchez insistió en la necesidad de cooperación entre la Unión Europea y América Latina. Y aquí la historia toma un giro interesante, ya que hablamos de dos regiones con un potencial inmenso para establecer lazos económicos y culturales.

¿Pero cómo se logra eso? Un enfoque continuado en la transparencia y la voluntad popular es crucial, especialmente al examinar la situación de Venezuela. En esta parte, el presidente hizo un llamado a un «recuento transparente y verificado» de los resultados electorales en el país. ¿Se imaginan un mundo donde las elecciones se llevan a cabo sin controversias? Esa es la utopía a la que todos aspiramos.

Reflexiones finales: hacia un futuro compartido

Es evidente que la democracia está enfrentando desafíos tanto a nivel nacional como internacional. Los discursos y las críticas son útiles, pero lo que realmente importa es la acción. Aunque Sánchez enfatizó la necesidad de cooperación, la pregunta persiste: ¿Estamos realmente dispuestos a dejar atrás los desacuerdos históricos y avanzar juntos hacia un futuro compartido?

Mi esperanza es que el deseo de construir un puente entre México y España prevalezca, y que, de alguna manera, el camino hacia la reconciliación, aunque lleno de baches, conduzca a una relación más fuerte y significativa.

La historia de Sánchez en la ONU es un claro recordatorio de que, aunque la política puede ser un campo de batalla, siempre existe espacio para la empatía, el entendimiento y, quizás, algo de humor en la vida cotidiana de السياسة. Como siempre digo: «si no puedes reírte de tus problemas, al menos ríete de los de los demás». Pero recordemos que, al final del día, todos estamos en este barco juntos, navegando por las aguas a menudo turbulentas de la política internacional.