Este lunes, 2 de diciembre, ha llegado un cambio significativo que reconfigura la forma en que los viajeros son registrados en España. La nueva regulación impone requisitos a los hoteleros, propietarios de viviendas turísticas, agencias de viajes y empresas de alquiler de vehículos, que deberán recopilar hasta 28 datos de sus clientes. Si al leer esto te sientes un poco abrumado, no estás solo. Todos hemos pasado por ese momento en que pareciera que nos piden más información que en una cita de trabajo. Pero no te preocupes, aquí desglosaremos todo lo que necesitas saber con un toque de humor y un poco de empatía.

A quién afecta el nuevo registro de viajeros

Si tienes un hotel, un hostal, una casa rural o incluso eres propietario de una vivienda que decides alquilar a turistas, este registro te afecta. La obligación de cumplir con el nuevo protocolo de registro documental recae en todas las personas físicas y jurídicas que ejerzan actividades de hospedaje o alquiler de vehículos a motor sin conductor. Así que, si piensas que puedes ignorar esta normativa, piénsalo dos veces.

Las sanciones por no cumplir podrían vaciar más que tu billetera en la última fiesta, con multas que varían desde 100 hasta 30,000 euros. Y, sinceramente, ¿quién necesita ese estrés en su vida? Siempre vale más la pena prevenir que lamentar.

Datos que deben recopilarse

Hablemos de esos 28 datos que van a ser la charla de la mesa de café entre los hoteleros y agencias de viajes en los próximos días. Aquí desgloso lo que es absolutamente obligatorio:

Datos de la empresa arrendadora

  • Nombre o razón social.
  • CIF o NIF.
  • Municipio y provincia.
  • Teléfono fijo y/o móvil.
  • Correo electrónico.
  • Página web y URL del anuncio.

Datos del establecimiento

  • Tipo de establecimiento.
  • Denominación y dirección completa.
  • Código postal y localidad.

Datos de los viajeros

  • Nombre completo y sexo.
  • Número de documento de identidad, tipo de documento (DNI, pasaporte, TIE).
  • Nacionalidad y fecha de nacimiento.
  • Lugar de residencia habitual (dirección completa).
  • Teléfono y correo electrónico.
  • Número total de viajeros y relación (en caso de menores de edad).

Datos de la transacción

  • Número de referencia y fecha del contrato.
  • Datos del pago, incluyendo el tipo de tarjeta y fecha de caducidad.

Eso suena como una narrativa de una novela de suspenso en la que el protagonista tiene que desglosar su vida privada, ¿verdad? El hecho de compartir este tipo de información puede parecer invasivo, y entiendo ese sentimiento. Después de todo, la privacidad es muy importante.

Las sanciones: cuidado con lo que no cumples

La normativa trae consigo unas sanciones que no se pueden pasar por alto. Las infracciones leves pueden resultar en multas que oscilan entre 100 y 600 euros. Pero si eres de los que piensan que eso son «cosas menores», las infracciones graves están en otro nivel, con sanciones que pueden alcanzar hasta los 30,000 euros. O sea, ¡es un buen momento para prestar atención a los detalles!

Posiblemente te estés preguntando: ¿realmente estas multas son necesarias? La verdad es que el Ministerio ha trabajado en esta regulación con el argumento de que no hay un fin recaudatorio, sino uno enfocado a la seguridad. Pero, como en muchas ocasiones, los buenos propósitos a menudo se acompañan de un toque de burocracia.

Las críticas del sector

Como era de esperar, esta nueva medida ha suscitado críticas en los sectores afectados. Muchos hoteleros y agentes de viajes creen que esto incrementará la carga burocrática y podría reducir la competitividad en el mercado. Me imagino a los dueños de esos pequeños alojamientos que ya luchan para mantenerse a flote, enfrentándose ahora a más papeleo. ¡Es como manejar a través de un laberinto sin salida a la vista! Pero, por otro lado, los fines de la regulación pueden verse como una forma de mejorar la seguridad.

La defensa de Interior

El ministerio del Interior, a cargo de Fernando Grande-Marlaska, argumenta que esta medida es necesaria debido a la situación de seguridad actual y la frecuencia de actividades terroristas y crímenes organizados que afectan a la ciudadanía. Su enfoque es claro: quieren establecer un sistema moderno y adaptado a las necesidades actuales. Curiosamente, la norma del registro de hospedaje que ahora se considera “obsoleta” tiene 65 años de antigüedad. Esto podría ser un buen momento para recordarles que «no todo lo viejo es bueno» y que es hora de adaptarse a los tiempos modernos.

Interior ha declarado que la normativa busca mejorar la seguridad ciudadana. Aquí me viene a la mente la imagen de todos esos trámites pesados por los que se pasa antes de poder irse de viaje. ¿No se podría hacer de manera más simple? La respuesta parece ser un «no». Hay que seguir con los registros.

La conclusión: ¿una balanza entre seguridad y privacidad?

Finalmente, esta nueva regulación nos lleva a un debate abierto. ¿Es realmente necesaria para la seguridad o es un exceso que invade nuestra privacidad? A medida que se implementa esta ley, quizás llegue el momento de reflexionar sobre cómo se maneja nuestra información personal en la era digital. Las plataformas digitales han hecho nuestra vida más simple, pero a menudo a costa de nuestra privacidad.

Y una pregunta para reflexionar: ¿estás dispuesto a sacrificar un poco de privacidad por la seguridad de todos nosotros? Desde mi experiencia, esa respuesta variará dependiendo de a quién le preguntes. Al final, todos queremos sentirnos seguros, pero no a expensas de nuestra libertad personal.

Las plataformas digitales y las normativas deben coexistir, y ahora más que nunca, parece que nos estamos acercando a un equilibrio delicado entre seguridad y privacidad. Como siempre, lo importante es que nos informemos y mantengamos un diálogo abierto, no solo con las autoridades, sino entre nosotros como ciudadanos responsables.

Así que, si eres propietario de un establecimiento o planeas hacer uso de alguna de estas plataformas para tus viajes, asegúrate de estar al día con todos estos cambios. Después de todo, ¡quién quiere enfrentarse a una multa de 30,000 euros por un simple descuido!