El mundo del trabajo ha estado en constante cambio, y recientemente han salido a la luz datos muy relevantes sobre la situación laboral en España. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), publicada el pasado viernes, el empleo ha alcanzado un nuevo máximo histórico en el país, con un total de 21,8 millones de trabajadores ocupados durante el verano. Pero, ¿qué significa realmente esto para la economía? ¿Estamos finalmente viendo la luz al final del túnel tras años de incertidumbre? Vamos a desglosarlo.
Un verano de oportunidades: ¿realmente fue tan bueno?
Vamos a empezar con una anécdota personal. Recuerdo un verano en el que decidí trabajar en un chiringuito de la playa (porque, claro, uno no puede resistirse a la idea de estar en la playa y cobrar por ello). Allí, entre cócteles y tapas, me di cuenta de que había más turistas que nunca, lo que se tradujo en un aumento de las propinas… y de los empleos temporales. Hasta aquí todo parece sublime, ¿verdad? Pero después viene el momento de volver a la realidad: la educación. Así es, cada año, cuando acaba el curso escolar, me llega una especie de resaca laboral donde veo cómo muchos de mis amigos docentes se enfrentan a la aburrida vida de parados hasta el siguiente septiembre.
Este año, parece que la situación general del empleo ha mejorado, y no es solo una percepción. En el tercer trimestre de 2023, se crearon 138.300 nuevos puestos de trabajo, mientras que el número de personas desempleadas descendió en 1.200, dejando un total de 2,75 millones de desempleados. Esta cifra no solo representa un descenso simbólico, sino que nos transporta al nivel más bajo de desempleo desde 2008, justo antes de aquella crisis financiera que nos dejó a todos con un sabor amargo en la boca.
La población activa: un dato interesante
Además de los datos de empleo, también se habla del crecimiento de la población activa. En España, actualmente hay 24,5 millones de personas activas dispuestas a trabajar. Sin embargo, esta cifra ha aumentado en 236.100 personas en el último año, un aumento que se queda corto en comparación con años anteriores, donde vimos incrementos cercanos a los 600.000. ¿Qué ha pasado? ¿Acaso las olas del mar han arrastrado a algunos a la playa en vez de a la oficina? Es una pregunta válida…
Lo que nos lleva al sector que realmente ha impulsado este crecimiento en el empleo: el sector privado. Aunque no se puede pasar por alto que el empleo público se redujo, con 17.100 puestos menos, la buena noticia es que los trabajos en empresas crecieron notablemente. En total, 155.500 nuevos empleos en el ámbito privado. Esto sugiere que la economía está volviendo a tomar impulso, lo cual es un alivio para todos.
Un vistazo a la composición del empleo
Al mirar más cerca, notamos que el crecimiento del empleo ha sido desigualmente distribuido. Por ejemplo, el empleo masculino creció más que el femenino en el último trimestre, con 114.800 hombres que encontraron trabajo frente a 23.500 mujeres. Sin embargo, en el análisis del último año, el escenario cambió, con un aumento más significativo del empleo femenino. ¡Quién lo diría! ¡Las mujeres son las verdaderas estrellas del verano!
La diversidad en el mercado laboral
Por otro lado, el informe también destaca el aumento del empleo para extranjeros, que ha crecido en 73.000, mientras que los trabajadores españoles aumentaron en 65.300. Esta diversidad es un indicativo de la evolución del mercado laboral, que parece estar más abierto que nunca, y que, en cierto modo, enriquece nuestra cultura laboral.
Sectores destacados: el arte de la especialización
En términos de sectores, el informe indica un notable aumento en los Servicios (152.700 más) y la Industria (23.400 más). Sin embargo, no todo es color de rosa en el mundo laboral, ya que el sector de la Agricultura experimentó una pérdida de 38.300 empleos. Así que, si alguien piensa en emplearse en el campo, mejor hágalo pronto antes de que llegue el invierno.
Las actividades que más impulsaron el crecimiento fueron el comercio, el transporte y las actividades sanitarias y sociales. Y es que, ¿acaso no hay una mayor satisfacción que ayudar a alguien y recibir una sonrisa a cambio? Tal vez, por eso es un sector que sigue creciendo.
La educación y sus costes
Tampoco podemos olvidar el lado oscuro: la educación. Este sector, que siempre está lleno de expectativas y esperanza en el futuro, se convierte en el que más empleo pierde al finalizar el curso. Pero, ¿qué se puede hacer? Quizás deberíamos pensarlo dos veces antes de querer ser profesor… porque la vida del verano es tan llamativa.
La tasa de desempleo: un descenso sutil
Ahora, hablemos de la tasa de desempleo, que ha descendido al 11,2%. Esto es un alivio, pero al mismo tiempo es un recordatorio de que todavía hay mucho por hacer. Entre los hombres, la tasa se sitúa en 10%, mientras que en las mujeres asciende a 12,5%. Es aquí donde encontramos la importancia de seguir abogando por la igualdad de género en el ámbito laboral; todavía hay un camino por recorrer.
La temporalidad se mantiene estable
La temporalidad, por otro lado, permanece en el 16,4%. Después de la reforma laboral de 2022, la tasa ha disminuido, pero no de forma drástica. Sin embargo, tenemos buenas noticias: el número de contratos indefinidos ha aumentado en 102.700, mientras que los temporales aumentaron en 121.300 este último trimestre. Esto sugiere que, aunque la temporalidad sigue siendo un problema, se está fortaleciendo la base de empleo más estable, y eso siempre es motivo de celebración.
Lo curioso es que los contratos indefinidos han alcanzado un récord histórico con 15,6 millones, lo que nos lleva a la esperanza de que se están realizando cambios estructurales en el mercado laboral que beneficiarán particularmente a aquellos con menos recursos.
Reflexiones finales: ¿hacia dónde vamos?
Al mirar estos datos, es inevitable hacerse la pregunta: ¿hemos salido realmente de la crisis? La respuesta no es tan sencilla. Aunque las cifras pueden parecer prometedoras, el camino hacia un mercado laboral robusto y equitativo todavía está lleno de desafíos.
Mientras que el optimismo se apodera de algunos sectores, otros aún luchan por sobrevivir. Por ejemplo, la temporalidad es un tema recurrente y debería ser una prioridad para los legisladores. La guerra por lograr un equilibrio entre la flexibilidad laboral y la seguridad económica es una batalla aún no ganada.
Para cerrar, me gustaría invitarte a reflexionar sobre tu propia situación laboral. Después de todo, un empleo no solo es una fuente de ingresos; es también un lugar donde podemos crecer, aprender y contribuir a la sociedad. Así que, si estás en el camino de la búsqueda laboral, ya sea disfrutando de un verano en la playa o navegando por un día de oficina, recuerda que cada nueva experiencia es una oportunidad de crecimiento.
¿Estás listo para aceptar el reto y aprovechar las oportunidades que se presentan? La historia del empleo español sigue escribiéndose, y tú puedes ser parte de ella. ¡Vamos a ello!