La Comunidad Valenciana ha sido testigo de un evento trágico y devastador: la riada del 29 de octubre, que dejó a su paso 215 fallecidos en la provincia de Valencia y afectó a 80 municipios. Ante este panorama desolador, cerca de 40 organizaciones sociales, cívicas y sindicatos han convocado una manifestación contundente con el lema “Mazón dimisión”. Sí, así es, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, se encuentra en la mira de los manifestantes que claman por justicia y Exigen la rendición de cuentas. Todos quieren respuestas, y lo que es más importante, quieren que se tomen medidas para evitar que algo así vuelva a ocurrir.

Un llamado a la acción: la marcha silenciosa

La manifestación está programada para este sábado a las 18:00 y se iniciará desde la emblemática plaza del Ayuntamiento de Valencia, avanzando por iconos de la ciudad como la calle de San Vicente, la plaza de la Reina y el Micalet, antes de culminar ante el Palau de la Generalitat en la plaza de Manises. Su propósito es claro: demandar responsabilidades por una gestión que, según los organizadores, ha sido ineficaz. La coportavoz de la comisión organizadora, Anna Oliver, presidenta de Acció Cultural del País Valencià, ha destacado la necesidad de exigir “información veraz y medios para las víctimas”. Hoy, más que nunca, la justicia y la memoria colectiva están en el aire.

El silencio es una poderosa declaración, y eso es lo que se busca. Se ha pedido a todos los participantes que realicen la marcha en silencio, un gesto de respeto hacia las víctimas y sus familias. ¿A quién no le resultaría difícil mantener el silencio mientras se clama por justicia? Me recuerda a la vez que intenté hacer silencio total en un tren lleno de gente… no pude evitar que se escapara una carcajada al escuchar un ringtone de un perro ladrando.

Más marchas en Alicante y Elche

¿Y qué hay de otras ciudades? La marcha de Alicante también tomará la calle, partiendo del IES Jorge Juan hacia la delegación del gobierno, mientras que en Elche habrá una concentración en la plaza de Baix. Pero eso no es todo; la voz de la protesta resonará en Madrid alrededor de la misma hora a través de la plataforma La Plaza Madrid, que se une a la causa exigiendo la dimisión del presidente Mazón. ¿Acaso el clamor de la gente no es el eco de una sociedad viva y enérgica?

El papel de las organizaciones convocantes

Entre las organizaciones que han respaldado esta manifestación se encuentran algunas de gran prestigio como Escola Valenciana, Intersindical Valenciana y FAMPA València. E incluso partidos políticos como Compromís, Esquerra Unida, y Podem han alentado a sus seguidores a participar. Aquí podemos ver una unión que va más allá de las líneas políticas, una convergencia en la búsqueda de justicia.

Imagina la imagen: miles de personas unidas, caminando en silencio, llevando pancartas que claman por la verdad y la justicia. Parecería una escena sacada de una película, ¿no crees? Pero esta es una realidad tangible, con una inesperada mezcla de dolor y esperanza.

La respuesta de la Generalitat

La situación no solo es alarmante por las muertes y los daños materiales causados por la riada, sino también por la percepción de que la gestión del presidente Mazón ha sido deficiente. Es difícil no cuestionar: ¿dónde estaba el aviso oportuno? Los organizadores hacen hincapié en esta falta de prevención, exponiendo la “ignominia del Gobierno valenciano” que, según dicen, ha llevado a víctimas mortales.

Esta lógica de culpa y responsabilidad es inherente a las tragedias; siempre queremos entender qué salió mal y cómo se pudo evitar. ¿No te has encontrado alguna vez preguntándote lo mismo ante una situación difícil? La búsqueda de respuestas es una parte integral del proceso de duelo y justicia.

Protesta del Frente Obrero: un llamado más directo

Además de la marcha de la tarde, el Frente Obrero también se manifestará en Valencia. ¿Qué buscarán estos grupos? La responsabilidad no solo de Mazón, sino también del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La catástrofe provocó un efecto dominó en la política regional y nacional, demostrando que las acciones (o inacciones) de un indicativo pueden tener consecuencias de gran alcance.

En una reunión intersindical, un compañero me dijo una cita que se me quedó grabada: “Si no hacemos ruido, la gente no escuchará”. Y parece que, este fin de semana, las voces se harán oír.

Manifestaciones anteriores: el sentimiento de rabia

Las concentraciones no son nuevas en la Comunidad Valenciana. Solo días antes, dos actos de protesta tuvieron lugar en Castellón y Barcelona, con reclamos similares sobre la gestión de la dana. En Barcelona, cerca de mil personas clamaron frente a la sede del PP, elevando sus gritos de “Mazón dimisión” y “Mazón a prisión”. Una escena de rabia y desesperación.

Personalmente, me recuerda a las manifestaciones de los años 90, donde miles de personas marchaban por calles empedradas pidiendo justicia social. Hay algo inherentemente catártico en compartir un propósito con quienes también sienten esa indignación.

La importancia de mantener la paz

Sin embargo, hay un aspecto singular en estas movilizaciones. A pesar de la palpable rabia, los organizadores han pedido que, en esta ocasión, la marcha sea silenciosa. Este enfoque busca no dar pie a disturbios y mantener el respeto hacia quienes han sufrido. Es un recordatorio de que, a pesar de las emociones intensas, la empatía debe ser la guía. Pero, ¿puede el enojo estar acompañado de la calma? A veces, la respuesta es sí.

A menudo, nos encontramos en situaciones donde debemos elegir entre expresar nuestro descontento y mantener el respeto. Por experiencia, puedo asegurar que ambas cosas son posibles.

Reflexiones finales y a dónde nos lleva esto

Con el telón de fondo de despedidas, llantos y esperanzas de justicia, la Comunidad Valenciana se enfrenta a un momento crítico. Las manifestaciones que sucederán este sábado no son simplemente un llamado al presidente Mazón, son un reflejo de la lucha por un cambio genuino en la gestión de emergencias. Son un clamor por aquellos que ya no están con nosotros, por los que aún luchan por volver a casa y por quienes se preguntan si esto volverá a suceder.

Así que, este es el momento para que todos se detengan y consideren: ¿Qué harían ustedes en una situación similar? ¿Restrainirían su voz o se convertirían en parte de un movimiento que clama por cambios fundamentales? Imaginen el mundo en el que vivirían si sus voces fueran tan fuertes que resonaran incluso en las oficinas de los que toman decisiones.

Es una invitación abierta a empatizar con el dolor ajeno y, sobre todo, a exigir que todos aprendamos de las tragedias del pasado. Después de todo, en tiempos de crisis, la unidad y la voz del pueblo pueden ser la única fuerza capaz de generar un cambio verdadero.