La financiación autonómica en España es como una montaña rusa: llena de altibajos, giros inesperados y, a menudo, deja a los pasajeros con más preguntas que respuestas. Recientemente, la Conferencia de Presidentes celebrada en Santander nos brindó una mirada al complejo panorama político y económico que enfrentan las comunidades autónomas, y especialmente a los «barones» del PP, quienes parecen haber hecho un frente común para abordar la situación insostenible de las deudas.

¿Qué pasó en la conferencia de presidentes?

El 8 de diciembre de 2024, los presidentes autonómicos de España se reunieron para discutir temas cruciales que afectan a todos los ciudadanos, como la financiación autonómica, la vivienda y la inmigración. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inauguró el evento aludiendo a la importancia del Estado de las autonomías y llamando a celebrar la diversidad territorial del país. Respira hondo, intenta transmitir optimismo y confianza, pero la realidad que se presenta no es tan sencilla.

Las quejas no se hicieron esperar

Uno de los puntos más candentes de la reunión fue la reforma del modelo de financiación autonómica. Allí, el presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, dejó claro que no aceptará una negociación bilateral entre el Estado y Cataluña, aludiendo a los problemas históricos de financiación que enfrenta su comunidad. Desde su perspectiva, ¿por qué deberían los ciudadanos de Andalucía pagar más impuestos por el despilfarro de otros? Es una inquietud válida y, para ser honesto, también un poco dolorosa al escuchar la frase «los andaluces siempre somos los perjudicados».

Un momento clave fue cuando Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, pronunció enérgicamente su rechazo a la condonación de deudas, salvo en el caso de la Comunidad Valenciana. Olvidemos por un momento el gran dilema de la financiación e imaginemos a Ayuso con una capa de superheroína tratando de salvar a Madrid de los depredadores fiscales. La cuestión es: ¿realmente podemos pensar que una quita de alivio financiero beneficiará a aquellos que han hecho esfuerzos históricos para mantener su economía a flote?

La controversia de las quitas de deuda

Una de las propuestas más controvertidas en la agenda de la conferencia es la quita de deuda. El Gobierno ha planteado la posibilidad de que el Estado asuma parte de la deuda de las comunidades autónomas. Según estimaciones recientes, las comunidades deben unos 208.638 millones de euros al Estado. Para quienes no están al tanto, esto es como tener una hipoteca sobre tu hogar que parece crecer de mes a mes, a pesar de tus esfuerzos por saldarla.

Aunque muchos presidentes se han mostrado abiertos al diálogo sobre la cuestión, la idea de «quitas» no agrada a todos. Jorge Azcón, presidente de Aragón, ha manifestado su descontento con las «soluciones parche» que no abordan el problema estructural del sistema de financiación.

Reflexionando sobre la deuda

Piénsalo así: ¿por qué un estudiante que se esfuerza por pagar sus préstamos debería ver que otros reciben un alivio de sus deudas sin haber hecho un esfuerzo similar? Podríamos argumentar que esto no es sólo una cuestión de número, sino de valores. Las comunidades que hacen malabares con presupuestos ajustados y se esfuerzan por mantener las cuentas claras no deberían ser penalizadas por las malas decisiones de unos pocos.

Vivienda: Un tema ineludible

La cuestión de la vivienda es otro aspecto crucial que abordaron los presidentes. Según Juanma Moreno, la falta de vivienda asequible es un «problema estructural» que debe ser tratado con urgencia. Después de todo, es difícil concentrarse en avanzar cuando la gente no tiene dónde vivir; una situación alarmante y lamentablemente familiar en las grandes ciudades.

Fernando Clavijo, presidente de Canarias, también se lamentó por la falta de soluciones adecuadas en la política migratoria y la ausencia de viviendas asequibles. Es como estar atrapado en una competencia de talentos y de repente darse cuenta de que la mayoría de los participantes no tienen acceso al escenario.

Esperemos que no se haga rutina el ver a los presidentes hablando de soluciones con tal urgencia que uno podría imaginar un círculo de sillas vacías en su casa, esperando a ser ocupadas por ideas que podrían reducir el impacto de esta crisis.

¿Por qué es tan complicado llegar a acuerdos?

Como espectadores de este drama político, a veces nos preguntamos: ¿por qué es tan complicado llegar a un acuerdo? El ambiente político parece más tenso que en un partido de fútbol durante un clásico. La pelea entre comunidades autónomas se lleva a cabo a puerta cerrada y muchas veces se traduce en recriminaciones personales.

Salvador Illa, president de la Generalitat, se defendió de las acusaciones, insistiendo en que su modelo de financiación con ERC pertenece a un enfoque «solidario» entre comunidades. Pero en este escenario, cada palabra es una jugada estratégica, y cada presidente se esfuerza por llamar la atención sobre los problemas de su propio territorio.

¿Es posible que el enfoque en los intereses de cada comunidad impida llegar a soluciones verdaderamente integradas? ¡Seguro! A veces parece que el diálogo no es más que un juego de palabras; un tira y afloja que podría ser cómico si no fuera tan trágico.

El dilema de la bilateralidad

Y aquí llegamos a un dilema: la bilateralidad. Es como un juego donde varios jugadores están dispuestos a dar la mano, pero como sabrán, el alma de un juego es el cooperativismo. Una negociación bilateral puede permitir que algunos tengan privilegios sobre otros, algo que muy pocos están dispuestos a aceptar.

Ayuso ha sido muy clara al oponerse a la bilateralidad con Cataluña, mientras que otros líderes como Illa defienden este enfoque. ¿No es paradójico? En un país donde todos dicen ser iguales, parece que algunos son «más iguales que otros».

Migración: otro tema caliente

El tema de la inmigración también se trató en la conferencia. En un momento en que las comunidades fronterizas hospitalizan la cruda realidad de la llegada de menores no acompañados, es vital que se aborden este tipo de problemas de manera integral y solidaria.

Fernando Clavijo de Canarias y Iñigo Urkullu del País Vasco firmaron un documento demandando una distribución eficiente de estos menores. Al igual que en un barco, la carga debe ser repartida para evitar que los que están en la proa terminen hundiéndose.

¿Hacia dónde nos dirigimos?

Después de todo el ruido y la confusión, la pregunta que permanece es: ¿hacia dónde nos dirigimos? La respuesta, desafortunadamente, está plagada de incertidumbres. Hay muchos intereses en juego y aunque todos los involucrados repiten que el futuro debe ser de cooperación, la realidad muestra que la polarización es el nombre del juego.

Lo que necesitamos es más diálogo, y oportunidades. Las comunidades autónomas deben trabajar juntas, lo que no significa ignorar las diferencias, sino abrazarlas y construir sobre ellas. El futuro de la financiación autonómica no debería ser una costumbre de ver cómo algunos ganan mientras que otros pierden. Si hay esperanza, debe ser compartida.


Y así, con un tono de intriga y complicación, nos vemos dentro de un laberinto que sigue sin resolverse. Pero, como en toda buena novela, siempre esperamos que haya un desenlace, y disfruto cada página al darme cuenta de que al menos estamos hablando. ¿Queda algo positivo en todo este vaivén? Bueno, al menos los barones parecen comprometidos con el diálogo. El resto de nosotros puede compartir una copa de vino y tratar de entender en qué estamos metidos. ¡Salud!