Las cifras no mienten, y en esta ocasión, las que llegan desde el sector energético en España son gloriosas. Las cuatro grandes energéticas cotizadas, Iberdrola, Endesa, Naturgy, y Repsol, han sorprendido al mercado con unos beneficios conjuntos de 10.247 millones de euros en los primeros nueve meses de 2024. Alguien podría decir que se trata de un cuento de hadas económico, pero aquí no hay magia, solo energía y números. ¿Qué está detrás de estas cifras? Acompáñame en este recorrido, que seguramente tendrá muchos giros inesperados, como una montaña rusa emocional.
Un año de cambios y desafíos energéticos
La crisis energética desatada por la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 dejó los precios del gas natural por las nubes y desató una tormenta en los mercados globales. ¿Te acuerdas de esos momentos de incertidumbre? Las familias españolas miraban la factura de la luz como si estuvieran desenterrando un viejo tesoro: la esperanza de encontrar buenas noticias. Pero lo que encontraban era más bien un sobresalto.
Cuando el polvo se asentó, las grandes energéticas habían aprendido a surfear sobre esta ola de desafíos. A pesar de que la mayor petrolera española, Repsol, reportó una caída del 37% en sus ganancias, quedándose en 1.792 millones de euros, otras empresas han logrado salir a flote y prosperar.
Una mirada más cercana a los números
Iberdrola se destacó en este sentido con unos impresionantes 5.470,7 millones de euros, un 50,4% más en comparación con el año anterior. Aunque algunos podrían pensar que esto suena a un truco de magia, la compañía no ha estado simplemente sentada esperando a que caigan beneficios del cielo. Ha vendido activos en México por valor de 1.165 millones de euros, un movimiento que, aunque estratégico, dejó a muchos preguntándose: ¿es esto sostenible a largo plazo?
Por otro lado, Endesa también hizo su parte, aumentando sus beneficios en un 32,6% hasta alcanzar los 1.404 millones de euros. Y no podemos olvidarnos de Naturgy, que ha sorprendido a todos con un beneficio récord de 1.580 millones de euros hasta septiembre. ¡Vaya fiesta de cifras!
La política y los impuestos: ¿un juego de poderes?
¿Y qué pasa con el famoso impuesto a las energéticas? Uff, ese tema podría dar para un capítulo en una novela de intriga política. El PSOE y Sumar han intentado convertir este tributo en permanente, pero recientemente se desmoronó debido a la falta de apoyos parlamentarios, especialmente del PNV y Junts. ¿Es una señal de que el gobierno no tiene el control total sobre lo que está pasando en el sector energético? Quizá. O tal vez simplemente se están tomando un descanso para revisar su plan de juego.
Antonio Brufau, el presidente de Repsol, se pesaba entre las ganancias y las pérdidas. Aunque su compañía ha experimentado una caída significativa en beneficios, celebró su 20º aniversario en el cargo con la alegría de que el impuesto ha decaído. La ironía de la vida: mientras algunos lloran pérdidas, otros bailan en sus mejores momentos.
Consumidores al acecho
Esto nos lleva de vuelta a la pregunta: ¿qué significa todo esto para nosotros, los consumidores? Después de todo, somos nosotros quienes abrimos esas facturas en clips de nerviosismo, esperando que no nos saquen lágrimas. La reducción del IVA y la introducción de bonos sociales han sido pasos importantes, pero ¿son suficientes para mitigar el impacto del crecimiento de los precios de la energía en nuestros bolsillos?
Con la crisis de precios y la inflación ya en el retrovisor, las anunciadas altas en beneficios de las energéticas nos dejan inquietos. Si no hay medidas sostenibles a largo plazo, el ciclo de altos precios podría volver a repetirse.
Mirando hacia el futuro: ¿ganancias sostenibles?
Según los pronósticos, Iberdrola ha vuelto a mejorar sus expectativas para 2024, donde señala que puede llegar a nuevos beneficios y dividendos récords. Pero, claro, aquí surge una pregunta crucial: ¿esta estrategia es sostenible, o es solo un juego de naipes?
El lanzamiento de nuevas inversiones en energías renovables, especialmente tras el cambio de nombre de Cepsa a Moeve, es una señal prometedora de que el sector energético se está tomando en serio su transición hacia prácticas más sostenibles. Pero hablar de sostenibilidad y llevarlo a la práctica son dos cosas diferentes. Tal como diría mi abuela, «de la palabra a los hechos hay un buen trecho».
La presión de las expectativas
Con la mirada puesta en el futuro, las empresas deben tener cuidado de no caer en la tentación de priorizar las ganancias a corto plazo a expensas de la sostenibilidad. El consumidor moderno tiene voz, y cada vez más puede optar por compañías que priorizan el medio ambiente y prácticas éticas. Las redes sociales han servido para que las empresas entiendan que el cliente puede ser tanto un rey como su mayor crítico.
Conclusión: Un sector en transformación
Así estamos, en un momento de transformación energética en España. Los récords de ganancias son emocionantes, pero también obligan a una reflexión. ¿Sobrevivirán las empresas en un entorno donde el consumidor exige transparencia y sostenibilidad?
Las acertadas estrategias comerciales, la innovación y la adaptación al ritmo de los cambios globales serán esenciales para que el sector energético siga prosperando. Después de todo, el cántico de las ganancias puede sonar hermoso, pero sólo hay que esperar un rato para que una melodía diferente empiece a sonar: la voz de los consumidores, que están más alerta que nunca.
Ahora, te pregunto, ¿qué piensas tú de toda esta situación? ¿Comprobarás tu próxima factura con más ojos críticos o seguirás pensando que «no hay nada que hacer»? ¡Me encantaría conocer tus pensamientos!