La violencia machista sigue siendo un tema candente en nuestra sociedad actual, y los eventos que rodean la reciente tragedia en Belesar, un pueblo del municipio de Baiona, en Pontevedra, no hacen más que subrayar la urgencia de abordar este fenómeno. La muerte de una mujer de 36 años, encontrada sin vida en la puerta de su expareja —quien supuestamente tenía una orden de alejamiento contra ella— ha impactado a la comunidad y ha abierto un sinnúmero de preguntas sobre cómo podemos prevenir que estas situaciones sigan ocurriendo.

En este artículo, haremos un recorrido a través de lo que ha sucedido, el contexto en el que se inscribe este evento, y cómo podemos, como sociedad, ser partes de la solución. Prepárate para un viaje que va desde la tragedia a la reflexión, pasando por un toque de humor sutil (sí, se puede) e historias que seguramente resonarán contigo.

Un suceso angustioso: lo que pasó en Baiona

Todo comenzó en la madrugada del 5 de octubre, cuando un hombre alertó a emergencias sobre una situación preocupante. Al llegar los servicios de urgencias, se encontraron con una escena desgarradora: el cuerpo de una mujer y una persona que, al parecer, estaba involucrada en su vida, huyendo del lugar. Un caso más que se suma a las estadísticas de violencia de género en España.

Pero, ¿qué motivaría a alguien a actuar de esta manera? ¿Por qué la violencia persiste incluso cuando existen mecanismos de protección en funcionamiento? La mujer, que estaba bajo el sistema de protección Viogen y con un nivel de riesgo medio, había intentado buscar maneras de proteger su vida. No obstante, la distancia que impone una orden de alejamiento a menudo no es suficiente.

La sombra de la violencia de género

Quizá te estés preguntando: «¿Por qué es necesario hablar de esto?», y es una buena pregunta. La violencia de género no solo afecta a la víctima, sino que impacta en toda la comunidad. Esto me recuerda a una anécdota personal: el año pasado, asistí a un evento sobre la violencia machista, y me encontré con una mujer que había sobrevivido a una relación abusiva. Su relato me dejó a todos boquiabiertos, no solo por la intensidad de su experiencia, sino también por su valentía al compartir su historia. Y es que a veces, la empatía se logra a través de la experiencia compartida.

Las cifras son escalofriantes. Según datos oficiales, en lo que va de 2023, se han registrado más de 30 feminicidios en España. A pesar de los esfuerzos por erradicar la violencia machista, parece que estamos muy lejos de la meta. ¿Cómo es posible que en un mundo donde se celebran tanto los derechos humanos, esta violencia persista? Es como si hubiéramos olvidado lo básico: el respeto.

La falta de herramientas adecuadas

Una de las críticas más frecuentes en debates y foros es la falta de herramientas adecuadas para las víctimas. De acuerdo a reportes en medios de comunicación, desde que se establecieron los sistemas de protección a través de Viogen, muchos aún se sienten desamparados. La pregunta que surge es: ¿No es hora de revisar y reforzar estas herramientas?

Imaginemos por un momento que estás en esta situación. Tienes un plan de acción para salvarte, y, a pesar de ello, sientes que el sistema no está haciendo lo suficiente. Eso es exactamente lo que le ha sucedido a muchas mujeres en la misma situación que la víctima de Baiona. No solo luchan contra su agresor, sino también contra un sistema que, aunque tiene buenas intenciones, falla en la acción.

La importancia de la denuncia

La denuncia es un paso crucial en la lucha contra la violencia machista. La mujer que perdió la vida en Baiona tenía el respaldo del sistema, pero, tal como mencionamos anteriormente, esto no siempre es suficiente. La denuncia no solo es un acto valiente, sino también un grito al vacío que a veces no es escuchado.

Un amigo mío, que es trabajador social, siempre dice que “denunciar es la primera línea de defensa, pero no debe ser la única”. Esto me lleva a preguntarte: ¿qué pasa con la educación en la tolerancia y el respeto?

Reacciones desde la comunidad y el Gobierno

El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, pidió “la máxima prudencia” dado que las circunstancias aún están por esclarecer. Pero, ¿no es este un recordatorio de que no se puede permitir que estos hechos queden en la nebulosa de la impotencia social? ¿No deberíamos exigir un enfoque más proactivo en la erradicación de la violencia?

Además, en una cena reciente «para mujeres» en Pontevedra, se investigó el uso de fondos contra la violencia machista. ¿Es este un intento de visibilizar el problema o simplemente más ruido en un mundo donde ya tenemos demasiado? La situación exige más que solo palabras, como también lo exige cada caso de maltrato, pero lo que realmente necesitamos son acciones concretas.

Cómo prevenir futuros casos de violencia machista

Es importante que hablemos no solo de lo que ocurrió, sino también de lo que podemos hacer. Cada uno de nosotros tiene la capacidad de ser parte de la solución. Aquí hay algunas ideas:

  1. Educación y sensibilización: La educación es la clave. Desde las aulas hasta las redes sociales, necesitamos desestigmatizar la conversación sobre la violencia machista. Hacerlo de forma inclusiva y accesible puede cambiar la narrativa.
  2. Apoyo a organizaciones: Existen diversas organizaciones que trabajan para ayudar a las víctimas de violencia de género. ¿Has considerado realizar una donación o colaborar como voluntario? A veces, un pequeño gesto puede marcar una gran diferencia.

  3. Crear redes de apoyo: Ya sea en tu círculo social o en el ámbito laboral, fomentar un ambiente donde las víctimas se sientan cómodas hablando de sus experiencias puede ser invaluable. Todos podemos ser oyentes empáticos.

  4. Denunciar: Si eres testigo o conoces a alguien que esté sufriendo violencia, no dudes en actuar. Puedes hacer la diferencia.

  5. Reflexionar sobre nuestras propias actitudes: A veces, la violencia de género comienza con actitudes sutiles que se normalizan. ¿Cómo te comportas en tus relaciones o cómo hablas de los demás? Todos somos responsables.

El camino hacia adelante

La muerte de una mujer por violencia de género no solo es una tragedia individual; es un recordatorio sombrío de que aún hay un largo camino por recorrer. Cada vez que escuchamos una historia así, es un llamado a la acción. Hay una frase que dice que «un mundo mejor empieza por un hogar mejor». Pero, ¿cómo podemos tener un hogar mejor si las bases están llenas de violencia?

Es hora de que la sociedad despierte y empiece a escuchar. La violencia machista no es un problema de las mujeres; es un problema de toda la comunidad. Si no lo abordamos juntos, si no gritamos juntos, el eco de esta violencia seguirá resonando en nuestras calles.

Conclusión: una cuestión de todos

El caso de la mujer de Baiona es solo una de muchas historias que van en aumento, y cada una de ellas nos invita a reflexionar sobre lo que podemos hacer. Nos toca a todos ser parte de la solución.

En un mundo donde el acceso a la información es más fácil que nunca, también se nos presenta un desafío: cómo traducir ese conocimiento en acción. La violencia de género debe ser erradicada, pero esto no sucederá de la noche a la mañana. Necesitamos un esfuerzo colectivo para educar, informar y actuar.

Te invito a que compartas este artículo, que reflexiones sobre lo que sabes, y que enfrentes la realidad con valentía. Es hora de estar del lado correcto de la historia. Como diría mi amigo el trabajador social, “no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el mundo se desmorona”.

Y tú, ¿estás dispuesto a ser parte de la solución?