¿Alguna vez te has preguntado qué comían los romanos durante sus épicas travesías por el Mediterráneo? Sí, esas mismas travesías que marcaron la historia de la humanidad y que, si bien no incluían WiFi ni Netflix, parecían tener un sistema culinario bastante innovador para su época.
Recientemente, un fabuloso estudio publicado en el Journal of Maritime Archeology ha revelado detalles fascinantes sobre la dieta y las técnicas culinarias que los romanos utilizaban en sus barcos, lo cual no solo nos brinda una ventana al pasado, sino que también nos recuerda lo ingeniosos que podemos ser para mantener nuestra estómago contento, ¡incluso mientras cruzamos un mar agitado! Entonces, sin más preámbulos, acompáñame en esta aventura por los sabores de la antigüedad, y te prometo que hay más de un «garum» en este fresco mar de datos.
La curiosidad arqueológica detrás del naufragio
El punto de partida de esta historia se sitúa a unos 1.700 años en el pasado, cuando un barco romano se hundió cerca de las costas de España. Tras siglos bajo el sedimento, este antiguo navío fue rescatado del olvido, y junto a él, un tesoro culinario que desafía la creencia de que la comida en alta mar era solo pan rancio y pescado seco. El investigador Herman va Vliet ha desenterrado no solo un remanente de la historia, sino también un rico repertorio de cómo los romanos se aseguraban de que sus estómagos estuvieran bien alimentados en los días de tormenta.
¿Qué fascinantes técnicas culinarias utilizaron los romanos?
La investigación revela que los romanos no eran meros sobrevivientes en el océano. ¡Eran cocineros a bordo! A través de excavaciones en naufragios antiguos, se descubrió que existían cocinas rudimentarias en los barcos. Estas cocinas contaban con grandes calderos y hornillos primitivos, que les permitían preparar comidas calientes. Imagínate a un grupo de marineros, en medio de una tormenta, mientras el barco se tambalea, oliendo a garum caliente en la cocina. Suena bastante surrealista, ¿verdad? Pero a veces, un buen plato puede ser la diferencia entre perder el apetito y sobrevivir a otra ola.
¿Qué había en el menú?
Una de las sorpresas más interesantes que encontramos es que el pan de cebada fue un alimento clave en la dieta de estos marineros. Este pan era ideal debido a su durabilidad. Imagina tener un «snack» que podría sobrevivir a un apocalipsis. Pero no todo era conservación. A través de los restos encontrados, los arqueólogos han confirmado que los romanos pescaban durante sus travesías, lo que les proporcionaba proteínas frescas. ¿Quién diría que la pesca en alta mar era parte de la gastronomía romana?
El garum: el «umami» de la antigüedad
Si hay un término que deberías recordar de esta lectura es garum. Este condimento, una especie de salsa de pescado fermentada, era el rey de la dieta romana en alta mar. Encontrado en más de 300 ánforas selladas, su esencia parece haber sido un sinónimo del sabor. Al igual que hoy en día algunas personas consideran que la salsa de soja es un néctar celestial, el garum tenía un estatus similar. Y hablando de estatus, ¿te imaginas las reacciones de los romanos al abrir una vasija de garum en una cena?
Aunque suena un poco exótico para nuestros paladares modernos, ¡no subestimes su potencial!, ya que el garum era un complejo entremezclado de anchoas y sardinas que robó el corazón (y el estómago) de muchos en la antigua Roma.
La importancia de la higiene y la seguridad en la cocina a bordo
El mantenimiento de la seguridad era primordial. En un barco de madera, la última cosa que querías era un incendio, y los romanos lo sabían. Según va Vliet, se utilizaban braseros y hornillos de carbón, los cuales producían calor sin llamas abiertas, minimizando así el riesgo de incendios. Además, los restos de tejas y ladrillos encontrados en naufragios revelan que los romanos implementaban medidas de protección para prevenir accidentes. Imagínate a un marinero experimentado instruyendo a los nuevos reclutas: «¡No seas como Julio, no hagas fuego aquí, o nos convertiremos en peces ahumados!»
Granos y legumbres: la base de la dieta
No todo giraba en torno al pescado y al garum. Los marineros romanos también apilaban en sus barcos granos y legumbres, que formaban parte esencial de su dieta. Estos alimentos eran utilizados para hacer sopas y papillas, lo cual ofrecía una fuente de calorías indispensable. ¿Quién no se animaría a comer una rica sopa después de horas de oleaje? Estos elementos, como granos, aceitunas y frutos secos, proveían también no solo el sustento, sino una comodidad hogareña en alta mar.
Pero, ¿dónde estaba el vino?
Ah, el vino. El alma de la fiesta romana. Las ánforas encontradas también contenían vino, ¿quién decía que los romanos no disfrutaban de un buen trago mientras surcaban el océano? Piense en ello como una especie de «happy hour» llevada a cabo en la proa de un barco, mientras los marineros intercambiaban historias legendarias sobre su travesía. ¡Salud!
Conclusiones deliciosas de nuestros antepasados
Lo que esta investigación nos enseña es que los romanos eran verdaderamente ingeniosos. En medio de las adversidades, mantuvieron sus estómagos contentos y la moral alta a base de buenas comidas. Después de todo, sentarse a la mesa —o en este caso, a la cubierta— y disfrutar de una deliciosa comida, incluso en medio de una tormenta, es una excelente manera de mantener la cohesión del equipo.
Pero más allá del sentido pragmático de la alimentación, la relevancia que la cocina tenía en las travesías romanas refleja un aspecto fundamental de nuestra humanidad: la necesidad de conectar a través de la comida.
Como siempre, la historia se repite. ¿No te has dado cuenta de cuántas veces nos reunimos con amigos y familiares alrededor de una comida? En el fondo, ya sea en una cacería romana o en una simple cena familiar, el acto de compartir alimentos es la misma tradición que nos une, incluso a través de los océanos del tiempo.
A medida que reflexionamos sobre esta fascinante combinación de gastronomía y aventura, solo queda preguntarte: ¿estás listo para salir al mar y hacer algunos garums de tu propia cosecha? Quizás lo más adecuado sea empezar por el mar de tu cocina, ¡qué tal una sopa de pescado para empezar!
Espero que hayas disfrutado esta travesía por los sabores romanos. Después de todo, la historia se nutre de relatos como estos que, al final del día, son tan sabrosos como cualquier receta de abuela. Si el futuro promete sorpresas culinarias, al menos podemos estar agradecidos de que nuestros antepasados nos dejaron un legado lleno de ingenio y creatividad en la cocina, ¡salud por ello!