Ah, la tortilla de patata. Ese plato tan sencillo y, a la vez, tan complejo. De hecho, muchas veces me he encontrado defendiendo la tortilla como uno de los pilares de la gastronomía española, y no sin razón. Tiene esa capacidad de abrazarnos en una reunión familiar o de ser el acompañante perfecto de una caña en las terrazas de Madrid. Sin embargo, lo que sucedió en el reciente Concurso de La Mejor Tortilla de Patata de Madrid 2025 ha elevado esta delicia a un nuevo nivel. Estamos hablando de un verdadero arte culinario que no solo satisface el paladar, sino que también cuenta una historia y nos une como comunidad.

El triunfo de La Tortilla Castiza

Este año, el gran ganador del certamen fue Simón García, con su establecimiento La Tortilla Castiza, ubicado en la Ribera de Curtidores 26. Pero, ¿qué lo hace tan especial? Según Simón, su fórmula fue concebida en aquellos días inciertos durante la pandemia. Esa época, que para muchos significó un retroceso, para él fue una chispa de inspiración. “Quería hacer tortillas que pudieran llevar una denominación de origen madrileña. Quería que hablasen de nuestra cultura”, comenta con una ilusión que se hace palpable.

La tortilla de Simón es un bocado jugoso, cremoso y sabroso, como él mismo la describe. Y, claro, no se pueden olvidar los ingredientes: utiliza huevos de Granjas Villarreal y su «oro líquido» favorito, el aceite de oliva virgen extra de Madrid. ¿Sabías que el aceite de orujo de oliva permite freír a temperaturas más altas? Así que no es solo una elección por estilo, sino una elección técnica.

Es fascinante cómo un plato tan aparentemente simple puede deslumbrar cuando se hace con pasión y respeto por los ingredientes. No puedo evitar recordar una anécdota de mi niñez, cuando mi madre me decía que su tortilla era mejor que cualquier otra del mundo. Puede que lo dijera por amor, pero siempre he creído que hay algo mágico en cada tortilla hecha en casa.

Rivalidades en la cocina

El segundo lugar del concurso fue para Iván Plademunt de Plademunt-El Restaurante Imaginario, que presenta un enfoque muy diferente. La combinación de texturas es clave en su propuesta, donde mezcla patatas crujientes y cremosas. Además, su truco para lograr ese sabor intenso es usar más yemas que claras. ¿No es curioso cómo estos chefs juegan con la química de los ingredientes para llevarnos al éxtasis gustativo?

Y luego está Cecilia Malán, del restaurante Etiqueta Negra, quien se llevó el tercer premio con su oferta de tortilla «con mucha cebolla». Su idea de freír la cebolla a la par con las patatas le da esa potencia de sabor que se hace irresistible. Es un gran recordatorio de que, a veces, una simple variación en el método puede transformar lo cotidiano en algo extraordinario.

La sabiduría del jurado

No podemos olvidar al jurado, compuesto por reconocidos chefs y expertos en gastronomía, que tuvo el arduo trabajo de decidir quién se llevaba el oro. Entre ellos se encontraban grandes nombres como Nino Redruello y Jorge Losa, quienes conocen el tejido culinario de Madrid como la palma de su mano. Imagínate estar en esas catas, rodeado de tanta pasión y profesionalismo. Debe ser como asistir a un concierto privado de tus músicos favoritos, pero en vez de música, está el chisporroteo de la tortilla en la sartén y el vibrante debate sobre la cremosidad ideal.

Una experiencia más allá del paladar

En este concurso no solo se trata de quién es el mejor, sino que, sobre todo, celebra la comunidad y el vínculo que se crea a través de la comida. ¿qué tal tu última experiencia gastronómica? Puede que hayas ido a un restaurante, o a esa taberna de toda la vida donde el camarero ya te conoce por tu nombre. Al final, todo se reduce a cómo la comida puede crear conexiones, ya sea entre amigos, familia o incluso desconocidos.

La Tortilla Castiza también ofrece un servicio de delivery y take away. Y, ¡vaya! La siguiente vez que estés decidiendo qué pedir, ¡considera esto! Además, detallan sus precios de manera clara: la tortilla mediana a 11,95 € y la grande a 15,95 €, y por favor, incluye tus preferencias de cebolla (o no).

El precio de una tradición

Para los que piensan que una buena tortilla de patata es solo para ocasiones especiales, piénsalo de nuevo. Pasar por alto un bocado de tortilla bien hecha es casi un crimen en el mundo gastronómico español. ¿Por qué conformarte con algo mediocre cuando puedes deleitarte con una creación que combina tradición con innovación?

Esta competencia no es solo un evento culinario, sino un reflejo del auge que la gastronomía española ha vivido en los últimos años. Madrid se ha convertido en un punto focal donde la gente no solo busca llenar su estómago, sino también experimentar la cultura a través de la comida.

La tortilla como símbolo de identidad

A lo largo de la historia, la tortilla de patata ha sido casi un símbolo de identidad, y la forma en que ha evolucionado es un tributo a cómo una receta puede adaptarse y prosperar en tiempos de cambio. Desde las reuniones familiares hasta los menús de restaurante de alta gama, la tortilla aún logra encontrar su lugar.

Ahora, imagina a las generaciones futuras disfrutando de este plato. ¿Seguirán hablando de los ingredientes de calidad y los pequeños trucos que aportan ese extra de amor a la tortilla? O, mejor aún, ¿serán ellos los que la reinventen para las nuevas generaciones? ¡Dejemos que la historia se encargue de ello!

Una mirada al futuro de la tortilla

Pero más allá de la competencia y los premios, hay algo más profundo que se puede aprender: la cocina es un espacio para la creatividad. Si hay algo que resuena en las historias de estos chefs, es la perseverancia y la dedicación. Mientras algunos ven la cocina como un trabajo, otros la ven como una forma de expresión. La tortilla se convierte en un lienzo en el que los chefs pueden decidir qué tipo de arte quieren crear.

En tiempos en que la sociedad opta cada vez más por opciones rápidas y olvidables, la tortilla de patata vuelve a recordarnos que, con paciencia y dedicación, se pueden lograr grandes cosas. Así que, la próxima vez que estés en Madrid, piénsalo dos veces antes de seleccionar tu próximo bocado. Puede que te estés perdiendo de un arte que, a pesar de su humildad, tiene el potencial de cautivar.

Reflexiones finales

Al final del día, el concurso ha servido como un recordatorio de que en la gastronomía, y especialmente en la tortilla de patata, el cielo es el límite. Lo que comenzó como un alimento humilde ha crecido en complejidad y sabor, haciendo que cada bocado sea una celebración de la cultura y la comunidad.

Así que, ¿te atreves a intentar hacer tu propia versión de la tortilla en casa? Puede que no consigas el mismo éxito que Simón o Iván, pero la experiencia de intentarlo podría ser digna de una sonrisa (y de alguna que otra risa) en la cocina. Al fin y al cabo, cocinar es un viaje, no un destino.

¿Qué me dices? ¡Es hora de intentar hacer tu propia tortilla de patata! 🍳