La capital de España, con su bullicio y movimiento constante, se enfrenta a un verdadero dilema con su cuerpo de agentes de movilidad. ¿Cómo es posible que en una ciudad que se precia de ser moderna y eficiente, un servicio tan esencial esté al borde del colapso? En este artículo, exploraremos la crítica situación que atraviesan los agentes de movilidad en Madrid en 2024, un año que debería marcar un hito y no una crisis.

Un destino incierto: ¿cuántos agentes de movilidad tiene Madrid?

¡Sorpresa! En la última Comisión de Obras, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, nos enteramos de que, para el 2024, Madrid cuenta con el número más bajo de agentes de movilidad en su historia: 450 activos, comparados con los 1,000 de hace unas dos décadas. ¿No se siente uno un poco abrumado al pensar que este es el cuerpo encargado de regular el orden del tráfico y la movilidad de millones de personas? Y no olvidemos, las Navidades están a la vuelta de la esquina, un periodo en que la ciudad se llena de luces y turistas. ¿Cómo pueden estos agentes, casi medioidó, gestionar el flujo de tanta gente?

Jesús Manuel Méndez, secretario general del Sindicato Profesional de Agentes de Movilidad, enfatiza la gravedad de la situación. «Hemos llegado a ser 1,000 y ahora somos unos 450 para toda la capital», declara con un enfoque que mezcla la resignación y la preocupación. La falta de efectivos ha llevado a que las funciones antes realizadas por ellos se trasladen a la Policía Municipal, que ya tiene sus propias responsabilidades.

Manos a la obra en épocas festivas, los agentes de movilidad se convierten en los héroes anónimos de la ciudad. Pero, ¿realmente se les reconoce su labor? Uno esperaría que poder pasear por el centro de Madrid sin tener que sortear coches a cada paso fuera un derecho básico en una ciudad moderna, ¿no? Pero la realidad es muy diferente.

Un servicio al borde del caos: los agentes de movilidad y la presión de las festividades

La Navidad no solo trae alegría y luces; trae también un incremento del tráfico y un caos potencial. La afirmación de Méndez resulta preocupante: «En zonas tan icónicas, como el Hospital Clínico de Cristo Rey, ya no podemos hacer frente al trabajo y lo tiene que asumir la policía municipal». La falta de personal significa que las tareas de seguridad ciudadana están siendo relegadas a un cuerpo de policías ya sobrecargado.

Imagina que al salir de un evento te ves atrapado en un mar de coches y peatones, con un solo agente tratando de regular todo. ¡Eso suena a un caos total! Tienes una mezcla de turistas deseosos de ver las luces y locales frustrados por el tráfico, y en medio el agente de movilidad, intentando hacer malabares con una varita mágica, que, por supuesto, no posee.

La crítica no se hace esperar. A medida que se acercan las festividades, diversos grupos políticos hacen eco de la precariedad del servicio. «Auguro caos circulatorio y sobrecoste en horas extra», expresa el portavoz de Vox, lanzando una clara advertencia al concejal Borja Carabante. La situación no es ideal; parece que hay una tormenta perfecta, y los agentes se encuentran en el ojo del huracán.

Un pie en la puerta: la falta de interés en la profesión

Sin embargo, el problema no se limita a la falta de recursos disponibles. En 2023, se lanzó una oferta para acceder al cuerpo, que resultó ser un verdadero fiasco. 130 plazas fueron ofrecidas, pero solo tres personas se presentaron para ocuparlas y, al final, la convocatoria fue desierta. ¿Qué está sucediendo aquí?

Méndez señala un problema crucial: «No había un baremo de edades». Entendámonos. Si estás planteando la posibilidad de que una persona de 50 años compita en un examen que es pensado para un atleta de 20, ¡estás buscando problemas desde el primer instante! Las expectativas desajustadas han dejado a un área vital de la administración completamente desprotegida.

La desmotivación se suma al problema. Este 2024, alrededor de 150 agentes han promocionado a la Policía Municipal. Es comprensible, ¿verdad? ¿Quién no quiere un salario mejor y más responsabilidades? Pero esto nos deja con la pregunta incómoda: ¿Quién quiere ser agente de movilidad en este contexto?

La búsqueda de soluciones: ¿qué podría hacerse para rescatar este servicio?

Uno podría preguntarse, «¿Qué tipo de soluciones se están considerando para mejorar la situación?». Por un lado, se propone una mayor profesionalidad. Un aumento en la categoría de funcionario de C2 a C1 podría ser un buen primer paso. Pero, ¿realmente eso es suficiente?

Además, hay un clamor creciente por la jubilación anticipada para estos agentes. Pasar tanto tiempo expuesto al caos del tráfico tiene un precio, y los problemas de salud, como los respiratorios y cardiovasculares, se hacen evidentes a medida que los años pasan. Se están volviendo invisibles, sacrificándose en pro de la movilidad de la ciudad, y muy pocos parecen darse cuenta del precio que eso implica.

Cuando se les pregunta sobre las convocatorias futuras, Méndez no tiene piedad: «Son insuficientes». Clara afirmación que no deja lugar a dudas: «Deberían repetirse estas convocatorias varias veces, hasta llegar a los 800-1,000 agentes en plantilla». Es una afirmación que refleja la llamada de atención de muchos.

Reflexiones finales: la importancia de apoyar a nuestros agentes de movilidad

Ahora, hablemos un poco de nosotros. Cuando paseamos por Madrid, ¿cuánto pensamos realmente en las personas que aseguran que todo transcurra adecuadamente? A menudo, estamos tan inmersos en nuestras vidas que olvidamos reconocer a aquellos que hacen un trabajo que a menudo parece invisibile. La nueva asesoría de Carabante puede sonar bien al oído, pero en una ciudad que debería ser inclusiva y eficiente, el bienestar de los agentes de movilidad es vital.

Este es un llamado a todos nosotros. Ya sea que seas un residente o un turista en Madrid, considera la importancia de los agentes de movilidad. Cuida tu ciudad y apoya a aquellos que se encargan de cuidarla.

En un mundo en el que los desafíos son cada vez más grandes, los agentes de movilidad son más que un simple cuerpo regulador; son el reflejo de cómo valoramos a nuestra comunidad y su bienestar. Si no se garantiza la calidad del servicio, ¿qué nos queda?

A medida que nos dirigimos hacia el 2024, parece claro que hay mucho trabajo por hacer. Esperemos que el Ayuntamiento reconozca la importancia de revitalizar este cuerpo y darle el apoyo que merece. Después de todo, Madrid debe ser un lugar donde no solo los coches, sino también las personas, puedan circular libremente y en armonía.