En el contexto actual de España, especialmente en áreas azotadas por desastres naturales, la gestión de emergencias y la manera en que interactuamos con los afectados y los que ayudan es más importante que nunca. Y aquí es donde entra en juego la curiosa historia reciente del eurodiputado Luis Pérez Fernández, conocido popularmente como Alvise Pérez. ¿Te suena esa mezcla explosiva entre política, emergencias y un poco de drama? Acompáñame en este viaje para desentrañar lo que realmente sucedió en la Universitat Politècnica de València (UPV).

El trasfondo de la DANA

Para los que no están al tanto, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) es un fenómeno meteorológico que puede causar lluvias intensas, inundaciones y estragos en el entorno. Bastante divertido, ¿verdad? Bueno, la parte divertida se va rápido. En este caso, en noviembre, la DANA golpeó Valencia y sus alrededores de forma especialmente severa, lo que provocó la movilización de cientos de efectivos de emergencias, incluidos bomberos y personal voluntario.

Hasta aquí, todo parece un episodio trágico de una serie de Netflix. Las autoridades y las ONGs se lanzan a ayudar, y toda la comunidad se involucra… sin embargo, la historia de Alvise Pérez plantea un giro inesperado.

El incidente del pabellón de la UPV

El 12 de noviembre, Alvise Pérez se presenta en el pabellón polideportivo de la UPV, donde se alojan cerca de 300 bomberos y personal de emergencias. ¡Sorpresa! No era el responsable de nada, pero se presentó como tal. Según reportes, él alegó que su intención era “comprobar el estado de las instalaciones”. ¿Te imaginas a un político haciéndose pasar por el líder de un equipo de rescate? Yo me imagino a alguien disfrazado de superhéroe, pero en realidad es solo un hombre en busca de likes en redes sociales.

Al ser confrontado y, aparentemente, identificado, el eurodiputado fue pedido a salir. Tras esto, no tardó en alimentar la máquina de propaganda en su canal de Telegram. Puso en el aire acusaciones sobre que una concejal socialista, Carmen Alcíbar, le había echado por querer “ayudar a los afectados”. Pero, según fuentes de la universidad, la realidad era otra: los bomberos estaban recibiendo comida y servicios adecuados.

La respuesta del cuerpo de emergencias

Un bombero que se encontraba alojado en el pabellón declaró que, efectivamente, la UPV proporcionaba desayuno, cena y hasta servicio de lavandería. “No tenemos más que palabras de agradecimiento”. Aquí es donde empieza la comedia: ¿cómo puede un eurodiputado intentar hacerle sombra al trabajo arduo de cientos de personas dedicadas a ayudar a su comunidad? Quizás debía haber probado el café de máquina y las magdalenas de la UPV antes de hacer juicio.

A veces, en nuestra vida diaria, nos olvidamos de que la ayuda es un esfuerzo conjunto. Alvise Pérez, por su parte, parece haber confundido una visita a un centro de emergencia con una oportunidad para hacerse notar en las redes sociales.

La reacción de las instituciones

El vicerrector de Comunicación de la UPV, José Francisco Monserrat, no se quedó quieto. En su mensaje en X (anteriormente Twitter), expresó su preocupación por la “campaña de acoso” desatada contra Carmen Alcíbar. Pidió que se frenaran los ataques y que se respetara la privacidad de los voluntarios. Además, recordó que cualquier colaboración debería anunciarse y coordinarse previamente. Porque vamos, no es que el pabellón sea un reality show donde todos pueden entrar como Pedro por su casa.

La realidad es que tras cada desastre hay un esfuerzo humano enorme, un sentido de solidaridad y trabajo en equipo que es digno de admiración. Entonces, ¿por qué un eurodiputado se dedica a lanzar acusaciones en lugar de contribuir a este esfuerzo?

La ética en tiempos de crisis

Todo esto plantea importantes cuestiones sobre la ética de los políticos en tiempos de crisis. ¿Deberían ellos ser la voz de la razón o el foco del drama? En el caso de Alvise, parece que eligió lo segundo. Es comprensible que los políticos sientan la necesidad de hacer sentir su presencia, pero atreverse a hacerse pasar por parte del equipo de rescate es otro nivel de falta de respeto.

Para los que hemos estado en situaciones de emergencia, como participar como voluntarios en desastres naturales, la intervención de alguien que no aporta realmente a la causa puede resultar frustrante. ¿No les ha pasado que alguien se “apunta” a ayudar pero solo habla más de lo que hace?

La importancia de la verdad

La veracidad en los episodios de crisis es crucial. La confusión puede llevar a más problemas y, quizás, hasta a una percepción errónea de la situación. Alvise Pérez, al no reconocer su intento de hacerse pasar por un coordinador, parece estar desdibujando la línea entre la verdad y la ficción. Como cualquier persona que ha tratado de lidiar con un conflicto, me temo que los intentos de confundir y hacerlo ‘emocionante’ solo generan más confusión.

En esto, el papel de los medios de comunicación se vuelve vital. Informar de manera objetiva y precisa sobre lo que sucede en situaciones de emergencia podría marcar la diferencia. Alvise Pérez representa una serie de errores de juicio que pueden desviar la atención de las verdaderas necesidades de la comunidad.

Reflexiones finales: la política y la ayuda humanitaria

A la luz de lo ocurrido, me queda una pregunta. ¿Estamos confiando demasiado en las figuras públicas para darnos el apoyo que necesitamos en tiempos difíciles? Sí, es cómodo atacar la vida personal de los funcionarios en las redes sociales y explorar sus acciones con un lente crítico, pero también necesitamos preguntarnos si ellos realmente están cumpliendo su papel. En lugar de crear historias que nos mantengan cautivos de la pantalla, quizás debiéramos enfocar nuestra energía en apoyar a los que realmente están haciendo la diferencia.

Así que, a medida que avanzamos en este mar de controversias, y mientras esperamos el próximo capítulo en la vida de Alvise Pérez, quizás es hora de que todos nosotros reflexionemos sobre cómo se relaciona la gestión de emergencias con el liderazgo político. La ayuda tiene que ser desinteresada y debemos tener a las personas adecuadas involucradas, no quienes buscan solo un poco de fama. ¿O no?

La próxima vez que veas a alguien extremadamente bien vestido en un pabellón de emergencia, pregúntate: “¿Este hombre está aquí para ayudar o para tomarse una selfie?” Reflexiona sobre su verdadero objetivo antes de aplaudir. La próxima vez, quizás no sea CO2 y trozos de comida lo que sea el centro de atención, sino la comunidad que se une para salir adelante.

¿Estás listo para hacer tu parte? ¡Vamos a cambiar el guion juntos!