Es curioso cómo la vida parece copiar a veces a la ficción, ¿verdad? Nos encontramos en situaciones donde, sin querer, parece que los guionistas han estado espiando nuestras vidas y las de los demás, jodiendo un poco a todos con esas «coincidencias» temporales. El martes pasado, por ejemplo, se condenó al expresidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, a diez años de cárcel justo cuando se presentaba la película Valenciana en Madrid, una obra que retrata nada menos que los estragos políticos y sociales de los años 90 en la comunidad. ¿Casualidad o premonición?

La vida imitando a la ficción (o viceversa) es un tema que da para muchas charlas profundas. Pero hoy nos centraremos en esta película que trata de dar voz a un momento histórico de Valencia, capaz de hacer que algunos se sientan identificados, mientras que otros quizás preferirían ignorar la realidad que representa. Así que suéltate el cinturón y sumérgete conmigo en este viaje al pasado (¡sin necesidad de DeLorean!).

Un viaje en el tiempo a través de ‘Valenciana’

El trasfondo de la película

Valenciana, dirigida y guionizada por Jordi Núñez, se basa en una obra de teatro que hace eco de una época difícil y tumultuosa. En ella, tres amigas periodistas navegan por un mar de corrupción, manipulación mediática y el telón de fondo de la famosa tragedia de las niñas de Alcàsser. Una historia que no solo está atrapada en el tiempo, sino que busca ser un espejo crítico de la sociedad actual.

Núñez ha comentado que hay una serie de “sincronías” al rodar esta película. ¿Te imaginas lo que es empezar a filmar justo cuando se forma un gobierno, y ese gobierno tiene actores que se asemejan a los personajes que él ha creado? Es como si la realidad no pudiera resistirse a seguir el guion. La trama se enreda como una buena historia de misterio, en la que cada evento parece encajar a la perfección. Cosa que, por cierto, me recuerda a aquella vez que pedí un café y, en lugar de eso, recibí un chocolate caliente. ¿Sincronicidad? O simplemente un café mal pedido, no lo sé.

De la realidad a la ficción: un enfoque audaz

Una de las primeras decisiones clave de Núñez fue optar por crear personajes ficticios en lugar de representaciones fieles de figuras reales. Con esto, busca capturar la esencia de esos tiempos sin atarse a los detalles factuales y puede así jugar con la narrativa. “¿Acaso alguien realmente quiere aprender historia con lecciones aburridas de un libro?”, pregunta con un aire de desafío. En efecto, a veces un poco de dramatización puede hacer más que mil columnas de datos. Y, seamos sinceros; a todos nos gusta un buen cocktail con unos toques de misterio.

Las protagonistas son, en esencia, un símbolo del conflicto entre idealismo y pragmatismo en un mundo que parecía estar en constante caos. ¿Quién no ha estado alguna vez en la disyuntiva entre perseguir su sueño o aceptar un trabajo que no le gusta, pero que paga las cuentas?

El eco de un trauma colectivo

Una de las características sobresalientes de Valenciana es cómo aborda el trauma colectivo que dejó un legado del pasado en la juventud de esa época. Muchas personas de mi generación crecimos con esa sensación de vulnerabilidad instalada en nuestra mente, especialmente tras la tragedia de Alcàsser. Es fascinante y aterrador al mismo tiempo cómo este tipo de eventos dejan una huella indeleble en la memoria colectiva. La película invita a reflexionar sobre cómo hemos dejado que estos traumas moldeen nuestras identidades.

Como anécdota personal, recuerdo una fiesta en la secundaria donde, durante un arranque de valentía, decidí contar este tipo de detalles a mis amigos. Necesitaba liberar la tensión. Pero les juro que no salió tan bien como lo esperaba; la mirada de horror en sus rostros! Aunque, pensándolo bien, sería un buen guion para una película de horror.

La sátira como herramienta crítica

Desde el primer corte de película, se siente la influencia del humor en las situaciones más oscuras. Núñez mencionó que, a lo largo de su historia, hay un retrato despiadado pero entretenido del poder y la corrupción. Aquí hay un espacio para que los espectadores no solo se mojen de tristeza, sino que también se encuentren riendo de las absurdidades del sistema político que no ha cambiado tanto desde aquel entonces.

No hay nada como una buena sátira para hacerte reír y llorar al mismo tiempo, ¿no creen? En la película, se observa a personajes que se muestran como dandi pero que en realidad no son más que caricaturas de la mediocridad. En ese sentido, se vuelve un grito de guerra contra el sensacionalismo que ha dominado los medios, donde lo que debería ser información se convierte en espectáculo.

Un reflejo de la historia a través de tres mujeres

Las tres protagonistas están inspiradas en la experiencia personal de Núñez y son el rostro de esa lucha interna. Una de ellas trabaja para un trasunto de Zaplana, otra se sumerge en los oscuros recovecos del sensacionalismo mediático relacionado con el caso de Alcàsser y la tercera se aleja de su carrera en la música. Tres caminos, pero el único hilo conductor: una historia que no solo involucra a Valencia, sino que tiene la capacidad de resonar con muchas otras realidades en diferentes partes del mundo.

Es interesante cómo las historias personales se entrelazan con eventos más significativos, convirtiendo un relato particular en un fenómeno colectivo. Así como en mi vida, donde una decisión de tomar un atajo para ir al trabajo resultó en conocer a alguien que luego me ayudó a redireccionar mi carrera. Cada pequeño hilo de la vida tiene la capacidad de llevarnos a lugares inesperados.

Conclusión: más que una película, un espejo social

En resumen, Valenciana no es solo una película. Es un recordatorio de cómo la historia sigue presente, incluso en los momentos que parecen más alejados. Con su mezcla de fábula, crítica y una pizca de humor, nos invita a reflexionar sobre las realidades humanas que muchas veces hemos elegido ignorar.

Así que, si aún no has visto la película, te recomiendo que le des una oportunidad. Te prometo que no será solo una proyección, sino una experiencia que te hará pensar, reflexionar y quizás hasta reír. Al final del día, la vida es más interesante cuando abrazamos sus matices, ya sean oscuros, cómicos o una combinación de ambos.

Nos encontramos en un momento crucial en el que Valenciana puede ayudar a los espectadores a encontrar resonancia con dilemas actuales y a mirar hacia atrás, con la esperanza de aprender algo que valga la pena llevar al futuro. Pero pregúntate, ¿realmente estamos aprendiendo de los errores del pasado o simplemente miramos hacia otro lado? ¡Esa es la verdadera pregunta que podríamos llevarnos a casa tras ver la película!