La historia de Alfonso Basterra y su hija Asunta es una de esas que te deja perplejo. Cada vez que me topaba con esta historia, no podía evitar un escalofrío. Este caso no solo ha conmocionado a España, sino que también nos deja con un cúmulo de interrogantes sobre la naturaleza humana. Desde la condena a 18 años de prisión hasta la reciente publicación de su novela, hay mucho que analizar. Así que, pongámonos cómodos y desentrañemos juntos esta oscura trama.
El crimen que shockeó a toda una nación
Si retrocedemos a septiembre de 2013, nos encontramos con un suceso trágico. El cuerpo de Asunta, de solo 12 años, fue hallado en una pista forestal de Teo. Te imaginas el impacto que debió causar este hallazgo, ¿verdad? Para muchos, no solo fue un crimen; fue un ataque directo a la inocencia, un recordatorio cruel de que el mal puede llegar desde las sombras más cercanas.
Alfonso Basterra y su exmujer, Rosario Porto, fueron arrestados poco después de la muerte de Asunta. Según las investigaciones,** Asunta fue sedada** con Orfidal y posteriormente asfixiada. La naturaleza del crimen era tan fría y calculada que me hacía preguntarme: ¿Qué tipo de monstruo puede hacerle eso a su propia hija?
Ahora, con el horror de aquella noche fresca en la memoria, podemos reflexionar sobre qué lleva a un padre a cometer un acto tan atroz. Las respuestas pueden ser tan complejas como angustiantes.
Un giro judicial inesperado
La historia judicial de Basterra es, si se puede decir, igualmente dura. En 2015, ambos padres fueron condenados a 18 años de prisión por «asesinato con alevosía». Sin embargo, en este punto, lo que parecía ser simplemente un triste desenlace se transformó en un continuo espectáculo mediático. La especulación estaba en el aire, y no había quien no hablara del caso, todos buscando respuestas y explicaciones.
Es intrigante cómo las audiencias de crímenes notorios pueden capturar la atención de tantas personas. La gente, en su mayoría, tiene una curiosidad insaciable por entender lo incomprensible. Yo, por ejemplo, me he encontrado varias veces hablando del caso en reuniones. «¿Sabías que Basterra ha escrito una novela desde la cárcel?», preguntaría con un tono de incredulidad. La respuesta siempre es un asombro colectivo, acompañado de comentarios sobre lo surrealista de la situación.
De Teixeiro a Topas: el viaje de un condenado
Recientemente, se ha informado que Basterra será trasladado a la cárcel de Topas, en Salamanca, después de pasar 11 años en Teixeiro. Este cambio se produjo según su propia solicitud, y fue autorizado por la Junta de Tratamiento del penal y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias. Pero, ¿acaso fue solo una cuestión de comodidad? Me resulta imposible no preguntarme si este movimiento tiene alguna otra intención escondida.
Es esperanzador pensar que un condenado pueda reflexionar sobre sus crímenes y buscar un camino hacia la redención. Pero, a la vez, hay un leve aroma a narcisismo en todo esto, especialmente considerando el contexto de su novela, titulada ‘Cito’, que, sorprendentemente, está dedicada a su hija Asunta. La dedicación se siente casi como una burla, ¿no? ¿Es posible rendir homenaje a alguien a quien le has causado tanto daño?
La novela de un condenado
Ahora, hablemos un poco sobre esta novela. Basterra, desde su celda, decide construir un relato que, seguramente, incluye algo de su experiencia personal. Es un tema complicado, recordar que la gente con antecedentes penales también puede ser creativa. Pero, ¿es justo que los criminales tengan una plataforma para expresar su dolor o arrepentimiento? ¿No es esto lo que buscamos en las historias: una comprensión, una conexión, una dosis de empatía?
Esos momentos en que finalmente te das cuenta de que, incluso después de cometer actos horrendos, los seres humanos siguen siendo seres complejos. La ficción, como el arte, a menudo encuentra su raíz en el sufrimiento, y aquí tenemos un claro ejemplo de ello.
Reflexionando sobre la culpa y el perdón
Basterra y Porto están atrapados en una espiral de culpa y dolor. La historia nos muestra qué pasa cuando las emociones humanas se descontrolan y se enfrentan a la tragedia. Aunque Basterra no es para nada una víctima, hay una lección en su historia: todos luchamos con demonios internos, algunos de los cuales pueden convertirse en monstruos devastadores si no se gestionan adecuadamente.
Recuerdo haber tenido una conversación con un amigo sobre este tema, y él dijo algo que me hizo pensar: «A veces, las personas que más nos han hecho daño son las que más envidiamos». Aunque puede parecer una perspectiva dura, en ocasiones los crímenes son el resultado de años de frustración acumulada. Tal vez Basterra sentía que algo en su vida se estaba desmoronando, y eso se manifestaba de la manera más trágica posible.
El suicidio de Rosario Porto: un desenlace trágico
A medida que la historia de Basterra avanza, se suma la tragedia del suicidio de su exmujer, Rosario Porto, quien se quitó la vida mientras cumplía su condena en la prisión de Brieva en 2020. Esto abre un nuevo capítulo de dolor y desolación. La vida de una mujer que fue acusada de un crimen horrendo terminó en una decisión desesperada.
¿Acaso podemos entender el sufrimiento que llevó a Porto a tomar esa decisión? La respuesta no es sencilla. Nos enfrentamos a la complejidad psicológica que rodea a estos casos. La mente humana es un laberinto, y a menudo encuentra salidas trágicas.
La sociedad y el papel de los medios
Un punto que no podemos pasar por alto es el papel de los medios en la narración de esta historia. Ciertamente, el drama ha sido alimentado por un ciclo constante de noticias, especulaciones y documentales. La morbosidad con la que a veces se retratan estos casos me lleva a reflexionar sobre el impacto que tienen en nuestra percepción de la justicia. ¿Estamos perpetuando el dolor con nuestra curiosidad insaciable?
A menudo, me resulta difícil equilibrar mi interés como periodista y el respeto por las víctimas y los familiares afectados. La gente no quiere solo saber quién fue el culpable; quiere entender las razones detrás de sus acciones. Pero en ese proceso, hay un riesgo claro: convertir tragedias personales en entretenimiento.
Lecciones aprendidas y esperanzas hacia el futuro
Finalmente, al reflexionar sobre la historia de Alfonso Basterra, su hija Asunta y su exesposa Rosario Porto, hay lecciones dolorosas que se pueden extraer. La vida puede ser frágil y, a veces, incluso aquellos que nos son más cercanos pueden sorprendernos con su lado oscuro.
No obstante, en medio de todo este caos, siempre existe la esperanza de que aquellos que se enfrentan a sus demonios encuentren en su dolor una forma de redención. Ya sea a través de la escritura o la búsqueda de la paz interior, la sanación es un camino difícil pero posible.
La historia de Basterra y Asunta es profundamente trágica. Al mismo tiempo, nos invita a cuestionar nuestras propias vidas, nuestras relaciones y, en última instancia, cómo actuamos en momentos de crisis. Así que, a través de esta historia inquietante, les animo a reflexionar y a buscar respuestas en sus propias experiencias. Al final del día, todos somos un poco vulnerables y llevamos dentro de nosotros un paisaje lleno de sombras y luces. ¿Estamos listos para explorar juntos esos rincones oscuros?
Espero que este artículo te haya proporcionado un mirada más profunda sobre este asunto tan complejo. La vida es una mezcla de tragedia, perseverancia y, quizás, una pizca de humor cuando se necesita más.