Cuando se trata de la ópera, es fácil caer en la trampa del cliché: un tipo cantando en una lengua extranjera, con un vestuario exuberante y una trama a menudo inexplicable. Sin embargo, la próxima producción de ‘Ariadne auf Naxos’ en el Teatro Maestranza de Sevilla promete romper ese molde. Estrenada entre el 14 y el 18 de diciembre, esta obra de Richard Strauss es un claro ejemplo de lo que se puede lograr cuando los artistas deciden abordar el arte con humor y profundidad. Acompáñame en este recorrido detrás de escena, donde descubriremos las complejidades que rodean esta excitante producción.

La ópera en un formato contemporáneo

Una obra para los amantes de la complejidad

Por si no lo sabías, ‘Ariadne auf Naxos’ es una de las óperas más representadas en todo el mundo. Y no es de extrañar, pues su estructura es una especie de jaque mate para los intérpretes. Según el director de escena Joan Anton Rechi, la obra es conocida por ser “muy complicada para los cantantes”. Así que, si creías que la ópera simplemente implicaba cantar bien, piénsalo de nuevo. ¡Es casi como hacer yoga del alma!

Desde las melodías simples que encantan a los oyentes hasta las complejidades rítmicas que probarán la destreza de los artistas, la música de Strauss une dos siglos, como él mismo lo describe. ¿Te imaginas intentar cantar mientras te mueves a través de cinco puertas? Sin duda, un desafío de coordinación que cualquier amante de las fiestas podría entender.

Una parodia del arte

Rechi sostiene que mucha gente interpreta esta ópera de manera demasiado seria. Al contrario de lo que muchos piensan, Strauss y el libreto de Hofmannsthal en realidad pretendían crear una parodia irónica-política. Él menciona: “La mayor dificultad era cómo hacemos para que la gente se lo pase bien sin traicionar su espíritu”. Interesante, ¿verdad? De hecho, ¿quién no disfruta de una buena risa entre las notas dramáticas?

Pero aquí es donde la empatía entra en juego. Como un director que se niega a ser el “malo” de la historia, Rechi se toma su tiempo para conectar con los cantantes. Después de todo, la voz es una herramienta extremadamente delicada. En palabras de Rechi: «Si no estás bien, tienes problemas familiares o hay más humedad, todo afecta». A veces, lo que se necesita no es una dura crítica, sino un poco de suavidad y aliento.

Un elenco diverso y lleno de sorpresas

La producción cuenta con un elenco de diecisiete artistas, incluidos dieciséis cantantes, la mayoría españoles, y un talentoso actor alemán, Michael Witte. Rechi menciona que los ensayos son como una “torre de Babel”, pero a la larga, todos encuentran un lenguaje común, ya sea en español, francés o italiano. ¿No es fantástico ver cómo quienes vienen de diferentes culturas se unen para crear algo hermoso?

Hablando de anécdotas divertidas, el tenor argentino Gustavo López Manzitti, quien interpretará el papel de ‘Bacchus’, tiene un pasado interesante: durante más de dos años fue el reemplazo de los miembros del famoso grupo cómico Les Luthiers. ¡Imagina tener que sustituir a un genio cómico en un instante! Y no solo eso, el cantante que originalmente interpretaría al ‘maestro de baile’ tuvo un accidente que lo dejó fuera de la producción, lo que llevó a Vicenç Esteve Madrid a entrar como salvavidas. En el mundo de la lírica, lo inesperado a menudo se convierte en parte del encanto.

La dirección y la complicidad

El director musical, Guillermo García Calvo, llega al ensayo un poco apresurado pero con la energía renovada para dirigir esta compleja obra. “Es una ópera que no tiene parangón en la historia de la música”, dice mientras los sonidos vibrantes del piano llenan el ambiente. Este también es un esfuerzo colaborativo donde la dirección de escena y la musical deben ir de la mano, algo que Rechi toma muy en serio.

La Batalla de los Directores

Rechi comparte una interesante reflexión sobre la presión que sienten los directores de escena. “Tu carrera depende de lo último que haces, y estamos sujetos a la crítica”. Me pregunto, ¿qué pasaría si los críticos fueran realmente espectadores en lugar de solo críticamente observadores? La presión debe ser inmensa, pero ahí es donde entra el humor en la teatralidad. Imagina ver una batalla entre directores donde los egos choquen, pero de repente, en lugar de gritos e insultos, se dan una clase de slapstick.

Ambos directores confirman que se trata de un trabajo en equipo y, aunque los comienzos de sus carreras puedan haber estado colmados de tensiones y «sillas voladoras”, el aprendizaje y la unión han prevalecido.

Un consumo cultural y educativo

El crítico social en mí no puede evitar plantear la pregunta: ¿la cultura está en peligro de convertirse en puro entretenimiento? García Calvo se lamenta de esta confusión, afirmando que aunque la cultura puede (y debe) ser entretenida, también tiene que hacerte pensar. A través de sus palabras, se puede sentir su deseo por una audiencia que no solo busque pasarlo bien, sino también provocar un cambio en su forma de pensar. ¿Acaso no estamos en un momento en que necesitamos estas estimulaciones más que nunca?

Es refrescante escuchar a alguien del mundo del espectáculo hablar sobre el impacto profundo que pueden tener las artes. La ópera debe ser una experiencia catártica, no solo una escapada rápida de la monotonía.

La importancia de la conexión

El director de orquesta García Calvo lleva a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en su primera ejecución de esta ópera. “Es muy exigente”, dice, y añade que él explica a la orquesta lo que pasa porque, como en cualquier gran producción, son necesarios la sincronización y la comunicación. ¿Te imaginas tener que estar alerta para salvar a un cantante en medio de una nota elevada? Esa es la adrenalina pura.

El director no se muerde la lengua cuando habla de las peculiaridades de la obra. La música de Strauss es tan teatral que hay que estar atento constantemente a los cambios en el contenido. “A veces un cantante cambia las palabras y se tiene que estar muy atento”, explica. La capacidad de improvisación y rapidez es fundamental en el mundo de la ópera.

La conexión entre las obras de Strauss

Entre el encanto de esta obra está el hecho de que suele confundirse a Richard Strauss con los famosos valses de la familia Strauss de Viena. Sin embargo, García Calvo aclara que “la familia Strauss de los valses eran vieneses y no tienen nada que ver con Richard Strauss, que era de Baviera”. A menudo, es necesario separar el mito de la realidad en el mundo de la música clásica. Puede ser un hito importante en la vida de un artista entender quién es su verdadera inspiración.

Reflexiones finales sobre la ópera y su futuro

Finalmente, mientras los ensayos continúan y la música comienza a resonar en el Teatro Maestranza, la pregunta que surge es: ¿qué pasará con ‘Ariadne auf Naxos’ en la mente del público? ¿Lograrán los artistas conectar con la audiencia? Con tantos desafíos y complejidades, el futuro de esta producción parece estar en un punto dulce entre un gran rendimiento artístico y un intento de provocar pensamiento crítico.

Tal vez, cuando la cortina caiga el 18 de diciembre, habrá más que solo un ovación, y tal vez, solo quizás, esta obra logrará revitalizar el amor por la ópera en un mundo que a veces siente más como un Netflix en lugar de un teatro lleno de vida.

En resumen, la ópera está viva, compleja y más emocionante que nunca. Solo queda esperar al día del estreno y disfrutar del arte que, a través de la risa y la profundidad, nos recuerda que somos todos parte de un gran espectáculo. ¿Estás listo para sumergirte en la magia de la ópera?