En el vasto y a menudo tumultuoso océano de la política española, las olas de cambio son constantes y, a veces, impredecibles. Hace unos meses, mientras leía un viejo libro sobre política, me encontré con una frase que resonó en mi mente: «La política es el arte de lo posible». Esta reflexión se me vino a la cabeza al ver cómo el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, está tomando decisiones audaces que podrían cambiar el curso de su partido. Vamos a sumergirnos en este nuevo escenario que sugiere un cambio en la narrativa del PP respecto a la conciliación laboral y los derechos sociales.

Un vistazo a la historia reciente

Todo comenzó en abril de 2019, justo antes de unas elecciones generales. En aquel tiempo, el PP se alineaba en el lado opuesto de una de las leyes más significativas impulsadas por el Gobierno: la equiparación de permisos de paternidad y maternidad. La propuesta del Gobierno, que pretendía establecer permisos iguales e intransferibles, fue rechazada rotundamente por el PP, que se aferraba a sus argumentos técnicos. Pablo Casado, en su rol de líder de la oposición, llegó incluso a llevar la normativa al Tribunal Constitucional, aunque sin éxito. ¿Quién podría haber pensado que, cuatro años después, su sucesor se alinearía en una dirección diferente?

Feijóo en la encrucijada: una nueva fase

La política tiene esa extraña habilidad de sorprendernos. Parece que Feijóo ha decidido escuchar al viento que sopla en favor de la conciliación. Mi abuela solía decir que «quien no se adapta, se queda atrás», y parece que, al menos en este aspecto, el PP está tomando nota. El objetivo de Feijóo es comenzar una nueva etapa en las relaciones del partido con los sindicatos, así como realizar un cambio profundo en su ADN social. Este cambio puede llegar en forma de la prometida Ley de Conciliación, que contempla una ampliación de los permisos a 20 semanas e introduce la posibilidad de que los progenitores dividan el permiso a su conveniencia.

Confieso que cuando escuché esto por primera vez, tuve una reacción de escepticismo. ¿Podría ser posible que el PP, tradicionalmente opuesto a lo que podría considerarse un avance social, estuviera realmente interesado en la conciliación familiar? Sin embargo, parece ser que el líder del PP está decidido a jugar sus cartas y buscar un consenso que anteriormente no había estado en su hoja de ruta.

Licencia de paternidad: entre la razón y el corazón

Permítanme hacer un pequeño paréntesis aquí para hablar de algo que me tocó particularmente. La reciente paternidad de un amigo me recordó la importancia del tiempo en familia durante los primeros meses. Recuerdo la conversación que tuvimos cuando se enteró de que iba a ser padre. Su cara iluminada cuando habló de lo que significaría estar presente en los primeros pasos de su pequeño fue algo especial, y eso me llevó a pensar en lo que estos permisos pueden significar en la vida real. A veces, las decisiones políticas no parecen tener un impacto directo en nuestras vidas, pero este caso me hizo ver lo contrario.

En cualquier caso, el deseo de mantener el carácter intransferible de los permisos de paternidad repercute profundamente en la lucha por la igualdad de género en el trabajo. Es un paso crucial que permite que tanto padres como madres compartan la carga de la crianza, algo que no solo beneficia a las familias, sino que también redibuja la imagen profesional de las mujeres. Y, seamos honestos, en un mundo en el que el trabajo y la familia parecen jugar al escondite uno del otro, estas legislaciones podrían ser el faro que guíe a muchas parejas en la niebla de la paternidad.

La persistente sombra de la CEOE

A pesar de estas propuestas progresistas, la Gran Patronal, CEOE, sigue siendo un actor relevante en esta historia. Sí, esa misma CEOE, que cuando se propusieron los permisos de paternidad en 2019, tuvo reservas al respecto afirmando que podría suponer un costo adicional para las empresas. Recuerdo haberme reído en aquel momento, pensando en lo ilógicos que son algunos criterios financieros en contraste con los valores del tiempo en familia. Pero, curiosamente, Feijóo ha optado por el camino del diálogo.

Se acerca el momento en que Feijóo se encontrará con líderes sindicales y empresarios como UGT, CCOO y Cepyme. Al parecer, el líder del PP quiere añadir más «profundidad» y «contenido» a su agenda social. ¿De verdad será capaz de cambiar la narrativa en un espacio donde otros se han presentado firmes como rocas? La respuesta, como siempre en política, no es sencilla.

Reduciendo la jornada laboral: una idea innovadora

Y las sorpresas no terminan ahí. En una reciente entrevista, Feijóo planteó la reduccióm de la semana laboral a cuatro días, posible iniciativa que ha sido discutida en el Reino Unido. ¿Suena revolucionario, verdad? Me acordé de las largas horas en la oficina que pasé en mis primeros años de trabajo, así que comprendo lo atractivo que podría ser esto para muchos. Al fin y al cabo, ¿cuántas veces hemos soñado con disfrutar de más tiempo para nosotros mismos, o para esos pequeños grandes momentos que la vida nos ofrece?

Por supuesto, Feijóo defendió que cualquier cambio debe hacerse en acuerdos con las empresas, siempre que no afecte a la productividad. Pero aquí está el dilema: ¿es realmente posible encontrar un equilibrio entre productividad y bienestar laboral? No tengo una respuesta clara, pero sí sé que muchos en el sector laboral han estado esperando una propuesta seria en esta dirección.

Un futuro incierto: la reacción del electorado

Lo que realmente intriga es cómo estas propuestas serán recibidas por los votantes. En mi círculo de amigos, hay opiniones divididas. Algunos celebran la apertura y el cambio de postura, mientras que otros son escépticos, cuestionando si el PP puede realmente llevar a cabo lo que promete. La política es un juego de confianza y, en este caso, el electorado está en la cuerda floja esperando señales claras de que no se trata simplemente de una estrategia electoral.

Como todo en política, todo esto dependerá de los próximos pasos. Una vez que las propuestas lleguen al Congreso, la verdadera batalla comenzará. De hecho, la reciente debilidad parlamentaria del actual Gobierno puede brindarle a Feijóo una oportunidad de oro. El pueblo está ansioso por un cambio que cree que puede sanar muchas de las heridas sociales que aún persisten. Eso es, si Feijóo es capaz de aportar soluciones concretas y no solo buenas intenciones.

Mirando al futuro: ¿será este el nuevo ADN del PP?

En conclusión, el próximo capítulo en la historia del PP se presenta audazmente. Feijóo parece estar trazando un nuevo rumbo que, en el papel, se aleja de la retórica tradicional de su partido. Aunque sería demasiado optimista considerar que esto sea un cambio definitivo, es fascinante ver cómo evoluciona la narrativa en torno a temas cruciales como la conciliación laboral y la igualdad de género.

La política, como la vida, está llena de sorpresas. Nunca sabemos cuándo podemos encontrarnos con un viejo amigo en un lugar inesperado. O en este caso, un partido político que se reimagina a sí mismo en la búsqueda de una nueva identidad. Esperamos que este cambio no sea solo un reflejo superficial, sino un movimiento genuino hacia una mayor responsabilidad social.

Así que, mientras seguimos observando y analizando estos desarrollos, les propongo que mantengamos la mente abierta, una buena dosis de humor y un poco de paciencia. Tal vez, solo tal vez, estamos a punto de ver algo realmente transformador. ¿Y quién sabe? Quizás en unos años, nuestros hijos se pregunten cómo era la vida antes de que se hicieran estos cambios. Eso sí que sería una historia para contar.