Hoy, 22 de diciembre de 2024, se celebra el emblemático sorteo de la Lotería de Navidad, un evento que, como cada año, hace que los corazones latan con más intensidad e imaginen cómo sería la vida tras ganar el gran premio. Este año, el Teatro Real de Madrid se viste de gala para repartir la increíble cifra de 2.702 millones de euros en premios. Pero, seamos sinceros, ¿quién no ha soñado alguna vez con ser el afortunado que se lleva el Gordo y transforma su vida de la noche a la mañana?

Un día lleno de sueños y nervios

Desde que tengo uso de razón, cada 22 de diciembre marca una especie de ritual familiar en mi casa. Recuerdo a mi abuela, con su voz temblorosa, rodeada de papeles y boletos que había recolectado durante meses, uniendo fuerzas con la esperanza de que el número de su décimo brillara en el bombo. No sé si a ustedes les ha pasado, pero el ambiente en casa era casi de fiesta, allá donde la emoción se mezclaba con el aroma a turrón de Jijona.

Este año, el primer premio que se ha dado a conocer ha sido uno de los ocho quintos y ha correspondido al 37876. ¡Aplausos para el número afortunado! Aunque, seamos sinceros, en mi familia esto siempre fue motivo de un par de chascarrillos. Todos apuntábamos nuestras apuestas basadas en intuiciones absurdas. ¿Te suena el número 12345? No importa, ¡a jugar!

El sueño del Gordo: ¿qué nos espera?

Pero hablemos claro, el Gordo de la Lotería de Navidad, ese deseo anhelado por tantos, está valorado en 400.000 euros por décimo. Cuando lo escucho, casi puedo escuchar los chorritos de misa de las campanas y el ya clásico “¡y que el pueblo se salve!” de mi abuelo. La macabra y encantadora ironía aquí es que, al final, tan solo unos pocos conseguirán hacerse con este generoso premio.

Sin embargo, no es solo el Gordo lo que está en juego. También tenemos que hablar de los otros premios. El segundo repartirá 125.000 euros por décimo y ya hemos podido conocer que el tercer premio, que se ha cantado a las 9:49 de la mañana, ha sido para el 11840, repartiendo 50.000 euros por décimo. ¿Quién no se sentiría como un rey por un día con esa suma? Aunque, personalmente, este año lo único que me detiene de comprar múltiples décimos es mi creciente temor a ser un multimillonario en deudas.

Analizando los premios: ¿qué pasa con la mente de los ganadores?

Hasta ahora, mencionar los premios puede sonar un poco monótono, pero la verdadera aventura comienza cuando empezamos a analizar cómo reacciona la gente al enterarse de que ha ganado. Yo, por mi parte, siempre he tenido la teoría de que la primera reacción es crucial. Tanto si te llevas el Gordo como si eres uno de los millones que sufre al saber que la suerte no estuvo de tu lado, el proceso emocional es muy parecido. ¿No se sentiría el que ganó como que todo es posible y que ha resucitado de entre los muertos?

Los agraciados de este año podrán cobrar su premio durante tres meses desde el mismo día del sorteo. Interesante, ¿verdad? Y si eres uno de los afortunados con un premio menor o igual a 2.000 euros, podrás usar Bizum para cobrar. Para mí, esto es como decir que puedes pedir un deseo y obtener de inmediato algo de lo que has soñado. ¡La modernidad es increíble! Aunque, mi madre todavía se pregunta qué es eso de Bizum.

El lado fiscal de la fortuna

Ahora, antes de ponernos a fantasizar con la compra de una isla privada, hay que hablar sobre la Hacienda. Resulta que no todo globo de viento es como parece. Si eres uno de los ganadores de premios superiores a 40.000 euros, deberás tributar el 20%. Me recuerdo a mí mismo varias veces diciendo: “¡Pero eso no es justo!” Pero, al final, si nos detenemos a pensar, es solo una parte del juego. La vida está llena de altos y bajos, como en cualquier otra aventura.

La gente suele hacer “cálculos rápidos” sobre cuánto les quedará tras impuestos, casi como si eso hiciera la experiencia más real. “Con el Gordo me puedo comprar ese coche deportivo que siempre soñé”, dicen algunos. “O puedo ayudar a mis amigos”, dice mi primo, que siempre tiene un as bajo la manga en momentos como este.

Cuatro premios y más: la gran fiesta de la Lotería

Hablamos del Gordo, pero no olvidemos los otros galardones. Este año, destaca el primer cuarto que ha sido el 77768, reparte 20.000 euros por décimo y ha hecho que más de un soñador se despierte con esta cifra en su cabeza. La esperanza de que el siguiente número en la lista sea el tuyo es lo que mantiene vivo el espíritu del juego, eso y el famoso anuncio de turrones que se repite cada diciembre.

Por otro lado, los quintos premios son igual de emocionantes. El 72853 es otro número en este peculiar bingo que busca sonrisas y lágrimas a la vez, con cada uno repartiendo 6.000 euros por décimo. Siempre he dicho que ganar el quinto premio es como obtener un «bonus» extra en la vida, porque si bien no te comprará una mansión, seguro que te permitirá unas buenas vacaciones.

¡Y así llegamos a la parte más complicada de la Lotería de Navidad! No todo el mundo puede celebrar. De hecho, la mayoría de los participantes pasaremos otro año sin los euros que soñamos. Pero en la lucha contra la tristeza, basta con recordar que este evento también es una gran excusa para hacer una reunión familiar. No hay mejor momento que este para abrazar a los seres queridos y compartir risas sobre los números que elige cada uno, incluso si esos números nunca nos han dado suerte.

Reflexionando sobre el significado de la Lotería

En conclusión, la Lotería de Navidad nos recuerda sobre los sueños, sobre la esperanza y sobre la importancia de compartir. Si bien es probable que no haya un Gordo llamando a las puertas de la mayoría, hay algo innegablemente especial en el aire cada diciembre. La emoción, el anhelo, el simple deseo de hacer algo diferente, son expresiones de la humanidad que vale la pena celebrar.

La Lotería de Navidad 2024 ya está en marcha, y esto es un recordatorio de que lo que realmente importa no son los billetes o los números, sino las historias que compartimos y las memorias que creamos en el camino. ¿Quién sabe? Tal vez el próximo año sea el tuyo, y si no, siempre podemos contar con un buen turrón, una buena compañía y una sonrisa.

Así que, amigos, ¡a disfrutar de la Lotería de Navidad! ¿Suena bien, verdad? Seguramente, el próximo año seremos más sabios y, quién sabe, quizás también más afortunados. Por cierto, si compraste un número, ¡no te olvides de comprobar si es premiado!