La Guardia Real, ese «hermoso» conjunto de soldados, motoristas y por supuesto, alabarderos, se ha ganado la admiración de muchos, y ¿quién puede culparnos? Mientras algunos de nosotros lidiamos con la dura vida en la oficina, ellos pasean en Harley Davidson y BMW a través de Madrid, un poco ajenos a los problemas cotidianos de la vida. Pero, ¿qué hay realmente detrás de esos cascos brillantes y uniformes impecables? Vayamos un poco más allá del cliché para descubrir la esencia de esta singular sección.

Una mirada a la complejidad detrás del servicio

La sección de motos de la Guardia Real no se compone simplemente de motoristas que disfrutan de la adrenalina. No, no, eso sería demasiado sencillo y, para ser sinceros, demasiado aburrido. En realidad, estamos hablando de un grupo de élite conocido como el Grupo de Escoltas, que actúa como un componente clave en el delicado engranaje que mantiene operativa a la monarquía española.

Les confieso que, a pesar de tener un interés profundo en la historia y la cultura militar, jamás imaginé que tendría la oportunidad de hablar con personas que realmente están en la línea del deber, bajo el calor del reflejo de los focos que iluminan una ceremonia real. Y mucho menos descubrir que, entre ellos, hay un campeón nacional de enduro, el brigada David Cordobés. Cuando escuché por primera vez sobre su trayectoria, me reí al pensar en mis intentos fallidos de montar en bicicleta. ¿Cómo puede alguien ser tan habilidoso en una motocicleta y yo sigo luchando con el equilibrio?

Un día en la vida de un motorista real

Desde el taller hasta la carretera

Cuando le pregunté a Cordobés sobre su día a día, mis expectativas eran que me hablara de un estilo de vida glamuroso y lleno de emociones. Sin embargo, lo que me compartió fue más sobre la disciplina y el trabajo arduo. Cada día comienza en el taller de la sección, donde las motos son sometidas a un exhaustivo mantenimiento, ¡porque lo último que se espera es que la moto devuelva problemas cuando se trata de transportar documentos oficiales o a la Familia Real! Imaginen el escenario: un motorista tratando de explicar a la reina que, lamentablemente, llegaron atrasados porque su moto decidió hacer un «parón técnico». ¡No, gracias!

El brigada Cordobés describe cómo hacen un mantenimiento más frecuente que el recomendado para motos civiles. Según él, cada 7,500 km, la sección de motos hace una revisión completa de las motocicletas, una tarea que podría parecer tediosa, pero que es crucial. A medida que conversamos, no pude evitar pensar en la paranoia que debe recorrer la mente de un motorista cuando sabe que está a cargo de un mensaje confidencial que debe llegar de un punto a otro de la monarquía. Por ejemplo, ¿quién en su sano juicio podría reírse mientras lleva información top secret en la guantera de su Harley?

Vestimentas de gala… y de uso diario

El brigada me mostró su uniforme, distintas vestimentas para diversas ocasiones. «Este es el uniforme diario, luego está el de gala», cuenta con picardía, y bromea sobre cómo solo utiliza el traje de gala para los actos solemnes y dignos, especialmente con las Harley Davidson.

Y aquí viene lo irónico: mientras yo podría pasar horas decidiendo qué vestirme para una simple reunión, estos motoristas necesitan preocuparse por saber cuándo y cómo lucir su uniforme con las protecciones adecuadas. ¿No sería más fácil tener un uniforme 24/7 y olvidar las preocupaciones de la moda?

La importancia de la sección de motos en la monarquía

Desde la entrega de documentos hasta la escolta de dignatarios

Como el brigada Cordobés lo explica: «Cuando necesitamos enviar una información relevante, nos convertimos en mensajeros motorizados». Imagina una situación donde un alto funcionario necesita entregar un mensaje confidencial y el siguiente paso es confiárselo a un motorista que sale disparado en su motocicleta. Conseguir la atención de un fotógrafo para captar ese momento podría ser una tarea casi imposible.

La habilidad de estos moteros es digna de un reconocimiento, sobre todo cuando se deben trasladar a 31 motoristas hacia los lugares designados. Cada uno proviene de diversas ramas del ejército, pero todos comparten el mismo objetivo: la protección y el servicio a la Casa Real. Diría que son como esa banda de rock que todos admiran, pero que la mayoría de la gente ni siquiera sabe que existe. ¿Acaso no todos necesitamos un poco de eso en nuestras vidas?

Ceremonias solemnes

En esas ceremonias solemnes donde la Familia Real participa, el performance de estos motoristas es impactante. Cordobés comparte que, a menudo, sus escoltas incluyen a presidentes y dignatarios internacionales. Ya se imaginarán lo emocionante y reluciente que se siente estar en medio de esas ruedas, a solo unos metros de personas tan influyentes.

La combinación de entrenamiento físico, psicológico y la capacidad de manejar cada tipo de motos adecuadamente es lo que va a hacer la diferencia entre un evento exitoso y un completo fiasco. Aquí es donde la mística del «sentido del deber» entra en juego. Eso es algo que el brigada realiza admirablemente, y lo hace sin perder el sentido del humor. No se puede negar la importancia de un buen sentido del humor, especialmente cuando se trabaja en situaciones de alta tensión. ¡Relájense, todo el mundo, aquí viene el brigada con su BMW!

La estructura de la Guardia Real

Más que solo motoristas

La Guardia Real no es solo un pequeño grupo de motoristas. Se compone de alrededor de 1,600 hombres y mujeres, trabajando en diversos grupos y unidades, que van desde la Compañía de Alabarderos hasta la Unidad de Música. Cada grupo tiene su función, pero todos están interconectados a través de una misión común: servir y proteger a la Casa Real.

Podemos pensar en la Guardia Real como una sinfonía donde cada uno de sus componentes, aunque diferente en sonido y papel, produce una melodía perfectamente armonizada. Y, como en toda buena sinfonía, siempre hay lugar para el humor y el disfrute, pero también para el respeto y la responsabilidad.

Reflexiones finales: admiración y respeto

Al final del día, y después de haber hablado con el brigada Cordobés, es evidente que la sección de motos de la Guardia Real es un componente invaluable de la monarquía. Los motoristas no solo llevan a cabo su trabajo con dedicación y habilidad, sino que también lo hacen con una pizca de humildad y mucho sentido del humor.

Así que, la próxima vez que veas a un motorista real cruzar las calles de Madrid, recordarás que no solo es un simple conductor. Es un mensajero de la Casa Real, un viajero de secretos, y un hombre con múltiples títulos, desde campeón de enduro hasta la voz de la experiencia dentro de un inusual andamiaje militar. ¡Quién lo diría!

La próxima vez que alguien diga que la vida de un motorista es fácil, les invito a que piensen nuevamente. Después de todo, detrás de esas motocicletas, hay historias llenas de sacrificios, resiliencia y una garra que no es fácil de encontrar en el día a día. ¡Hasta la próxima aventura!


Y ahí lo tienen, un viaje a través de la vida y funciones de la sección de motos de la Guardia Real que es todo menos ordinaria. Recuerden que, a veces, las historias más sorprendentes se encuentran donde menos se espera, incluso en un taller militar. ¿Conocías alguna vez a alguien que formara parte de la Guardia Real? ¡Cuéntamelo!