¿Alguna vez te has detenido a pensar en la historia que ocultan las paredes de una librería? Cada rincón, cada estante, cada libro en una librería puede contarte una historia de lágrimas y risas, de crisis y triunfos. En un mundo que avanza a pasos agigantados, donde la digitalización amenaza el papel del libro físico, hay sirenas literarias que continúan cantando: las librerías más antiguas de España. Hoy te quiero contar la historia de algunas de ellas, y cómo han logrado mantenerse a flote a lo largo de los años.
Una mirada a la librería Hijos de Santiago Rodríguez
El Hijos de Santiago Rodríguez es un testimonio vivo de la resistencia cultural. Esta librería, ubicada en Burgos, no solo ha sobrevivido a crisis económicas y pandemias; ha tejido la historia de generaciones. Desde su fundación en 1850, ha pasado por cinco relevos generacionales, y todavía continúa siendo un faro de conocimiento y comunidad.
Elena González Matas, una de las libreras, comenta: «A veces, conocer a un escritor es decepcionante». Y, hablando de decepciones, ¿no te ha pasado que esperas mucho de algo o alguien y, al final, no era lo que imaginabas? Probablemente eso sienta un libro que no cumpla con tus expectativas, ¿verdad?
Elena, con su humor característico, se enfrenta a la dura realidad de que menos librerías están sobreviviendo en un paisaje donde las grandes superficies dominan. Según las estadísticas recientes de CEGAL, el número de librerías en España ha disminuido en un 6,2% en 2023. Sin embargo, ¡espera! Que no cunda el pánico. La realidad también muestra un crecimiento en la facturación y en los metros cuadrados dedicados a la venta de libros. ¡Las librerías están cambiando!
La resistencia ante las adversidades
Un gran problema que enfrentan estas librerías es la especulación inmobiliaria. Dicha situación se ha vuelto un auténtico dolor de cabeza para muchas. En Barcelona, por ejemplo, la librería Sant Jordi ha recibido burofax de su arrendador, un fondo inversor, informándoles sobre las subidas de alquiler. Esto no es solo un problema en Cataluña; en Madrid sucede lo mismo con Desperate Literature, que, pese a haber hecho un crowdfunding, se verá obligada a abandonar su local.
Y aquí es donde la librería Hijos de Santiago Rodríguez destaca. Lucía Alonso, la actual gerente y sexta generación de esta familia librera, atestigua cómo su establecimiento ha sido un pilar de la comunidad, con un vínculo único que ha cruzado generaciones. «Tatarabuelos de actuales compradores ya acudían a nuestra librería», cuenta Lucía. Eso es emocionante, ¿no crees? Esa mezcla de historia familia y literatura puede emocionar hasta al más escéptico.
Librerías con historias que contar
Otro lugar icónico es la librería Las Heras en Soria, que ha tenido ilustres visitantes como Antonio Machado. Imagínate un lugar donde el poeta grande de la literatura española solía comprar su papel. ¡Es como caminar por los pasillos del tiempo! Su actual gerente, César Millán, se emociona al compartir cómo la librería ha sido un punto de encuentro cultural para intelectuales a lo largo de su historia.
César afirma que los libreros son como una «farmacia del alma.» ¿Puede haber una descripción más hermosa para lo que significa vender un libro? Cada libro puede ser un remedio para una inquietud, una fuga de la realidad o un viaje a mundos lejanos, y los libreros son los que abren esa puerta a la aventura.
La evolución de la librería Fabre en Barcelona
Pasando a Barcelona, la librería Fabre, que lleva más de 160 años en pie, presenta su propia historia de resiliencia. Eugenia Pujol, su actual gerente, comparte anécdotas entrañables. Algunos clientes actuales, que eran niños acompañados por sus abuelos para comprar libros de texto, ahora llevan a sus propios nietos. ¡Qué hermoso es ese ciclo!
Eugenia explica con orgullo que la librería ha mantenido su esencia a lo largo del tiempo, conservando su mobiliario antiguo y sus prácticas tradicionales. Todos los años, Pilar, quien lleva 40 años haciendo los escaparates, asegura que no es solo un trabajo, sino un legado. ¿Alguna vez has sentido que un lugar te llama por su esencia? Eso es lo que hace la librería Fabre: atrae a la gente con su historia.
Las librerías también enfrentan crisis
Recuerdas la crisis económica de 2008 y cómo afectó a tantas pequeñas empresas y comercios. Las librerías no se quedaron atrás. La gerente de Fabre recuerda que casi tuvieron que cerrar. Pero con unos pequeños cambios en distribución e iluminación, la situación comenzó a mejorar. Buscar soluciones innovadoras es crucial, ¿no crees?
Por su parte, Lucía de la Hijos de Santiago Rodríguez recordó cómo, durante el confinamiento de la COVID-19, no querían dejar a sus vecinos sin libros. Se le ocurrió crear un sitio web donde podían hacer pedidos y entregarlos en la puerta de casa, usando un carrito de la compra. Eso es amor por la comunidad y la literatura, sin duda.
¿El desvanecimiento del relevo generacional?
Un aspecto sensible a discutir es el relevo generacional. Muchas librerías han cerrado porque la nueva generación decide no continuar con el negocio. La librería Loave en Talavera de la Reina, que contaba con 72 años de historia, cerró sus puertas porque no apareció un heredero que quisiera asumir la carga.
Esto plantea la pregunta: ¿qué futuro le espera a la librería como institución cultural en un mundo cada vez más digitalizado? La Librería Las Heras, aunque no está en manos de la familia fundadora, ha mantenido su esencia gracias a su gerente actual, César, quien lleva décadas en contacto con el negocio. Este tipo de conexión es vital para mantener su legado.
Conclusiones: el futuro de las librerías
Parece que el futuro de las librerías en España todavía tiene muchas páginas por escribir. Las librerías más antiguas están experimentando un nuevo renacer, con la ayuda de plataformas digitales, redes sociales y el apoyo de la comunidad. Cada libro vendido, cada carta de agradecimiento de un cliente, es una historia en sí misma. Hay un encanto eterno en caminar por los pasillos de una librería, en sentir el aroma del papel y escuchar el suave murmullo de las páginas al pasar.
Así que, cuando veas una librería, recuerda que no es solo un lugar de venta; es un refugio, una comunidad y un puente entre el pasado y el futuro. ¿Quién sabe qué historias nuevas esperan ser descubiertas en esas estanterías? Quizá, en la próxima visita a una librería, encuentres el libro que cambiará tu vida.
En la era digital, donde Amazon y otros gigantes del comercio electrónico dominan el mercado, no olvidemos el valor de nuestras librerías locales. Apoyarlas es apoyar la cultura, la historia y, sobre todo, la comunidad. Así que la próxima vez que te preguntes qué hacer en un fin de semana, ¡visita tu librería local! Los libros y las historias siempre estarán allí, listo para preservar la memoria y el conocimiento de nuestra humanidad.
Al final, como diría un gran escritor, «los libros son una brújula para navegar por las aguas tormentosas de la vida». ¿Y tú? ¿Te atreverás a navegar en esas aguas? ¡Vamos! Las librerías estarán esperándote con los brazos abiertos.