Hoy, mientras nos acercamos a las elecciones en Estados Unidos, es fácil perderse en la fascinación que despierta la estatua de la Libertad en Nueva York. Ese majestuoso ícono que, como un faro en la bruma, da la bienvenida a millones de turistas, muchos de los cuales probablemente nunca han escuchado hablar de otra «Libertad» en la penumbra de una iglesia en Madrid. Pero, ¿sabías que existe una estatua de la Libertad en la capital española? Esta es la historia de un monumento que, por alguna razón casi inexplicable, ha sido dejado en la sombra, a pesar de estar intimamente ligado a la pulsante vida cultural y política de España.
El día que la libertad brilló en Madrid
Recuerdo una vez que visité el Panteón de Españoles Ilustres, un lugar que, debo admitir, había permanecido en mi lista de sitios por visitar, pero que nunca había priorizado. Lo hice impulsado por una mezcla de curiosidad y la necesidad de «Instagrampear» un par de fotos. ¿Quién no quiere lucirse ante sus amigos con un «Check-in» cultural en su red social favorita? Y así, allí estaba, ante esa escasa y humilde versión de la Libertad de dos metros de altura, rodeada de un silencio abrumador que contrastaba con la algarabía de la ciudad madrileña.
Un comienzo tortuoso
La historia de esta libertad madrileña comienza en el lejano 1837, un tiempo en el que los españoles, desde las Cortes Generales, decidieron que era momento de rendir homenaje a las figuras más ilustres de su historia. Sin embargo, como si la historia misma jugara en su contra, ese proyecto se vio ensombrecido por la guerra y la incertidumbre. Imagina la escena: grupos de pensadores y políticos debatiendo sobre el futuro de un monumento mientras sus vidas dependían de decisiones tomadas en una mesa de negociación en medio de una guerra de consecuencias devastadoras. Trágico, ¿verdad?
Después de un largo período de pausa, en 1890, la idea se reavivó con un concurso cuyo ganador fue el arquitecto Fernando Arbós. Sin embargo, la falta de fondos limitó la construcción, que no se completó hasta 1899. Pero, como quien dice, lo bueno a veces llega tarde. ¿No te suena a que en nuestra vida cotidiana a menudo retrasamos decisiones importantes debido a lo que pasa a nuestro alrededor? Este monumento es un espejo de esa misma realidad.
Patrimonio nacional: un legado olvidado
Hoy, el Panteón es gestionado por Patrimonio Nacional, y aunque no sufrió grandes daños durante la Guerra Civil, ha pasado por varias operaciones de restauración. De hecho, te sorprendería saber que esos cuidados han incluido desde restauración de vidrieras hasta mejoras en el ajardinamiento.
Imagina, en la actualidad, políticos y grandes pensadores descansando en paz al costado de la estatua, invisibles a la mirada gris de un ciudadano que pasa sin prestar atención. Entre ellos, nombres como José Canalejas y Cánovas del Castillo son recordados a través de piezas escultóricas de reconocidos artistas. La Pureza, el Gobierno y la Reforma nos cuentan su propia historia, pero no garantizan una fila en la entrada como la que disfrutarían en el Louvre.
El Jardín de la Libertad y su significado
Si un paseo por el jardín central del Panteón te toca el corazón, permíteme presentarte el Monumento a la Libertad. Erigido en 1857 y trasladado al Panteón en 1912, es difícil no dejarse llevar por la majestuosidad de la representación que hace de este símbolo el escultor Ponciano Ponzano. Todo esto, mientras un enigmático gato observa desde sus pies. ¿Acaso este gato es el vigilante atemporal de la libertad, recordándonos que siempre existe algo más para descubrir si nos detenemos a mirar?
Comparaciones inevitables: la libertad de Madrid vs. la de Nueva York
La influencia del tiempo es algo que todos experimentamos. Si alguna vez has vivido un contraste cultural, sabes que hay algo refrescante y a la vez nostálgico en explorar similitudes y diferencias. La libertad madrileña y la neoyorquina comparten un parentesco simbólico. A simple vista, puede parecer que la Estatua de la Libertad de Nueva York no tiene el mismo trasfondo hispano que su prima pequeña.
La escultura de Bartholdi, que fue regalado por Francia a Estados Unidos en 1886, ocurre casi tres décadas después de que Ponzano finalizara su obra. Sin embargo, y aquí está el quid de la cuestión, no se han encontrado pruebas concluyentes que sustenten la supuesta influencia de la figura madrileña sobre la neoyorquina. Extraño, ¿verdad? Pero la historia tiende a ser caprichosa.
La historia de un gorro que desata revoluciones
Hablemos del gorro frigio que adorna la cabeza de nuestra Libertad. Desde que se convirtió en símbolo de liberación durante la Revolución Francesa, ha viajado a través del tiempo y las fronteras. En el contexto de la escultura, este gorro representa la libertad de los esclavos en la antigua Roma. En un mundo donde derechos y libertades están en constante debate, este símbolo sigue siendo relevante. ¿Alguna vez te has detenido a pensar en lo que verdaderamente significa la libertad en tu vida?
Lecciones de la historia: ¿un monumento a la indiferencia?
A pesar de su relevancia histórica, el Panteón de España recibe anualmente un número de visitantes ridículamente inferior al Panteón de París. Mientras que el icónico lugar francés atrae a unos 750,000 visitantes al año, el monumento madrileño se contenta con 34,416 visitas. La pregunta es clara: ¿por qué esta joya está rodeada de un velo de olvido?
A menudo sentimos que estamos constantemente rodeados de información, pero en ella se esconde un nivel de superficialidad lamentable. La indiferencia cultural se cierne sobre un legado que podría enriquecernos, al menos en la forma en que nos percibimos como sociedad.
La luz de la libertad en un mundo de sombras
A medida que nos adentramos en un mundo cada vez más polarizado, es esencial reflexionar sobre lo que significa la libertad. A veces puede parecer abrumador, y es fácil dejarse llevar por la desesperanza. Pero si tenemos una lección que extraer de estos monumentos, es que, incluso en la batalla entre luces y sombras, siempre hay un rayo de esperanza brillando en el horizonte.
Tal vez, si más personas supieran de la existencia de nuestra Libertad madrileña, la historia de este país podría empezar a reencontrar su camino hacia la conciencia colectiva. ¿No sería maravilloso que un tuit de alguna celebridad aludiera a esta escultura? Después de todo, en estos días, un «like» puede hacer más ruido que un eco en un Panteón olvidado.
Conclusiones y reflexiones personales
Al final del día, la historia y el arte son reflejos de nuestra identidad. En la misma medida que celebramos los logros de la estatua de la Libertad de Nueva York, no deberíamos olvidar a su par española. Quizás, la historia de la libertad en Madrid no sea tan conocida, pero es igual de poderosa y digna de ser celebrada.
La próxima vez que visites la capital de España, tómate un momento. Pasea por el Panteón de Españoles Ilustres y encuentra a la Dama de la Libertad. Tal vez, mientras contemplas este símbolo, serás invadido por una sensación de pertenencia que nos conecta a todos, un recordatorio de que la libertad trasciende las fronteras y que, al final del día, todos buscamos lo mismo: ser libres y estar a salvo en nuestras propias pieles.
Te dejo con una pregunta final: ¿qué significa la libertad para ti? 🌍✨