La política es un mundo fascinante, lleno de giros inesperados y sorpresas que a menudo desafían nuestras expectativas. Recientemente, en un escenario que bien podría haberse sacado de una telenovela, Martina Velarde, la diputada de Podemos por Granada, anunció que no continuará al frente de Podemos Andalucía. En una rueda de prensa en un parque de Sevilla —sí, porque a veces se siente más libre bajo el sol que encerrados en un austero despacho— Velarde justifica su decisión diciendo que el trabajo en el Congreso “le absorbe la totalidad” de su tiempo. Y qué verdad es esa, ¿no? Todos hemos tenido días en que parece que el trabajo se nos come.
¿Qué hay detrás de la salida de Velarde?
La salida de Velarde no es solo un cambio de líder; es un reflejo de los desafíos complejos que enfrenta Podemos en Andalucía. En su tiempo al mando, que comenzó en medio de una de esas crisis internas que se prestan a los chismes de café (hola, tía, ¿te has enterado de lo que ha pasado en Podemos?), Velarde ha admitido que los últimos cuatro años han sido “duros, difíciles y complicados”. ¿A quién le gusta esa combinación de adjetivos? Aprecio su honestidad, pero también me pregunto: ¿dónde quedó la autocrítica constructiva?
A veces, cuando leo sobre estos cambios, no puedo evitar recordar un momento en que me encontraba en un trabajo que se sentía, digamos, más complicado de lo habitual. ¿Recuerdas esa sensación en la que cada tarea parece un Everest? Fue un alivio salir de esa etapa, y quizás Velarde siente lo mismo, pero en el plano político.
Raquel Martínez toma las riendas
Con Velarde dando un paso al lado, la secretaria de Organización, Raquel Martínez, se perfila como la nueva líder en un proceso de primarias que culminará el 14 de diciembre. Interesante, ¿no creen? En Podemos, el poder a veces se parece más a una partida de ajedrez que a una carrera; siempre hay que pensar dos o tres movimientos por adelantado. Martínez ha enfatizado su lista como una candidatura de “consenso”, “colectiva” y “plural”. Es como invitar a tus amigos a una cena y asegurarte de que todos los gustos culinarios estén cubiertos. ¿Pero será suficiente para unir a un grupo que ha tenido sus turbulencias?
El lema de Martínez parece apuntar hacia una unidad que, hasta ahora, ha sido algo esquiva. Con respaldo de figuras clave, como los diputados José Manuel Jurado y Alejandra Durán, la aspirante busca reforzar la estructura del partido con la idea de “fortalecer Podemos para sacar a Juan Manuel Moreno de la presidencia de la Junta”. Es una misión clara, casi heroica, y como toda buena película, este es solo el comienzo de una trama más amplia.
La lucha por el consenso y la cohesión interna
La coalición Por Andalucía ha sido un terreno fértil para las tensiones internas. Casi suena a disco rayado: siempre se habla de uniones y disensiones. En su época, Velarde vivió esas batallas dentro del partido como si fueran partidos de fútbol; hay unos que tienen un equipo y otros que no parecen estar en la misma página. La pregunta fundamental es: ¿encontrará Martínez los recursos y el liderazgo para sanar esas heridas y crear un espacio más cohesionado?
Martínez ha dejado claro que debemos seguir unas normas estatales. “A Podemos se le respeta, debe haber primarias y no puede haber vetos”. ¿No es maravilloso el sabor de la transparencia y la participación? Lo que realmente me intriga en estos tipos de situaciones es cuánto podemos creer en esas promesas. Los políticos a menudo son vistos como aquellos que prometen mucho y entregan poco; lo que promete Martínez es un cambio, pero ¿qué tan posible es realmente?
La sombra de Izquierda Unida
No se puede hablar de Podemos en Andalucía sin mencionar a Izquierda Unida. Izquierda Unida, con su mayor implantación territorial, ha comenzado a mover sus piezas para las elecciones autonómicas de 2026. En política, como en el ajedrez, a veces uno debe anticipar los movimientos del oponente. Los líderes de IU están buscando crear un consenso entre las formaciones, pero también saben que si no hay acuerdo, un calendario de primarias será crítico. Aquí, Toni Valero y Ernesto Alba están haciendo malabares para evitar que la historia se repita. ¿No es curioso como la historia parece condenarnos a los mismos errores una y otra vez?
Cuando en el verano de 2022 se llevó a cabo un proceso electoral convulso, muchos se preguntaron si Podemos e IU podrían coexistir armoniosamente. Se dice que uno nunca debe volver a los lugares donde fue feliz, pero en este caso, los líderes parecen estar intentando regresar a un espacio donde ambos puedan prosperar. La necesidad parece clara: evitar conflictos internos que debiliten la lucha por el poder en Andalucía.
La importancia de las primarias en la democracia interna
Las primarias son un aspecto esencial de la democracia interna en cualquier partido político. Son la oportunidad de que todos los miembros levanten la mano y digan: “Yo también tengo algo que aportar”. Velarde ha dejado claro que su mandato estuvo marcado por el deseo de responder a las necesidades de los militantes, aunque la realidad haya dejado algo que desear. ¿Cómo pueden los partidos asegurarse de que este proceso sea realmente inclusivo y no solo una formalidad?
El hecho de que solo alrededor de 3.000 de los 20.000 inscritos paguen cuota de militancia es un dato revelador. Esto plantea preguntas sobre el compromiso real de los miembros con el partido. ¿Estamos hablando de una comunidad activa o de un grupo adicto al drama político?
Las elecciones primarias serán un escrutinio significativo de la salud del partido y el deseo de renovación. Las palabras de Martínez de crear una lista de consenso son una señal de que su intención es acercar las posturas, pero en política, los hechos pesan más que las palabras. La participación y el interés de los inscritos serán fundamentales para el éxito de Podemos en sus futuras contiendas.
Reflexiones finales
La historia de Podemos en Andalucía es un microcosmos de las luchas políticas que muchos partidos enfrentan. La salida de Velarde y la llegada de Martínez se pueden interpretar de muchas maneras, pero, con un poco de humor, me atrevería a decir que podría ser el comienzo de una nueva época. A veces me pregunto si en lugar de luchas de poder, deberíamos simplemente organizarnos para tomar unos cafés y hablar de nuestras ideas. Claro, es un concepto romántico pero ineficaz en política.
Es un momento crítico para Podemos y para todos aquellos que buscan un verdadero cambio en Andalucía. El camino por delante estará lleno de desafíos, pero también hay oportunidades. A fin de cuentas, ¿quién no disfruta de ver cómo se desarrolla una buena trama política? Puede que la política no sea un deporte, pero definitivamente tiene sus propias ligas, sus partidarios apasionados y, por supuesto, sus momentos dramáticos.
Así que, mientras observamos los siguientes movimientos dentro del partido, mantengamos la esperanza de que, al final del día, los cambios que se avecinan serán un paso hacia un futuro más inclusivo y fuerte. Al fin y al cabo, ¿no es esa la esencia de la política?