En el fascinante y a menudo enigmático mundo de la política, existen momentos que nos recuerdan que el cambio es la única constante. Hace no tanto, me encontraba en una conversación con un amigo sobre cómo nuestros políticos parecen más a menudo personajes de una serie de televisión que a funcionarios públicos. Y, ¿quién puede culparnos? La última votación de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) definitivamente parecería el episodio de una intriga política digna de guion. Desde la lucha interna por la presidencia hasta el llamado a una segunda vuelta entre dos aspirantes fuertes, el reciente congreso del partido ha dejado a muchos preguntándose: ¿hacia dónde se dirige ERC y quién emergerá como su nuevo líder?

El laberinto electoral de ERC

Recientemente, ERC celebró un congreso que, en palabras simples, se convirtió en un verdadero «reality show». Con tres candidatos en la contienda, Oriol Junqueras, Xavier Godàs, y Helena Solà, el escenario estaba listo para un espectáculo. Contabilizando los resultados, parece que, a pesar de ser el campeón de la primera ronda con un 48,3% de los votos, Junqueras no logró la victoria definitiva. Esto significa que habrá una segunda vuelta, y el público, o mejor dicho, la militancia, estará en el centro del espectáculo nuevamente el próximo 14 de diciembre.

Junqueras: ¿el rey de la primera vuelta?

Oriol Junqueras ha hecho de su campaña una algo similar a una gira triunfal. Con una sonrisa que podría iluminar toda Barcelona, declaró que “la mayoría de los votos han ido a nuestra candidatura”. Sin embargo, universalmente conocido es el dicho “de más de uno sólo se nace una vez”, y al final, la victoria no siempre se traduce en laureles inmediatos. A pesar de su éxito en la primera ronda, el no alcanzar el 50% tuvo que sentirse como una pequeña piedra en su zapato.

Si le preguntaras a un político sobre sus emociones en estos momentos, la resignación y euforia podrían mezclarse, o al menos, eso pienso que le pasaría a Junqueras. Una vez, en una reunión política a la que asistí, un orador mencionó que en la política, “el fracaso no se mide solo por el resultado, sino por las oportunidades perdidas”. Y, en cierto sentido, parece que Junqueras tuvo que lidiar con esta frustrante realidad.

Godàs: el candidato del cambio

Por otro lado, Xavier Godàs, con un 35,3% de los votos, resaltó que “la mitad de la militancia quiere cambio”. Algo que podría resonar cómodamente en oídos de aquellos que siempre buscan nuevas promesas. A veces me recuerda a las campañas de marketing de los teléfonos móviles: siempre hay uno nuevo que promete «revolucionar» la experiencia del usuario, y la gente sigue cambiando. Aquí, Godàs se presenta como el «nuevo modelo de smartphone», prometiendo características frescas y un enfoque renovado.

Su declaración sobre hablar con “toda la militancia” y su propensión a buscar el apoyo de Helena Solà deja entrever que quizás la batalla no solo se centre en él y Junqueras, sino también en cómo se teje esa red de alianzas en el trasfondo del partido. ¿Y quién no ama una buena estrategia en juego político?

La tercera vía de Helena Solà

Y luego tenemos a Helena Solà, quien obtuvo un 12,6% y podría jugar un papel crucial en el desenlace. ¿Es ella la “Cinderella” de este cuento político, esperando a que su zapatito de cristal encaje con el candidato adecuado? Solà ha prometido “escuchar las propuestas de las otras dos”, lo cual suena como una promesa de pactos que podrían cambiar el rumbo de la historia de ERC.

El verdadero interesante pivot de la situación es si Solà decidirá aliarse más con Godàs o Junqueras. En la política, las alianzas pueden ser tan caprichosas como el destino. En una de mis charlas con un colega, mencionó lo difícil que puede ser formar coaliciones y aún más, mantenerlas. ¿Es Helena la llave que desbloqueará el potencial de ERC o solo un comodín en este mazo político?

Las implicaciones de la votación en la militancia

La amplia participación de militancia indica que hay un fuerte interés en la dirección futura de ERC. Solo hace dos años, Junqueras y Marta Rovira disfrutaron de un respaldo abrumador con el 87% de la militancia. ¿Qué sucedió entre entonces y ahora que ha causado tanto levantamiento? La política, como la vida, a menudo tiene giros inesperados. Lo que antes estaba claro se vuelve turbio, y las luchas internas a veces son tan explosivas como una botella de refresco agitado.

Después de la votación y a medida que se vislumbran nuevos liderazgos, la atención se centrará en un delicado proceso de reconexión con las bases. La nueva ejecutiva de ERC tendrá solo dos meses para forjar una nueva ponencia política. Aquí, la presión es real y podría poner a prueba a los nuevos líderes recién elegidos.

En ocasiones me pregunto si tienen una campanita que repique cuando el tiempo se acabó. Recuerdo una vez que, en un evento similar, el orador principal tenía un temporizador visible, y la tensión en la sala era palpable. El futuro de ERC podría depender de cómo estos líderes tomen decisiones.

La búsqueda de la unidad

Como mencioné, la clave del futuro de ERC puede ser la unidad. Las diferencias internas son a menudo lo que lleva a la fragmentación en los partidos políticos. Aquí es donde Junqueras con su cercanía a las raíces del partido, enfrenta a Godàs, quien representa el deseo de cambio. En el fondo del corazón de cada militante de ERC, hay un anhelo de cohesión. ¿Cuántas veces hemos visto partidos históricos desmoronarse por la incapacidad de trabajar juntos?

En el único debate que tuvo lugar, todos los candidatos se mostraron abiertos a la colaboración en la creación de un nuevo documento de bases ideológicas. Y eso, querido lector, es un respiro. Si estos tres pueden superar la rivalidad y encontrar maneras de integrar las ideas de las distintas corrientes dentro de ERC, quizás saldrán más fuertes. Y si no, bueno… digamos que esto se convertirá en una especie de soap opera político.

Reflexiones finales sobre el futuro de ERC

A medida que nos acercamos a la segunda vuelta de las votaciones en diciembre, es evidente que las decisiones tomadas en el seno de ERC influirán no solo en su futuro inmediato, sino también en el panorama político de Cataluña. La historia de ERC, llena de altibajos, es un recordatorio de que la política no es solo una lucha por el poder, sino también una batalla por las ideas y la identidad de un partido.

Mirando hacia adelante, me encuentro reflexionando sobre el peso de la historia. En un contexto donde el deseo de cambio y la necesidad de continuidad coexisten, ¿quién mantendrá la brújula que guíe a ERC hacia un futuro cohesivo y dinámico?

Fin del capítulo 1 de este emocionante desarrollo político. Ahora, sólo queda esperar quién se alzará como el nuevo líder, y espero que esto no convierta a ERC en «el juego de tronos» de la política catalana. ¡Que gane el mejor!