¿Alguna vez te has preguntado cómo sería un mundo donde las empresas no solo se enfocaran en los beneficios económicos, sino también en el bienestar de las personas y del planeta? Suena utópico, ¿verdad? Pero hay una corriente en auge que busca precisamente eso: poner al ser humano y el medio ambiente en el centro de la economía. Aquí es donde entra en juego la Economía del Bien Común, un concepto promovido por pioneros como Adela Suñer, quien ha dedicado su vida profesional a este propósito.
En este artículo, exploraremos el trayecto de Adela Suñer y el impacto de la Economía del Bien Común en España, así como los desafíos y oportunidades que presenta este nuevo enfoque. Así que, coge una taza de café, relájate y acompáñame en esta travesía.
¿Quién es Adela Suñer y por qué debería importarte?
Adela Suñer es una economista de renombre, formada en la prestigiosa escuela de negocios ESADE. Con más de 30 años de experiencia en el campo, ha recorrido un largo camino desde sus inicios como controller hasta convertirse en una referencia en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) en España. Pero, ¿qué la llevó a cambiar de dirección y adoptar la Economía del Bien Común? Como bien diría cualquier buen narrador, hay una historia detrás de cada personaje.
Suñer comenzó a interesarse por la RSC durante la Gran Recesión de finales de los 2000. Fue un periodo difícil, donde muchas empresas se vieron forzadas a reconsiderar su enfoque. «La crisis me hizo darme cuenta de que lo que estábamos haciendo no era suficiente», recuerda. Su descubrimiento del movimiento de la Economía del Bien Común, fundado por el austriaco Christian Felber, representó un cambio radical en su carrera. Este nuevo enfoque ofrece herramientas y métricas para avanzar hacia un modelo económico que prioriza a las personas y el medio ambiente sobre el lucro.
¿Qué es la Economía del Bien Común?
La Economía del Bien Común se basa en la idea de que las empresas deben medir su éxito no solo en términos de beneficios, sino también en su impacto social y ambiental. Imagina accesar a un balance ético obligatorio para las empresas, en el que se evalúen no solo ingresos y gastos, sino también si la empresa realmente “hace el bien” en las comunidades donde opera. ¡Eso sería revolucionario!
En lugar de seguir la lógica del beneficio privado, este enfoque busca que los beneficios empresariales vayan acompañados de un compromiso social genuino. «Es fundamental entender cómo una empresa ha conseguido sus ingresos», sostiene Suñer con firmeza. La economía, entonces, no sería simplemente un juego de cifras en un balance general, sino un desafío humano. ¿Te imaginas un mundo así?
Importancia de un balance ético
La idea de un balance ético es uno de los pilares de la Economía del Bien Común. Según Suñer, deberían estar a la par del balance patrimonial y la cuenta de resultados. Me quedé pensando en lo absurdo que sería evaluar una empresa solo por sus números sin considerar el impacto que tiene en la sociedad. Sería como calificar a un chef solo por cuánto vendió, sin probar su comida. ¿Y si es terrible?
Las empresas deben rendir cuentas no solo a sus accionistas, sino también a las comunidades donde operan. Adela argumenta que hay suficiente evidencia científica que respalda la afirmación de que una economía inclusiva y consciente mejora la economía en su conjunto. Así que la pregunta es: ¿por qué no adoptar este modelo?
La ciudadanía como motor de cambio
Adela Suñer no solo es una voz en el desierto. Ella cree firmemente que la ciudadanía tiene muchísimo más poder del que a menudo creemos. Para ella, el consumidor consciente es la clave para impulsar la Economía del Bien Común. Cuando tomamos decisiones informadas como consumidores, estamos, en efecto, enviando un mensaje a las empresas sobre lo que valoramos. ¿Has pensado alguna vez en el poder que tienes cuando eliges gastar tu dinero en empresas éticas en lugar de aquellas cuya ética deja mucho que desear? Es como si tuvieras una varita mágica para cambiar el mundo, aunque sea un poco.
La videoentrevista: Abriendo puertas a nuevas ideas
La videoentrevista que Adela Suñer dio a Alternativas Económicas y ElDiario.es es una oportunidad valiosa para conocer más sobre estos conceptos. En ella, Suñer detalla la metodología detrás de la Economía del Bien Común y presenta otros balances que podrían ser fundamentales en este nuevo paradigma. La serie, titulada «Economía fuera del carril», es una ventana hacia tradiciones económicas que a menudo quedan fuera del ámbito de discusión convencional. ¿Te imaginas poder escuchar a economistas como Miren Etxezarreta o Carmen Castro hablando sobre economía marxista o feminista? Suena como un festín de conocimiento.
Más allá del lucro: la inversión en el bienestar
Una de las afirmaciones más impactantes de Suñer es que, a menudo, debemos invertir en solucionar problemas sociales como la pobreza para que la economía mejore. En su opinión, la ortodoxia económica actual sugiere que mejora la economía primero y luego se reduce la pobreza. Pero, ¿y si la lógica estuviera invertida? Es un concepto que desafía las normas establecidas y que puede hacer que reescribamos la forma en que entendemos la economía.
Vivimos en un mundo donde a veces parece que la humanidad ha sido destronada por el lucro. Pero hay alternativas. La propuesta de Suñer y la Economía del Bien Común podría ser esa luz al final del túnel, donde el beneficio económico se va de la mano con el compromiso social.
La red de activistas y consultores
Lo que realmente me fascina de la historia de Adela Suñer es cómo ha contribuido a construir una red de activistas y consultores en España que trabajan infatigablemente por la Economía del Bien Común. Esta red incluye investigadores académicos, así como empresas que empiezan a adoptar este nuevo enfoque. Incluso hay una cátedra específica en la Universidad de Valencia enfocada en este tema. ¿No es increíble pensar que futuras generaciones de economistas podrían estar formándose con una mentalidad más humanitaria?
Una mirada al futuro
¿Y hacia dónde vamos desde aquí? La respuesta es simple: necesitamos más voces como la de Adela Suñer que sigan desafiando el status quo. La economía no tiene que ser una batalla entre beneficios y ética. Puede ser un espacio donde ambos elementos convivan, donde el bien común y la rentabilidad sean amigos, no enemigos.
Como consumidores, necesitamos seguir educándonos y ser proactivos al exigir un cambio. ¿Qué tipos de empresas estamos apoyando con nuestras compras? A medida que nos volvamos más conscientes de nuestro poder, las empresas comenzarán a notar que un cambio es necesario.
Reflexionando sobre nuestra responsabilidad
La economía del bien común no es solo un concepto teórico; es un llamado a la acción. Adela Suñer nos invita a preguntarnos: ¿cómo puedo contribuir a este cambio? Tal vez se trate de empezar por informarnos sobre las empresas de las que consumimos, o incluso, involucrarnos en movimientos que promueven un cambio social.
El futuro de la economía no solo se construye en las oficinas de los economistas o en los salones de las empresas. Se construye en nuestras comunidades, en las decisiones que tomamos cada día y en la forma en que elegimos vivir.
Conclusión
La Economía del Bien Común es más que un mero concepto; es un movimiento que puede cambiar la forma en que interactuamos con el mundo. La visión de Adela Suñer es solo un punto de partida. Así que la próxima vez que entres a una tienda o pienses en comprar algo en línea, pregúntate: ¿estoy apoyando a las empresas que realmente promueven el bien común? Y recuerda, cada pequeña acción cuenta.
Espero que este recorrido por la vida y obra de Adela Suñer y la economía del bien común te haya inspirado. Ahora te toca a ti seguir adelante, informarte y actuar. ¡El futuro está en nuestras manos!