La realidad de los agentes de movilidad en Madrid ha sido tema de debate en recientes comisiones del Ayuntamiento. Entre los chismes del café y las discusiones sobre cuál es el mejor lugar para tapas, emerge una verdad incómoda: el cuerpo de agentes de movilidad de Madrid está más frágil que un café de mala calidad. Y no, amigo, no estoy hablando de los efectos secundarios de (permíteme el humor) trabajar en esas condiciones inhumanas. En este artículo vamos a desgranar una de las situaciones más preocupantes que afectan la dinámica urbana de la capital española. Así que acomódate, prepara tu mejor taza de café y vamos a sumergirnos en esta encrucijada.
La situación actual: ¿una ciudad desbordada?
En una reciente reunión de la Comisión de Obras, Medio Ambiente y Movilidad, el concejal de Movilidad, Borja Carabante, fue el protagonista de un espectáculo no tan festivo. Mientras todos esperaban algún anuncio brillante como el que nos hace soñar con el último gadget tecnológico, se encontraron con un problema de efectivos. ¿Te imaginas tener que gestionar una capital como Madrid con solo 450 agentes de movilidad? ¡Es como intentar dar de comer a una multitud con un solo pincho de tortilla! Pero aquí estamos, con una plantilla reducida a casi la mitad de lo que solía ser: ¡de 1,000 a 450!
Y como diría mi abuela, “¡esto no es de recibo!” Jesús Manuel Méndez, el secretario general del Sindicato Profesional de Agentes de Movilidad, se ha manifestado abiertamente sobre la incapacidad del cuerpo para hacer frente a sus deberes. ¿Recuerdas la última vez que te encontraste atrapado en un tráfico aterrador? Imagina que, en la situación actual, esos momentos van a ser más comunes que un lunes sin café.
Vacantes en el cielo, problemas en el asfalto
El detalle más preocupante es que durante 2023 la última oferta para nuevos agentes de movilidad se fue al traste. De las 130 plazas ofrecidas, tres almas valientes se presentaron y, al final, el resultado fue… ¡una convocatoria desierta! ¿Qué pasó aquí?
Según Méndez, el problema va más allá de la mera falta de candidatos jóvenes y ésteres de la generación millennial. Hablando desde un lugar de experiencia —soy suficientemente viejo para recordar los días en que la gente se emocionaba por trabajar en un «trabajo seguro»— reconoce que la falta de atractivo está en juego. ¿Te gustaría ser un agente de movilidad si sabes que el trabajo físico está más orientado a un maratón de resistencia que a una suave paseo por el parque?
La situación ha llevado a un desbalance brutal en las responsabilidades, dejando a la policía municipal lidiando con aquellas tareas que deberían estar en manos de los agentes de movilidad. No es un gran secreto que el caos en las calles de Madrid se va a triplicar en días festivos como Navidad, donde todos quieren experimentar la magia de las luces mientras saltan de un lado a otro en el tráfico.
El dilema de la promoción interna: ¿y dónde están los jóvenes?
Y hablando de falta de atractivo, aquí viene un otro tema que vale la pena discutir. Cuando se celebró la promoción interna para agentes de movilidad, las pocas personas que se presentaron tenían más años que una botella de vino viejo. Es obvio que no puedes esperar que alguien de 50 años se exija exactamente lo mismo que un joven de 20. Y es que, al fin y al cabo, las únicas cosas que deberían requerir velocidad en esta vida son el autobús cuando estás llegando tarde o las olas de un buen surfista, no una sencilla oposición.
El sindicato ha pedido cambios claros, como aumentar la categoría de los funcionarios de C2 a C1 y ofrecer jubilación anticipada. ¿Y quién puede culparlos? Con la cantidad de contaminación y estrés que enfrenta un agente de movilidad diariamente, ¡también yo estaría pensando en tener un retiro anticipado en una playa de arena blanca!
Estrategias para un futuro mejor: ¿qué se puede hacer?
La solución no es magia, y definitivamente no está en un sombrero de mago. Mientras que muchos ven a los agentes de movilidad como «héroes», la realidad es que están trabajando en condiciones que no favorecen su salud ni la del ciudadano común. Ofrecer 94 nuevas plazas a lo loco y 50 más para tropa y marinería no es suficiente. Si el objetivo es acercarse a una cantidad efectiva de 800-1,000 agentes, se necesitan convocatorias regulares. ¿Acaso no es de sentido común?
Sabemos que la administración tiene sus propios desafíos y que hay que trabajar con presupuesto. Pero también hay un asunto de voluntad política y ética hacia sus servidores. ¿De verdad, dentro de su corazón, creen que ofrecer menos de lo necesario es una buena gestión?
Hablando de desarrollar el recurso humano, a nivel personal me resulta fascinante cómo empresas internas fomentan el crecimiento profesional. Dudo que sea el mismo caso aquí. Si vamos a invertir en las personas que mantienen el orden en nuestras calles y que están literalmente cruzando la batalla contra el tráfico y la falta de efectivos, deberíamos hacerlo bien. ¡Lleven a cabo una revolución de incentivos!
El futuro: ¿esperanza o caos?
La situación es complicada y llena de incertidumbre. Políticamente hablando, lo que se avecina en Madrid es un carnaval de desafíos. Mientras que la oposición critica la gestión del equipo de Carabante, los agentes de movilidad siguen siendo los héroes anónimos que están en la parte frontal de este caos. Ellos tienen que pagar el precio de la falta de recursos, y eso no es justo.
¿Seremos capaces de encontrar una solución antes de que las luces navideñas se apaguen? O, ¿terminaremos en un desmadre circulatorio, con más caos del que pueden manejar los pocos agentes de movilidad que quedan? Quizás la respuesta no esté en el aire, sino en la acción que ellos y la administración se sientan dispuestos a tomar.
En resumen, lo que está sucediendo en Madrid no solo es un problema de gestión; es una cuestión que afecta a todos, desde los agentes de movilidad hasta los ciudadanos comunes que desean transitar por calles seguras y fluidas. Queda la esperanza de que se tomen decisiones más acertadas y que pronto podamos ver un nuevo amanecer para nuestros heroicos conductores de la movilidad en la ciudad. Mientras tanto, ¡mantente alerta en el tráfico y cuida de tu bienestar!
Y ahí lo tienes, querido lector. La situación puede no ser perfecta, pero con un poco de esperanza y un toque de humor, ¡podemos avanzar hacia un futuro más brillante! ¿Te has encontrado alguna vez en una situación semejante? ¡Déjamelo saber en los comentarios!