En el fascinante mundo de la tecnología, donde las aplicaciones parecen multiplicarse más rápido que conejos en primavera y las compañías luchan para contratar a los mejores talentos, hemos sido testigos de un giro inesperado y, por qué no decirlo, un poco aterrador. ¿Quién iba a pensar que íbamos a pasar de un mercado laboral en el que las empresas tecnológicas hacían cola para fichar a empleados a uno donde, de repente, el silencio se siente ensordecedor? Este es el panorama que enfrentamos hoy, y podría hacer que hasta el más optimista palidezca.

Un vistazo al pasado: la era de la abundancia

Recuerdo, hace un par de años, cuando el profesorado de mi universidad bromeaba sobre lo fácil que sería conseguir trabajo en el sector tecnológico. «¡Si te sabes encender la computadora, seguro que te contratan!», decía uno de ellos, riendo mientras trataba de hacernos sentir menos nerviosos sobre el futuro. Y no estaba tan equivocado. Entre finales de 2019 y principios de 2023, las empresas tecnológicas estaban desesperadas por atraer a nuevos talentos. Era como una especie de “influencer” de la contratación, en el que las empresas competían ferozmente entre sí: «¿Contratamos a este programador o se lo va a llevar Google?». No era raro escuchar a empleados de Meta comentar que sus empresas les contrataban simplemente para que no se fueran a la competencia.

Pero, como en una buena serie de televisión, de repente, todo cambió.

La tormenta perfecta: despidos y congelaciones

Desde 2023, los ecos de despidos masivos se han vuelto una melodía habitual en nuestro mundo laboral. La situación ha tomado un giro tan drástico que parece de película de terror: despidos que superan los 260,000 en 2023 y otros 211,033 en 2024 según informes de The Wall Street Journal. Si no tienes una bolsa de aire laboral —esa red de contactos que resuena con la esperanza de un nuevo trabajo— te encuentras en una caída libre bastante peligrosa. ¡Y aquí estoy yo, tratando de no caerme de la silla mientras escribo esto!

Chris Volz, un gerente de ingeniería con casi tres décadas de experiencia, fue uno de los muchos que se vieron envueltos en esta ola de despidos. “Habitualmente, tiraba de mi red de contactos”, comparte Chris, “pero esta vez, todos mis contactos estaban en la misma situación que yo. La hace sentir que el mundo se te viene encima, ¿verdad?”.

¿Por qué estamos aquí?

Podríamos señalar varios culpables de este repentino cambio de viento en la marea laboral, pero, a fin de cuentas, la cosa es más compleja de lo que parece. Según el informe sobre el mercado laboral de EEUU de abril de 2024, elaborado por BBVA Research, el aumento de los tipos de interés, el contexto de inflacionismo, y la sombra de una recesión económica hacen que las empresas contengan el gasto. “¿Pero no se supone que el sector tecnológico siempre es resistente?”, te preguntarás. ¡Oh, cómo me gustaría decir que sí! Sin embargo, como en una buena telenovela, la trama se complica.

La tendencia global: España y su eco

Mientras tanto, en España, la situación está lejos de ser un paseo en un parque temático. Los ecos de esta crisis laboral en el sector tecnológico empiezan a resonar por aquí. Los datos del Informe de Tendencias del Mercado de Trabajo en España 2024, elaborado por el SEPE, apuntan a que los contratos en el sector de la programación y consultoría han disminuido desde el pico histórico de 2022. Al igual que el efecto mariposa, lo que ocurre en los Estados Unidos, eventualmente se traslada a Europa, aunque a un ritmo más pausado.

Un golpe real para los incrementos salariales

Con la ola de despidos, no solo estamos hablando de una disminución en el número de ofertas de trabajo, sino que los incrementos salariales también se han estancado. Según un artículo reciente de The Wall Street Journal y la plataforma salarial Pequity, el aumento en los salarios del sector tecnológico ha caído al 0,95% en comparación con el año anterior. ¿Recuerdas cuando cada vez que cambiabas de trabajo venías con un incremento salarial como si estuvieras recibiendo el premio a la lealtad? Bueno, ahora ese premio se siente un poco más como un «gracias por participar».

Adaptación y estrategias

La pregunta del millón es: ¿qué hacer ahora? La resiliencia se está convirtiendo en la nueva palabra de moda, pero, ¿cómo se traduce esto en la práctica? Lo primero es tomar un momento para respirar y evaluar nuestras habilidades. Tal vez es hora de volver a la escuela, de aprender esas habilidades que hace años abandonamos porque ya estábamos demasiado ocupados lidiando con el ascenso frenético de nuestras carreras.

Networking: la nueva fiebre del oro

Establecer conexiones se vuelve fundamental. Si antes la red era un lujo, hoy es una necesidad. Aun así, no debemos olvidar el humour al abordar estas ventas: “Cuando acudas a un evento de networking, recuerda que no eres solo un perfil de LinkedIn con un café en una mano. Eres esa combinación única que puede aportar algo especial”.

Cierre con una reflexión sincera

La era dorada del empleo en tecnología parece haber terminado, pero todos sabemos que esto es un ciclo. Vivimos en un mundo digital que evoluciona constantemente, y aunque hoy enfrentemos desafíos, mañana podremos celebrar un nuevo florecimiento. Con la incertidumbre y la tensión que esto crea, cada uno de nosotros debe encontrar su manera de navegar por este paisaje volátil.

Así que, queridos colegas, ya sea que estén en el camino o considerando hacer una pausa y aprender algo nuevo, recuerden que este es solo un capítulo más en la narrativa de nuestras vidas laborales. ¡Mantengan la calma y sigan adelante! Después de todo, quien no se atreve a perderse, difícilmente encontrará algo nuevo.

Preguntas para reflexionar

  • ¿Cómo has adaptado tus habilidades para seguir siendo relevante en este mercado laboral?
  • ¿Crees que el temor a los despidos puede ser aprovechado como una oportunidad para reinventarte?

Al final, nada está escrito y el futuro es lo que hacemos de él. Mantengamos la esperanza y, sobre todo, un buen sentido del humor. ¡Eso nunca está de más!