Recientemente, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, fue galardonado con el prestigioso Premio Mejor Empresario del Año 2024, un honor que reconoce no solo su trayectoria sino también la relevancia del empresariado en la economía española. En su emotivo discurso, Imaz abordó varios temas que nos tocan de cerca, desde la competitividad industrial hasta la importancia de ofrecer a los jóvenes un futuro prometedor en su propia tierra.
La figura del empresario como pilar de la economía
Cuando escuché a Imaz hablar sobre la importancia de los empresarios, me transporté a mis días de estudiante. A menudo, escuchamos que los empresarios son los «villanos» en las historias económicas, siempre en busca de beneficios a expensas del bienestar social. Sin embargo, como bien señala Imaz, los empresarios son los que asumen riesgos, invierten y generan empleo, pilares fundamentales para el desarrollo de un país.
Recuerdo haber tenido una conversación con un viejo amigo que se había embarcado en un proyecto empresarial. Me contaba sobre las noches en vela que pasó planificando, buscando financiación, y enfrentándose a la incertidumbre. «Si supieras la cantidad de funciones que tiene que desempeñar un empresario», me decía. Y tenía razón. La figura del empresario es multifacética, mezcla de visión, perseverancia y una buena dosis de resiliencia.
Reflexiones sobre el mercado laboral y el SMI
Imaz hizo una clara distinción entre el salario mínimo interprofesional (SMI) y las aspiraciones salariales de los jóvenes. Su propuesta es ambiciosa: «Quiero un país en el que los jóvenes puedan aspirar a salarios elevados«, decía. Es un mensaje potente y necesario en un momento en que muchos jóvenes se enfrentan a la realidad de trabajos precarios y sueldos que apenas alcanzan para cubrir las necesidades básicas.
¿No se siente uno un poco frustrado al ver que la conversación se centra en el SMI como una solución mágica? Es como si quisiéramos arreglar un coche roto solo cambiando los neumáticos. Claro, el SMI es importante, pero un enfoque más integral que incluya estabilidad económica, formación y oportunidades de crecer debería estar en el centro del debate. ¿Por qué conformarse con lo mínimo cuando podemos aspirar a mucho más?
La cultura empresarial en el País Vasco
El hecho de que Imaz haga referencia a su tierra natal, el País Vasco, no es mera coincidencia. Su discurso destaca cómo en esta región se valora al empresario y su papel en la sociedad. ¿Alguna vez has oído hablar de la palabra «industriales»? En el País Vasco, la palabra lleva consigo un peso y un reconocimiento que a menudo se le escapa a otros lugares.
Imaz recordó a varios empresarios notables de la región que enfrentaron desafíos terroristas en su camino. La valentía de estos empresarios no solo resonó en su discurso, sino que también nos recuerda que el camino hacia el éxito a menudo está lleno de obstáculos. Sus palabras resonaron como un grito de justicia y memoria, elementos que son esenciales en la construcción de un futuro más justo y equilibrado para todos.
Anécdota personal
Te cuento una breve historia. Una vez, en una conferencia empresarial, escuché a un veterano empresario decir: «El miedo es una reacción; el coraje es una decisión». Mientras escuchaba esas palabras, pensé en cómo muchos, incluyéndome a mí, hemos dejado que el miedo nos detenga. Pero los empresarios valientes que Imaz mencionó nos muestran que el verdadero valor reside en enfrentar esos miedos y seguir adelante. ¡Inspírate!
Transición ecológica: el papel crucial de la industria
La transición verde es un tema candente en la agenda global, y Imaz fue claro al señalar que la industria es crucial para este proceso. Muchas veces, se presenta a la industria como el antagonista en la lucha contra el cambio climático. Pero en realidad, puede ser una de las fuerzas más poderosas para lograrlo.
En mi vida diaria, tengo la oportunidad de ver innumerables ejemplos de cómo las empresas están innovando para ser más sostenibles. Desde la utilización de energías renovables hasta la implementación de tecnologías más limpias, la industria tiene un papel central que no podemos ignorar.
Además, Imaz enfatizó que «la industria es el germen de la innovación y la competitividad nacional». Y eso es una realidad que debemos abrazar. Imagina un futuro en el que nuestras ciudades sean más limpias, donde la calidad del aire mejore gracias a la innovación industrial. ¿No te gustaría ser parte de esa historia?
La relevancia social del empresario
El ejecutivo también abordó la visión errónea que se tiene a menudo sobre los empresarios, a quienes el populismo señala como los culpables de todos los males de la economía. «Los empresarios que invierten, arriesgan e innovan son los que crean empleos de calidad», sostiene Imaz. Me parece que esta frase debería estar grabada en letras doradas en la puerta de cada oficina de recursos humanos del mundo.
La realidad es que el empresario no es un enemigo, sino un aliado en la búsqueda de una sociedad más equilibrada. Querer demonizar a quienes crean empresas y empleo no solo es injusto, sino que también limita nuestro potencial como sociedad.
La importancia de la memoria y la justicia
Uno de los momentos más emotivos del discurso de Imaz fue cuando recordó a aquellos empresarios vascos que enfrentaron la violencia de ETA. Para muchos, estas referencias pueden parecer un eco del pasado. Sin embargo, como él mismo apuntó, «ni el mundo empresarial ni la política pueden avanzar sin justicia y memoria».
Recordar las lecciones del pasado es vital para no repetir los mismos errores. En este sentido, el reconocimiento de la lucha de estos empresarios se convierte en un acto de justicia, no solo para ellos, sino también para las futuras generaciones que deben aprender a valorar lo que antecedió a su realidad actual.
La familia: el verdadero pilar de los logros
Finalmente, para Imaz, un agradecimiento especial fue crucial. Su emotivo homenaje a su familia dejó claro que detrás de cada éxito hay un equipo, un apoyo incondicional. Su mención de su madre, su esposa y sus hijos tocó el corazón de muchos. «Sin su amor y apoyo nunca hubiera podido hacer lo que he hecho», expresó. Este detalle humano lo hace relatable. Nos recuerda que todos, independientemente de nuestro nivel de éxito, llevamos con nosotros las historias de aquellos que nos han apoyado a lo largo del camino.
Conclusiones: hacia un futuro colaborativo
En definitiva, el discurso del galardonado Josu Jon Imaz no solo captura la esencia de lo que significa ser un empresario en tiempos difíciles, sino que también plantea una visión provocativa de cómo debemos avanzar. La competitividad industrial, la transición verde, y el reconocimiento del papel crucial del empresario en la economía son temas que merecen nuestra atención.
Hoy más que nunca, necesitamos un enfoque que no solo contemple el presente, sino que también ofrezca esperanzas a las futuras generaciones. Apostemos por una España que no solo sea competitiva, sino que también valore la memoria, la justicia, y el valor de cada individuo en la construcción de un futuro compartido.
Así que, ¿qué tal si en lugar de centrarnos en lo que no podemos hacer, comenzamos a pensar en todas las posibilidades que se nos presentan? La pelota está en nuestro tejado, y como bien sabemos, cada gran cambio comienza con una pequeña decisión. ¿Estamos listos para hacer esa elección?
¡Hasta la próxima!