La gastronomía es un arte que va más allá de la simple combinación de ingredientes; es una experiencia que despierta los sentidos y, en muchos casos, las emociones. Visitar Arume es una invitación a un viaje sensorial que celebra la riqueza de los sabores atlánticos y la cultura culinaria gallega. Ubicado en Barcelona, este restaurante es mucho más que un lugar para saciar el hambre: es un espacio donde cada plato cuenta una historia, una dedicación, un sueño.

Un vistazo a la historia detrás de Arume

Hablemos un momento del chef y propietario de Arume, Rubén Bermúdez. Este hombre, de raíces gallegas y con una historia que parece sacada de una novela de aventuras, ha logrado combinar su amor por la cocina con su formación en derecho y su experiencia en ventas. ¿Suena a un camino poco convencional? Totalmente. Pero como dicen, los caminos menos transitados a menudo llevan a los destinos más interesantes. Bermúdez, tras realizar un giro de 180 grados en su carrera, se lanzó al mundo de la gastronomía, y ¡vaya que lo ha hecho bien!

La historia de Arume está impregnada de pasión. Desde el primer momento en que entras, sientes la energía y dedicación que pueden estar ausentes en otros lugares. Aquí, la cocina no es solo una cuestión de llenar estómagos; es un acto de amor. ¿Te imaginas a un chef que habla de su comida con la misma pasión con la que hablas de tu primera cita? Eso es Arume.

Platos que cuentan historias

La carta de Arume es un reflejo del legado culinario gallego, enriquecido con influencias modernas que lo transforman en un festín para los paladares más exigentes. Las vieiras de Cambados son un plato emblemático que reitera esta búsqueda de la excelencia. Servidas con crema de maíz y una veladura de trufa, no solo son un deleite visual, sino una explosión de sabores. ¿Sabías que Cambados es famoso por sus vieiras? ¡Un pequeño guiño a la tierra que las vio nacer!

Hacia mi segunda visita, decidí arriesgarme y probar el pulpo crocante. Confieso que era escéptico, pero el primer bocado fue una revelación. La combinación con el parmentier de yuzu y mayonesa de ajada es tan sorprendente que me hizo replantear mi relación con el pulpo. Anécdota: recuerdo que casi me atrevo a pedir un tercer plato, pero la cordura me ganó en el último instante… o quizás fue solo un buen amigo advirtiéndome que la cena estaba por terminar.

Clásicos gallegos reinventados

No se puede hablar de Arume sin mencionar su arroz clásico de marisco. Si hay algo que los gallegos saben hacer bien, son arroces; y en Arume, lo llevan a un nivel completamente nuevo. Preparado con productos frescos de la región, este plato es un claro ejemplo de cómo la tradición se entrelaza con la innovación. ¿Eres de los que piensan que puedes cocinar un arroz así en casa? Piensa de nuevo.

Y si hablas de carne, aquí la presa ibérica y el lingote de cordero son los reyes. Gracias a una presentación impecable y una sazón magistral, estos platos no solo satisfacen el estómago, sino que también producen ese pequeño y satisfactorio suspiro al primer bocado. Recuerdo la primera vez que probé la presa: no estaba preparado para el estallido de sabores y texturas que se sucedieron en mi boca.

Opciones para todos los gustos

¿Qué pasa si eres vegetariano? ¡No te preocupes! Arume ha pensado en ti. Aunque Galicia no es conocida por ser un paraíso vegetariano, las opciones que ofrecen son bastante sobresalientes. La calabaza asada con burrata y la tortilla al estilo de Betanzos son una delicia que, incluso a un carnívoro como yo, me hicieron cuestionar mi amor por la carne. Y si crees que me estoy dejando llevar por la emoción, espera a probar la tortilla coronada con panceta ahumada. Tu paladar te lo agradecerá, lo prometo.

Postres que son un final triunfal

No hay experiencia gastronómica completa sin un buen postre. La torrija de Arume es un himno a la dulzura, hecha con brioche empapado en crema inglesa. Si no puedes resistirte a un postre que combina nostalgia y modernidad, este es tu momento. Recuerdo que después de disfrutar de una cena exquisita, decidí que merecía ese capricho. ¡Y no me arrepentí! Otra lección: siempre haz espacio para el postre; es una regla de oro en el mundo de la gastronomía.

Por otro lado, la tarta de queso elaborada con San Simón no solo es un postre, sino una experiencia transcendental que despierta recuerdos de la infancia, una reconexión con esos momentos tan simples y bellos.

La decoración y el ambiente: un repaso visual

Mientras disfrutas de estos manjares, no olvides observar el entorno. El restaurante aporta un aire moderno, pero sin perder la esencia gallega que lo caracteriza. Si sientes que te has transportado a otra época, ¡no te sorprendas! La fachada de la Casa-fábrica Alabau, justo enfrente, es un testimonio viviente de la rica historia de Barcelona.

Quizás te estés preguntando: “¿Qué tiene que ver esto con la comida?” Bueno, la respuesta es simple: un buen ambiente eleva cualquier alimentación. Atravesar el umbral de Arume es como entrar a un espacio donde cada elemento, desde la decoración hasta la presentación de los platos, está cuidadosamente pensado para proporcionarte la mejor experiencia posible.

Catando la vida: vinos y cócteles

Vamos a hablar de bebidas. Como buen amante de la gastronomía, entiendo el papel fundamental que el vino juega en la experiencia culinaria. Arume cuenta con una bodega impresionante con más de 80 referencias. Ya sea que busques un vino para acompañar tu comida o solo quieras relajarte con un cóctel para finalizar el día, aquí encontrarás opciones que adecuan perfectamente con cada plato. Recuerda: no se trata solo de llenar tu copa; se trata de seleccionar el vino correcto que realce la experiencia del plato principal.

Recuerdo una noche, después de un par de cócteles, cómo reímos y compartimos historias con los amigos. Esas son las memorias que cuentas durante las cenas, por eso siempre que salimos a comer, opto por unos buenos cócteles. ¡Nada como una buena conversación acompañada de una bebida!

Conclusión: un homenaje a la cultura atlántica

En conclusión, Arume es más que un restaurante; es un homenaje a la cultura gastronómica atlántica y a la propia identidad gallega de su propietario. Con platos que despiertan los sentidos, un ambiente que envuelve y un servicio excepcional, este lugar se convierte en un destino obligatorio para todos aquellos que buscan una experiencia gastronómica única en Barcelona.

Si hay algo que me llevo de cada visita a Arume es un profundo respeto por la cocina. Cada plato es una historia, un homenaje a la tradición, y un recordatorio de que la comida puede conectar a las personas de maneras que nunca imaginamos. Así que, ¿estás listo para descubrir la magia de Arume? ¡Te aseguro que no te arrepentirás! Y si te invitan a cenar allí, no olvides compartir –porque, como se dice, lo bueno se comparte.