Si hay algo que me gusta de enero, además de las rebajas, son las tradiciones que celebramos en este mes. Entre ellas, la Cabalgata de Reyes es sin duda una de las más esperadas en muchos municipios españoles. Pero como en todo evento público, lo que debería ser una celebración puede convertirse en un fiasco. Y así fue lo que ocurrió en Arenas de San Pedro, un pintoresco municipio abulense, donde el alboroto se transformó en un auténtico caos. ¿Listos para escuchar la historia?

El pitido mágico que se volvió en contra

Era un sábado cualquiera, la tarde estaba fresca y un aroma a castañas asadas llenaba el aire, una escena digna de un cuento de Navidad. Fiestas, luces y música entrelazadas como en una película de Disney. Todo parecía perfecto, hasta que la climatología sonora de la fiesta cambió con la llegada de la pirotecnia. Se encendieron los petardos y, de repente, un estruendo horroroso resonó en Arenas de San Pedro. Adivina quien no estaba preparado… Sí, los bueyes.

Los animales, que se suponía debían ser parte del espectáculo, entraron en pánico y decidieron huir. Los pastores, que quizás pensaron que su día sería principalmente de exhibición y no de supervivencia, se encontraron con una estampida de bueyes correteando por las calles. Un hombre, atrapado entre la rabia del ganado y el griterío descontrolado, terminó con una herida en el brazo. Imagina ese momento: un hombre en pleno festín de alegría, de repente desviado por la furia de los bueyes asustados. Sin duda, un día que no olvidará fácilmente.

La espetacularidad de lo inesperado

A decir verdad, he estado en algunos eventos donde las cosas salieron no como se esperaba. Recuerdo una fiesta de cumpleaños donde el globo que pensé que era uno de esos de helio se transformó en un peligro en potencia: el tamaño de un pequeño coche. Si aquellos de Arenas de San Pedro hubieran tenido un inflable en lugar de bueyes, probablemente el rango de lesiones hubiera sido solo unas cuantas magulladuras y un par de risas. Pero no, estábamos hablando de un caos real.

La falta de previsión y organización fue objeto de críticas sumamente contundentes, especialmente por parte del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Según la concejala María del Carmen Iglesias, la mezcla de animales y pirotecnia es “una locura”. ¿Y qué me dicen del alcalde, Juan Carlos Sánchez Mesón, quien se saltó la Ley de Protección Animal que prohíbe el uso de animales en eventos donde se efectúen fuegos artificiales? Las cosas no pueden salir bien cuando se hace caso omiso a la seguridad de los involucrados.

Una fácil inversión en tecnología

Mientras me reía agradablemente al imaginar a nuestros amigos bovinos huyendo de los petardos, no pude evitar pensar en la tecnología. Seguro que en algún rincón del mundo, un ingeniero ha desarrollado un «pastor digital» que podría haber salvado el día. Me imagino un pequeño dispositivo donde los bueyes llevan unos pequeños auriculares que les avisan con suavidad que es hora de retirarse. Aunque admito que sería bastante divertido ver a un buey escuchando música clásica para calmarse.

Sin embargo, la realidad es que la falta de supervisión y protocolos de seguridad adecuados comenzó a dejar una estela de crítica inesperada. Así que, si eres un organizador de eventos, recuerda: zoológicos y fiestas no son la misma cosa. ¿Hay alguna duda?

El aviso del fuego: más que un susto

No queda ahí la cosa. Separada por unos kilómetros en Salamanca, un incendio se desató en una vivienda, resultando en el ingreso hospitalario de una mujer de 50 años. Es como si el universo estuviera conspirando en contra de cualquier tipo de celebración. ¿Recuerdas aquella vez que pensaste que un día avanzaría sin problemas, solo para terminar atrapado en un ascensor? Así se sentían probablemente los residentes de Salamanca.

Es un recordatorio de que la seguridad es un tema serio y no hay espacio para el optimismo ciego. Se necesita una combinación de sensatez y preparación. Me pregunto cuántas veces hemos querido simplemente disfrutar de un evento, en lugar de tener que preocuparnos por nuestra seguridad.

La voz de la oposición: un grito de advertencia

La controversia no terminó con el zumbido de los bueyes; los políticos rápidamente tomaron el tema y comenzaron a arremeter contra el equipo de gobierno del PP en Arenas de San Pedro. El portavoz socialista Felipe Lozano Bettero fue implacable en su crítica, aludiendo a la “soberbia” del alcalde. Es curioso cómo la política puede transformarse en un campo de batalla en los momentos más inesperados, ¿no? Es como ver una pelea en la clase de matemáticas, donde los números no importan y la bronca se lleva el premio.

El apoyo de los socialistas fue inmediato y ruidoso, pues la opinión pública también comenzó a mobilizarse en contra de la gestión poco responsable del evento. Las redes sociales se llenaron de mensajes, muchos de ellos de manera sarcástica. ¿Cuál es la solución fácil? Lanzar un meme, claro.

¿Qué nos enseña todo esto?

Si algo queda claro tras estos sucesos es que la vida es impredecible como esa caja de chocolates de la que hablaba Forrest Gump. Por un lado, los eventos festivos están destinados a unir a la comunidad, a crear memorias felices; por otro lado, la falta de organización en ocasiones los transforma en un circo descontrolado.

Así que, a los organizadores de eventos y a quienes van a esos festivales: ¿cuál es el mensaje aquí? Planificar con anticipación, procurar que todos estén seguros, y nunca subestimar el poder del ruido (ya sean petardos o un grupo de bueyes confundidos). Nunca sabemos cuándo un evento puede volverse en nuestra contra.

Reflexionando sobre la seguridad en eventos

Cuando asisto a un evento, una parte de mí siempre está en la búsqueda de la diversión, pero otra parte se asegura de que haya buenas medidas de seguridad. A veces, me gustaría poder invertir en un «kit de protección» personal para eventos: un casco con una escotilla que me proteja de la caída de una piñata desprevenida o un paracaídas en caso de estampida animal… No soy un paranoico; simplemente soy un amante de la precaución.

¿Te imaginas? Escuchas la música, los niños están alegres, las familias se reúnen, ¡y de repente interrumpe la psicosis de la pirotecnia, seguido de un galope de bueyes! Es como una mezcla entre una película de comedia y un documental de animales. Hay que tener en cuenta que quizás aparecerá un cráter en la historia del evento; no un cráter de verdad, sino uno de esos en los que la gente cuenta historias impresionantes que pasan a formar parte de la mitología local.

Conclusión: el arte de aprender de los errores

Cada controversia, cada error y cada desliz nos ofrece una oportunidad dorada de aprendizaje. Terminando este relato con un guiño reflexivo, me quedo pensando en lo que debería suceder en próximos eventos: protocolos más estrictos, preparación y, sobre todo, una comprensión de que la seguridad siempre debe ser una prioridad.

Así que, la próxima vez que asistas a una cabalgata, un festival o cualquier evento con animales, recuerda: mantente alerta, prepárate y, por favor, no dejes que el ruido de la pirotecnia asuste a los bueyes. Y quizás, solo quizás, esperamos que la lección de Arenas de San Pedro sea recordada por más festivales en el futuro.

¡Hasta la próxima, amigos, que la vida es una fiesta a la cual vale la pena asistir con cuidado! 🎉