La llegada de fuertes lluvias puede ser una bendición en la sequía, pero cuando se trata de la Biblioteca Nacional de España (BNE), ya no hablamos de la lluvia del alma en una tarde nostálgica, sino de una situación que podría dar miedo a cualquiera: ¡inundaciones! Al final de octubre de 2023, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos, para aquellos que no están familiarizados con la jerga meteorológica) transformó la sede de la BNE en una especie de piscina de libros, dejando a muchos de nosotros con la boca abierta y el corazón apesadumbrado. La pregunta es: ¿qué consecuencias tiene esto para nuestro patrimonio literario y cultural?

La tragedia de la lluvia: ¿un mal sueño?

Imagínate, por un momento, el inmaculado interior de la Biblioteca Nacional, sus estantes atiborrados de libros que han sobrevivido siglos de historia. De repente, un aguacero torrencial llega y, en cuestión de minutos, transforma todo en una escena digna de una película de desastres. Los sindicalistas de UGT no se quedaron callados. Reportaron que, tras la inundación, parecían ver libros nadando, y no de manera divertida, como si fueran a una fiesta de inferencia literaria. En su lugar, la situación era “peligrosa”, un triste recordatorio de lo frágil que puede ser nuestro legado cultural.

Primeros auxilios culturales: el presupuesto de urgencia

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, tuvo que actuar rápido. En su comparecencia ante la Comisión de Cultura del Congreso, anunció un plan de acción para evitar que situaciones como esta se repitan. Este plan, estimado en 8 millones de euros, no es solo un simple “tapa agujeros” o una búsqueda de baldes para recoger agua. Se propone abordar el problema de manera integral. Y cuando digo integral, me refiero a que es más que solo arreglar los goteros; es un proyecto a largo plazo que incluye diversas estrategias.

Aunque sus palabras apuntan a la esperanza, hay que ser honestos: ¿cuántas veces hemos escuchado que se realizarán grandes proyectos que luego se quedan en el tintero? Es como esa promesa de empezar a hacer ejercicio en enero, que en la mayoría de los casos queda en una buena intención.

La historia detrás del desastre

¿Sabías que la BNE fue inaugurada en 1892? ¡Sí, más de un siglo! Y a lo largo de este tiempo hemos tenido varias reformas, pero según Urtasun, han sido más bien “parciales”, al igual que las reparaciones de mi coche que siempre dejan una “pequeña fuga” de aceite. Esto significa que las soluciones temporales no han hecho honor a la grandeza del edificio y han dejado un “problema estructural” que afecta a más de 100 bajantes.

¿Qué tipo de reparaciones se estaban realizando antes? ¿Era simplemente un «sigue así y ya se verá»? La respuesta parece ser un resounding . Pero ahora la situación requiere una evaluación más profunda y comprensiva. Y aquí es donde se nota la diferencia entre un “parche” y un tratamiento.

Protegiendo lo que amamos: el plan en acción

El primer paso del plan es realizar una revisión completa del sistema de saneamiento y canalización, que estará “sectorializado” para no afectar el funcionamiento habitual de la BNE. Imagínate que quieres arreglar una fuga en tu tejado pero decides no interrumpir tus planes de brunch con los amigos. Como si chorreando agua por la cabeza, pudieras seguir disfrutando de una buena copa de vino.

Otro aspecto del plan involucra la reubicación de más de 240.000 volúmenes desde la duodécima planta, que fue la más afectada por el agua. ¿Sabes cuántos libros son eso? Podríamos cerrar un café y hacer una tarde literaria con solo esos volúmenes. Se pretende que, antes de que finalice el año, todos estos libros sean trasladados a la sede de Alcalá de Henares. ¿Sientes la emoción? ¡Yo sí!

La importancia de la prevención: mirando hacia el futuro

Pero aquí no termina la historia. Es vital aprender de este accidente. La tercera fase del plan consiste en un diagnóstico que cubra todas las necesidades a nivel estructural y de equipamiento. En otras palabras, se está buscando una solución definitiva, no más parches. Es como si finalmente te decidieras a reemplazar el sofá desgastado en lugar de simplemente cubrirlo con un mantel. Y créanme, ¡eso es un avance!

La reacción de la comunidad

Como siempre en tales casos, la comunidad reacciona. Internet ha estallado con memes y comentarios sarcásticos sobre la situación, recordándonos que a pesar de la gravedad, mantener el humor es crucial. Quizás hay un meme hecho famoso que diga: “Cuando tus libros tienen más agua que tus plantas”. Es un fenómeno curioso: algo tan trágico puede generar risa y camaradería entre los amantes de la literatura.

Pero, paradójicamente, en medio de la risa, está la angustia real. La Biblioteca Nacional no es solo un edificio; es un símbolo de nuestra rica historia. Perder parte de nuestro patrimonio sería una tragedia cultural y, a veces, da miedo pensar en ello.

Un futuro brillante, pero dependiente del presente

La realidad es que el tiempo para poner parches ya ha pasado. Urtasun enfatiza la importancia de actuar de manera “dirigente” y con “responsabilidad”. Una visión a largo plazo es lo que se necesita. Pero aquí viene la pregunta: ¿quién no ha dicho alguna vez “la próxima semana empiezo mi dieta” y terminamos devorando pizza el domingo? La honestidad es clave, y aunque los planes suenan idealistas, es necesario que todos nos comprometamos a proteger lo que amamos.

Reflexionando sobre el poder de la cultura

La cultura es un pilar esencial de cualquier sociedad. Es lo que nos define y nos une. Pensar en la BNE, dicho de manera más profunda, es pensar en nuestra identidad cultural. Los libros que leemos y las historias que compartimos forman la tela de nuestra sociedad. Al final del día, proteger el patrimonio no se trata solo de conservar tomos antiguos, sino de preservar ese tejido que da vida a nuestras experiencias como individuos y como comunidad.

Así que, mientras esperamos las mejoras e implementaciones que se están prometiendo, ¡hay que alzar nuestras tazas de café en honor a nuestros libros! ¿Quién sabe? Tal vez el agua de las lluvias se convierta en la lluvia de ideas y acción que tanto necesitamos.

Conclusión: el papel de cada uno

Finalmente, para que el plan de la Biblioteca Nacional de España tiene éxito, no solo es vital el compromiso del gobierno, sino de todos nosotros. Como ciudadanos apasionados por la cultura y la historia, debemos estar atentos y exigir que nuestras instituciones reflejen la grandeza de lo que representan. ¿No somos los custodios del legado al que hemos tenido acceso?

Así que, tanto si te gusta leer en una silla bien acolchada en casa como si prefieres pasear por las estanterías de la biblioteca, recuerda: la cultura es nuestra, y su preservación, una responsabilidad compartida. En esta lucha por proteger el patrimonio, todos somos parte de la misma historia. 🌧️📚


Este artículo refleja no solo la situación actual de la Biblioteca Nacional, sino una invitación a reflexionar sobre la importancia de proteger lo que es inmensamente valioso para todos nosotros. ¡No dejemos que la lluvia borre nuestra historia!