En un mundo donde la vorágine urbana parece devorarlo todo, ONU Turismo (sí, esa organización que solía ser conocida como la Organización Mundial del Turismo) ha decidido poner su mirada en lo que realmente importa: las comunidades rurales. Eso sí, lo hacen con estilo y un toque de categoría, al otorgar el título de Best Tourism Villages 2024 a más de 50 encantadores pueblos alrededor del globo. Y, como no puede faltar, dos de estos pueblos son españoles. ¿Te suena Aínsa? ¿Y Mura? Si no, no te preocupes; después de leer esto, probablemente querrás hacer las maletas y visitar estos destinos que parecen sacados de un cuento.
¿Por qué se celebra este evento?
Hace un año, estaba charlando con un amigo que se dedica al marketing turístico y mencionó lo insulso que se había vuelto viajar. “Ya no es lo que era”, me dijo mientras tomábamos un café en una terraza con vista a un bullicioso paseo marítimo. Claro, la sobreexplotación turística ha llevado a muchos a buscar destinos menos convencionales. Y, ¿qué mejor manera de hacerlo que apoyando a las comunidades rurales? Según Zurab Pololikashvili, Secretario General de ONU Turismo, el objetivo es claro: “inclusión y empoderamiento de las comunidades rurales”. Y ¡vaya que lo necesitan!
Así es, en esta cuarta edición del evento, se recibieron 260 candidaturas de todas partes del mundo. ¿Te imaginas la competencia? Entre castillos medievales, paisajes idílicos y tradiciones locales, solo 55 pueblos fueron seleccionados. Si uno de ellos es el tuyo, ¡felicidades! Si no, no te preocupes, estoy seguro de que hay suficientes secretos rurales aún por descubrir.
Aínsa: un viaje al pasado en Huesca
Aínsa no solo es un nombre que suena bonito; es un nombramiento que lleva consigo una historia de siglos. Situada en Huesca, este pueblo medieval es el sueño de cualquier amante de la historia y la arquitectura. Si alguna vez te has perdido en una época pasada mientras paseabas por un casco antiguo, sabrás de lo que hablo.
La Plaza Mayor es el epicentro donde comienza la aventura. Entre risas y anécdotas sobre los “maravillosos” escudos de los antiguos habitantes del lugar, es fácil perderse mirando el majestuoso Castillo de Aínsa. Domina el paisaje, y si quieres una experiencia de pura emoción, sube a su Torre del Homenaje. La vista que ofrece es indescriptible; puedes vislumbrar el río Cinca y la exultante naturaleza que rodea al pueblo. ¡Aquí, la fotografía de Instagram se hace sola!
Ah, y no te olvides de la Colegiata de Santa María, que data del siglo XI. Mientras recorres sus pasillos, te preguntarás qué historias habrán escuchado esos muros a lo largo de los años. Seguramente más de una cháchara sobre cómo los nuevos forasteros traen sus aires modernos y olvidan el arte de la buena conversación.
¿Qué más encontrarás en Aínsa?
La historia no es lo único que ofrece Aínsa. Si eres un amante de la gastronomía, te regalarás una sorpresa: la oferta culinaria local es muy rica. Desde los famosos embutidos hasta los platos más elaborados que incluyen trucha de río y setas de temporada. Eso sin mencionar los vinos de la región que, te lo aseguro, son dignos de una buena cata.
Un paraíso para los aventureros
Para aquellos que sienten la adrenalina en la piel, Aínsa también es un destino ideal. Desde senderismo hasta deportes de aventura como el rafting en el río Cinca, hay mucho que explorar. Su entorno natural forma parte de la Geoparque de Sobrarbe-Pirineos, que está lleno de rutas donde la gente camina mientras simplemente observa las maravillas que la naturaleza tiene para ofrecer. ¿Quién no querría hacer un parón para tomarse un mate (o una caña fría) mientras contempla el mundo desde las alturas?
Mura: un rincón escondido en Barcelona
Si Aínsa te ha hecho dudar, espérate a oír sobre Mura. Este pueblo, a solo una hora de Barcelona, es la tónica de cómo un lugar puede mantener su esencia medieval a pesar de la modernidad que lo rodea. Pasear por sus calles empedradas y casas de piedra es trasladarse a la Edad Media, y te prometo que si cierras los ojos, hasta puedes imaginarte siendo un caballero en busca de su dama.
La iglesia románica de Sant Martí es un imperdible. Documentada desde 1088, parece susurrar historias de la vida medieval mientras uno se asoma a su belleza. Y si buscas una experiencia más cotidiana (y menos dramática) que la de los caballeros, visítala y disfruta del ambiente que crea la autenticidad de sus construcciones.
La Casa Museo Puig de la Balma
Si creías que habías visto todo lo que Mura podía ofrecer, déjame decirte que la Casa Museo Puig de la Balma te va a sorprender. Esta masía del siglo XII es más que un simple museo; es un viaje en el tiempo a través de utensilios antiguos que nos muestran cómo vivía la comunidad hace siglos. Mientras observas esas herramientas, no puedo evitar pensar en cómo las vidas de nuestros antepasados eran marcadamente diferentes a la nuestra, sin teléfonos ni redes sociales.
La naturaleza que rodea a Mura
Como un buen amigo me dijo alguna vez: “La naturaleza tiene un poder que ningún viaje a la ciudad puede ofrecer”. Y en Mura, este aforismo se convierte en realidad. El Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac ofrece un esplendor natural impresionante. Con sus picos y cavidades, es un escenario perfecto para los amantes del senderismo y los deportes al aire libre. Un pequeño consejo: si por casualidad te pierdes en uno de los picos del parque, aprovecha para meditar un poco sobre esas decisiones de vida que tomaste, pero no olvides llevar un buen mapa.
Acceso a la belleza rural y sostenibilidad
Lo hermoso del proyecto de ONU Turismo es que no solo busca destacar la belleza de estos pueblos, sino también empoderar a las comunidades a través del turismo sostenible. Imagínate un mundo en donde viajar no solo sea un placer para ti, sino que también beneficie a aquellos que te reciben. En tiempos donde el turismo masivo puede ahogar lugares bellos, iniciativas como esta son más que necesarias.
El impacto positivo del turismo rural
Cuando decides visitar estos destinos rurales, no solo estás enriqueciendo tu propia vida con nuevas experiencias, sino que también estás dejando una huella positiva en las comunidades que están ávidas de ser apoyadas. La economía local se beneficia, y a menudo puedes vivir experiencias genuinas que no encontrarás en las grandes ciudades.
Reflexiones finales sobre la belleza de lo rural
Este año, la selección de pueblos como Aínsa y Mura lanza un fuerte mensaje: el turismo puede ser un agente de cambio positivo, no una amenaza. Como viajero, ¿no te sientes emocionado por la idea de explorar lugares donde el tiempo parece haberse detenido? Es una oportunidad de reconectar con la historia, la naturaleza y, sobre todo, con las personas.
Así que, la próxima vez que planees unas vacaciones, considera dirigirte hacia lo rural. Detente un momento y piensa en esos lugares que quizás no han ocupado los titulares, pero que poseen un encanto único. ¿Quién sabe? Tal vez descubras tu propio pueblo favorito que ni tú mismo sabías que existía.
Además, recuerda que cada vez que decidimos viajar a un rural, no solo estamos buscando un escape, sino también un camino hacia un futuro más sostenible. Al final del día, se trata de disfrutar, aprender y contribuir a que la magia de estos lugares perdure. ¡Así que a vivir la aventura y a apoyar a las comunidades que hacen del mundo un lugar más hermoso!