Con el creciente interés por el parto en casa y el acompañamiento por doulas, la salud y seguridad de las mujeres y sus bebés se ha convertido en un tema candente en muchos círculos. Recientemente, casos como el de María Pacheco, una matrona del Hospital Clínico San Cecilio en Granada, han puesto en evidencia los riesgos que conlleva esta tendencia. En este artículo, exploraremos la creciente preocupación en torno a los partos sin asistencia sanitaria, las implicaciones que tiene para la salud materno-infantil y la necesidad de una formación adecuada para quienes facilitan el nacimiento.

Una experiencia personal que debe ser compartida

Recuerdo la emoción de ser padre por primera vez. Y, seamos sinceros, había una mezcla de alegría y miedo que me acompañó durante toda la experiencia. Pero, entre pañales y biberones, nunca se me ocurrió que el hecho de dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia pudiera convertirse en una prestación de servicios sin el respaldo del sistema sanitario.

Aún tengo grabada en la memoria la imagen de la matrona, con su rostro relajado y profesional, guiando cada paso del proceso. Sin su presencia y expertise, no hubiera podido enfrentar las incertidumbres del parto. Y no soy el único. Imagina la angustia de una madre que llega a la semana 43 sin asistencia, como la mujer de la que hablaba María Pacheco, enfrentándose a la posibilidad de que su bebé ya no esté. Un suceso devastador que, desafortunadamente, se ha convertido en una realidad alarmante.

Partos sin asistencia: ¿Qué está sucediendo en España?

Como mencionó Pacheco, no estamos hablando de casos aislados. El Instituto Nacional de Estadística (INE) reportó que en 2023 ocurrieron 251 partos no asistidos por personal sanitario en toda España. Aunque puede parecer un número insignificante, cada uno de esos partos es una historia que podría haber terminado en tragedia.

Las regiones más afectadas

Lo más preocupante es que estas cifras revelan que comunidades autónomas como Andalucía, Cataluña y Madrid son las más afectadas. Es casi como si estos lugares fueran el epicentro de una tendencia peligrosa. ¿Por qué sucede esto? Una posible explicación podría ser la percepción de que el parto es un evento natural que no necesita intervención médica. Pero, seamos honestos, ¿es realmente una buena idea ignorar la experiencia y capacitación de un profesional de la salud?

La voz de los expertos

«La emergencia vital más importante en un nacimiento es la hemorragia», dice Pacheco. Y con razón. Si se produce una hemorragia fuera de un entorno controlado como lo es un hospital, los resultados pueden ser devastadores. Hay un riesgo real de que mujeres y bebés pierdan la vida por cuestiones que podrían haberse afrontado con la atención especializada indicada.

La Asociación Nacional de Matronas comparte una visión similar. Según su voz, las complicaciones en los partos no asistidos son previsibles y, en muchos casos, pueden requerir soluciones inmediatas de un profesional capacitado. Aquí es donde entra en juego la necesidad de una educación adecuada para las doulas y otros que acompañan a mujeres en el parto.

Las doulas y sus límites

Es importante destacar que no estamos demonizando a las doulas, quienes desempeñan un valioso rol de apoyo emocional. Sin embargo, sus limitaciones deben ser claras. Tal como Pacheco lo expresa, “las doulas no son profesionales sanitarios; no toman decisiones ni pueden administrar tratamientos”. Esta distinción es crucial para la salud y bienestar de la madre y el bebé.

El hecho de que algunas doulas se presenten como «matronas», por no tener la formación necesaria, también complica la situación. Honestamente, ¿podrías confiar tu vida y la de tu hijo a alguien que no tiene el conocimiento necesario para reconocer una complicación médica? La respuesta es un rotundo no.

Education versus intrusismo: ¿dónde encontramos el equilibrio?

Aún más inquietante es el crecimiento del intrusismo profesional. Según una encuesta del Consejo General de Enfermería (CGE), el 76% de las matronas conocían casos de intrusismo. ¡Una estadística alarmante! En un mundo donde el «fake news» proliferan en redes sociales, ¿por qué no estar alerta ante quienes fingen ser expertos en algo tan crítico como el parto?

El intrusismo no solo pone en peligro a las mujeres, sino que también socava la confianza en los profesionales de la salud debidamente capacitados. Muchos grupos de mujeres que han tenido un parto anteriormente se sienten empoderadas para ofrecer consejo, pero ¿cuánto de ese «conocimiento» está en riesgo de desinformar?

¿Qué nos dicen las cifras?

Al observar las estadísticas, se observa que la tendencia de partos no asistidos ha permanecido relativamente estable en España en los últimos años. Sin embargo, lo que es verdaderamente inquietante es la falta de atención que reciben estos casos por parte de las autoridades sanitarias. ¿Por qué no se hace más para educar a las mujeres sobre la importancia de la atención médica?

Si miramos con lupa, las comunidades más pobladas presentan las cifras más altas de partos no asistidos. Una mirada crítica nos lleva a preguntarnos: ¿es un problema de acceso a servicios sanitarios o simplemente una percepción errónea sobre los partos en casa?

Casos trágicos: ¿qué podemos hacer?

Cuando escuchamos sucesos como el de la mujer que llegó al hospital con hemorragia tras dar a luz de forma no asistida, nos confrontamos con la dura realidad. María Pacheco menciona que este fenómeno ha comenzado a extenderse no solo en Granada sino en otras provincias cercanas. ¿Estamos ante un efecto dominó que podría amenazar vidas más allá de las fronteras de Andalucía?

Desde la Asociación Andaluza de Matronas se ha reconocido la necesidad de analizar estos casos y, potencialmente, involucrar a la Fiscalía. Pero, ¿no sería más efectivo gestionar todo esto desde la raíz? La educación sobre el parto, tanto en escuelas como a nivel comunitario, podría ser un primer paso esencial.

Propuestas para el futuro

  1. Educación en las escuelas: Integrar temas sobre salud reproductiva y la importancia de la atención médica durante el embarazo y el parto podría empoderar a mujeres jóvenes.

  2. Charlas informativas: Realizar foros comunitarios donde matronas y doulas puedan intercambiar conocimientos. Una charla a la que incluso yo asistiría para aprender más sobre el proceso de acompañamiento.

  3. Control sobre la formación: Establecimiento de parámetros claros y regulaciones sobre quién puede ofrecer asistencia durante el parto. ¿No deberíamos exigir una acreditación válida para aquellos que se presentan como profesionales?

  4. Sensibilización de las doulas: Asegurar que las doulas entiendan sus límites es crítico. Una buena doula sabe cuándo necesitar la ayuda de un profesional.

Conclusión: La salud materno-infantil es un derecho

La llegada de un hijo al mundo debe ser un motivo de celebración, no una fuente de angustia ni de riesgo. Como amante de los datos y de la evidencia, me esmeraré por abogar por un entorno donde todas las mujeres tengan acceso al acompañamiento y atención médica que merecen. Todos queremos lo mejor para nuestras familias y, al final del día, este debe ser el objetivo: promover un entorno seguro y saludable para nuestras futuras generaciones.

¿Y tú, qué opinas sobre el tema? ¿Has tenido alguna experiencia que te gustaría compartir? La conversación está abierta. ¡Hablemos sobre cómo podemos hacer del parto en España una experiencia no solo única, sino también segura!