La educación es uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad, ¿verdad? Sin embargo, en Sevilla, un fenómeno preocupante ha comenzado a emerger, y no, no se trata de algo relacionado con la última temporada de “La Casa de Papel”. Hablamos de un descenso drástico en la matrícula escolar, algo que, si no se toma en serio, podría tener repercusiones a largo plazo.

¿Qué está pasando en las escuelas de Sevilla?

Recientemente, se ha anunciado la fusión de dos colegios públicos en el Polígono de San Pablo: el San Juan de Ribera y el San Ignacio de Loyola. Este cambio no fue bien recibido por múltiples partes interesadas —desde padres preocupados hasta docentes que miran con incertidumbre este nuevo escenario— pero no es un caso aislado. La tendencia ha sido constante, y cada año que pasa parece empeorar. En realidad, estamos hablando de la pérdida de más de 140 alumnos en el San Juan de Ribera en solo cinco años, una reducción de más del 55% de su matrícula. ¡Eso es un montón de pupitres vacíos!

Recuerdo que cuando era niño, el aula siempre estaba repleta de risas, gritos de «no quiero hacer los deberes» y el caos encantador de la niñez. ¿Qué queda de eso si los colegios lucen desolados? La educación no es solo sobre números, es también sobre cómo formamos a la próxima generación. Así que, ¿por qué la matrícula en los colegios de Sevilla está disminuyendo? Vamos a profundizar en ello.

Un vistazo al descenso de la natalidad

Una de las razones más evidentes detrás de esta caída es el descenso de la natalidad en España. En Sevilla, esta tendencia ya se evidencia, y el Presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha señalado que este fenómeno no solo es preocupante, sino que también parece estar destinado a continuar. Con 4.000 niños menos en el próximo curso escolar comparado con el anterior, ¿qué les queda a los colegios sino adaptarse a una nueva realidad?

Es un hecho que muchas familias han optado por vivir en lugares donde los costos de vida son más accesibles. Esto provoca que, en lugares como el casco antiguo de Sevilla, el descenso de la natalidad se vea amplificado por la migración. ¿Les suena a algo? ¡Sí! Es el famoso fenómeno del «boom turístico» que, aunque trae ingresos, también eleva el costo de la vivienda, lo que podría estar alejando a muchos de sus hogares en nuestra preciosa ciudad.

¿Cómo afecta esto a las escuelas?

Con menos niños buscando educación, las plazas en los colegios quedan vacías. Por ejemplo, en el San Isidoro, solo se presentaron 10 solicitudes para 25 plazas. ¡Vaya! Eso en el mundo educativo es una señal de alarma. Y aquí es donde se presenta un dilema de proporciones épicas. Con los colegios luchando por mantener el suministro de educación, algunos han optado por aulas mixtas que agrupan a estudiantes de diferentes edades de la misma manera que mezclamos los ingredientes al hacer un pastel. Puede que funcione en la cocina, ¡pero en el aula es más complicado!

Los efectos secundarios de la escasez

La escasez de alumnado no solo afecta a los colegios. También influye en la calidad de la educación. La falta de recursos y de niños puede llevar a que las escuelas tengan que recortar personal docente, lo cual, entre otras cosas, implica que las clases se hacinaban aún más y los profesores enfrentan una carga mayor. ¡Menos recursos, más trabajo!

Este verano, un amigo mío, también docente, me dijo que cada vez más se sientan a discutir sobre cómo llevar a cabo su trabajo cuando hay tantos menos niños. Es un tema recurrente en las reuniones donde todos bromean con que deberían llamar a la “liga de supervivencia” para educadores. Aunque esas son solo risas nerviosas, en el fondo todos saben que la situación es extremadamente seria. ¿Qué podemos hacer como comunidad para revertir esta tendencia antes de que sea demasiado tarde?

Repercusiones para la comunidad

Las comunidades locales también sienten el impacto de esta caída de matrícula. Con colegios que carecen de estudiantes, las oportunidades se vuelven limitadas para todos los involucrados. La educación se define no solo por lo académico, sino también por la creación de un sentido de comunidad. Y cuando los colegios empiezan a cerrar o fusionarse, ese sentido de pertenencia se ve amenazado.

El director de uno de estos colegios nos comentó en una reunión: “No se trata solo de números. Se trata de los sueños de los niños que queremos ayudar a construir”. ¡Y cuanta razón tiene! Porque al final del día, lo que realmente estamos formando son futuros adultos.

Las manifestaciones y la voz de los padres

En medio de este escenario, no se puede subestimar la voz de los padres. Su preocupación ha llevado a manifestaciones frente al San Ignacio de Loyola, una acción que da voz a ese sentimiento universal que todos los padres conocen: la búsqueda de lo mejor para sus hijos. ¿Quién no ha sentido la presión de querer que su hijo asista a la mejor escuela?

Lo divertido es que, a veces, los papás parecen tener más energía cuando están luchando por una causa que cuando se trata de llevar a sus hijos al parque. Sin embargo, esta es una lucha legítima, que refleja la ansiedad que sienten los padres por el futuro de la educación en Sevilla. Y con razón, ya que aunque las manifestaciones son importantes, el verdadero cambio necesita bastante más que solo pancartas en mano.

Propuestas para una solución

Ya es momento de actuar. ¿Qué podemos hacer para revertir esta tendencia? Algunas sugerencias incluyen:

  1. Mejorar la calidad educativa: Es esencial que las escuelas se enfoquen en maximizar su oferta educativa, adaptando los currículos a las necesidades actuales.

  2. Fomentar la participación familiar: En vez de ver a los padres como opositores, las escuelas deben integrarlos en el proceso educativo, personalizando la manera en la que interactúan con los colegios.

  3. Crear programas atractivos: Desde actividades extracurriculares hasta antes y después de la escuela, un enfoque atractivo puede ayudar a atraer a más familias a inscribir a sus hijos.

  4. Incentivos para nuevas familias: Un diálogo del gobierno local sobre beneficios para las familias que se mudan a Sevilla, como descuentos en matrícula escolar o actividades gratuitas, podría dar un impulso a la llegada de nuevos estudiantes.

  5. Uso de plataformas digitales: Promover los colegios a través de medios digitales y redes sociales, puede mostrar lo que se está haciendo bien y atraer la atención de nuevos padres interesados en la calidad educativa.

Conclusión: un llamado a la acción

El descenso en la matrícula escolar en Sevilla es un tema que nos involucra a todos: padres, educadores, administradores y a la comunidad en general. Por mucho que nos riamos o nos sintamos nostálgicos por volver a aquellos días de clases llenas de vida, la realidad es que el futuro enfrenta desafíos que solo juntos podremos resolver.

Así que, reflexionemos un poco: ¿qué tipo de legado queremos dejar a nuestros hijos? ¿Una escuela en un estado de abandono o un lugar vibrante, lleno de aprendizaje y oportunidades? Es hora de unirnos, fortalecer nuestras comunidades educativas y asegurarnos de que la próxima generación tenga un futuro brillante que merezca la pena explorar.

Porque, recordemos: cada niño que entra a una sala de clases es una promesa de un futuro mejor. Y en Sevilla, no podemos permitir que esa promesa se apague. ¡Actuemos ya!