La vida pública en España suele estar llena de sorpresas, y la reciente disputa entre el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, y la ex ministra de Igualdad, Irene Montero, no es la excepción. Si pensabas que el drama político se limitaba a los platós de televisión o a las redes sociales, te invito a que te acomodes bien porque esta historia está lejos de terminar.

En un audaz y sorprendente ataque verbal, Velasco decidió utilizar su plataforma para criticar a la ex ministra de Igualdad, incluso haciendo referencia a su anterior trabajo en un supermercado. Su frase, «cajera del Mercadona», destinada a descalificarla, no solo ha desatado un vendaval de críticas y reacciones, sino que también ha sido el catalizador para que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ**) abriera una investigación al respecto. Vaya, ¿quién necesita dramatismo en la serie de Netflix cuando puedes tenerlo en la vida real?

La semilla de la controversia

La polémica se origina en una conferencia dada por Velasco el pasado 13 de noviembre, donde se refirió a Montero de una manera que muchos consideraron despectiva. «Nos intentaron explicar qué es consentir… A un jurista, que llevamos desde el derecho romano sabiendo lo que es el consentimiento […] y mil cosas más que nunca aprenderá Irene Montero desde su cajero de Mercadona», dijo el juez, generando un eco de indignación que resonó en las redes y medios de comunicación.

¿Una conversación formal o un ataque personal?

Ahora, para aclarar, en ocasiones, el humor (aunque sea un poco sarcástico) puede ser un recurso poderoso, incluso en un contexto tan serio como el sistema judicial. Sin embargo, hay momentos en los que el sarcasmo se transforma en burla. ¿Dónde trazamos la línea? Aquí, Velasco parece haberla cruzado, y las consecuencias están a la vista. Después de sus comentarios, no solo fue Montero quien sintió la necesidad de defenderse, sino que el CGPJ tomó nota y decidió investigar, algo que no se da paseando por la plaza.

La respuesta de Montero no se hizo esperar. Consciente de las directrices de la ONU sobre los estereotipos de género en el sistema de justicia, ella le respondió a Velasco a través de su perfil en la red social X (anteriormente conocida como Twitter). «De cajera a juez Velasco: cumpla la ley y póngase a estudiar», escribió, marcando así una clara posición sobre el asunto. Si esto no te parece una revuelta de Twitter digna de mención, no sé qué lo es.

El papel del CGPJ en la controversia

Entrando en el meollo del asunto, el promotor de la acción disciplinaria del CGPJ, Ricardo Conde, ha abierto una diligencia informativa para determinar si corresponde iniciar un expediente disciplinario contra Velasco. Este procedimiento es habitual tras la interposición de una queja, en este caso, por parte de un particular. La situación se complica aún más por el hecho de que Velasco acaba de presentar su candidatura para presidir la Audiencia Nacional. Hablamos de un juego de poder que podría alterar el curso del sistema judicial. La intriga se comienza a parecer a una serie de suspense.

La reacción del PSOE y otros casos

En este escenario caótico, no se puede pasar por alto la reacción del PSOE. Esta semana, el partido exigió que se inicie un expediente sancionador contra otro magistrado, Manuel Ruiz de Lara, por comentarios considerados insultantes hacia el presidente del Gobierno y su esposa. “Barbigoña” fue una de las palabras que eligió para referirse a Begoña Gómez, lo que evidencia el clima de tensión que se vive. A veces me pregunto si estos magistrados tienen como pasatiempo el tuitero. ¿Se imaginan un tribunal donde los magistrados tweeten más que deliberan? Sería un espectáculo digno de ver.

Más allá de la retórica: el impacto de las palabras

Hablando de espectáculos, hay que considerar qué impacto tienen las palabras de un juez en la sociedad. En este caso, las declaraciones de Velasco no solo han puesto en tela de juicio su comportamiento, sino que también han alimentado innumerables debates sobre la igualdad de género y el papel de las mujeres en posiciones de poder. Y aunque a algunos les gustaría simplificar el tema a un conflicto personal, la verdad es que se trata de algo más profundo: la lucha por un sistema justo y equitativo.

Reflexionando sobre el comentario de Velasco

Recordemos que los comentarios de Velasco pueden tener repercusiones más allá del chascarrillo de un juez. Son un reflejo de cómo se perciben las mujeres en espacios de poder. No sé ustedes, pero me resulta increíble que, en pleno 2023, algunos sigan utilizando términos que descalifican el trabajo de una mujer, especialmente cuando su papel era precisamente defender la igualdad. Uno pensaría que el respeto mutuo podría ser un simple acuerdo, ¿no?

La búsqueda de un equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad

Ahora bien, es importante abordar un tema complicado: el equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad. Los jueces, aunque pertenecen a una casta prácticamente atemporal, también son personas. Sean o no parte de la élite judicial, ¿acaso no tienen derecho a expresarse? La pregunta es: ¿hasta qué punto se les debe permitir dicho privilegio? Aquí es donde el CGPJ tiene la difícil misión de hacer balance, navegando entre un océano de opiniones.

Lecciones que aprender

Por un lado, el sistema judicial debe ser un espejo de la sociedad, pero si los propios jueces perpetúan estereotipos dañinos, ¿dónde quedan esos ideales de justicia y equidad? Creer que las jerarquías (uno es «juez» y otro es «ex ministra») son suficientes para descalificar a alguien es, por decirlo suavemente, problemático.

Tampoco hay que olvidar que estas situaciones nos ofrecen valiosas oportunidades de aprendizaje. Al final del día, una controversia puede llevar al diálogo, y el diálogo puede ser la clave para el cambio. Y quizás la próxima vez, un comentario fuera de lugar se transforme en una oportunidad para reflexionar y crear conciencia sobre cómo nos comunicamos entre nosotros.

Cierre y llamamiento a la acción

En este clima tan polarizado, es esencial que todos nosotros, como votantes y ciudadanos, estemos atentos a lo que ocurre. Las palabras importan, y a menudo, son el reflejo de actitudes más profundas. Mientras el CGPJ lleva a cabo sus investigaciones y la política se calienta, ¿qué puedes hacer tú para contribuir a un diálogo más constructivo y respetuoso?

Entonces, ya sea que te sientas pro Montero o pro Velasco, el mensaje aquí es claro: el respeto y la dignidad deben prevalecer. Así que, la próxima vez que sientas la tentación de lanzar un comentario mordaz, pregúntate: ¿Realmente es necesario? Al final del día, somos parte de un sistema que requiere constante vigilancia y mejoramiento. No se trata solo de un juicio o un enfrentamiento; se trata de construir un mejor futuro para todos, donde cada voz sea escuchada y respetada.

¿Estás listo para unirte a la conversación?