En los últimos años, hemos sido testigos de un notable aumento en las infecciones de transmisión sexual (ITS) entre la población mayor de 65 años en España, particularmente en Andalucía. Este fenómeno ha traído consigo una mezcla de sorpresas, preocupaciones y, por qué no, un poco de humor en situaciones que, aunque graves, también nos llevan a la reflexión. ¿Deberíamos preocuparnos? ¿O simplemente se trata de una nueva etapa de «vida social» para nuestros abuelos? Vamos a desentrañar esta curiosa tendencia.

¿Qué está pasando con las ITS en mayores de 65 años?

El reciente informe de Paitsida, el Plan Andaluz de ITS, VIH y SIDA 2023-2030, revela cifras alarmantes. En 2023, se registraron 14.555 infecciones en esta franja etaria, un 14% más que el año anterior. Aunque el saldo de sífilis, gonorrea, clamidia y herpes genital parece mayormente pesimista, podríamos pensar que al menos se está llevando a cabo más vigilancia. Como diría un famoso dichos popular, «un problema compartido es medio problema», o en este caso, un problema descubierto es menos problema que el que se mantiene oculto.

Un repaso a los números: sífilis, gonorrea y más

De todas las ITS, la sífilis es la que ha mostrado un incremento más notable, con un asombroso 29% más de casos en este grupo etario. Las cifras, aunque frías, tienen un toque humano: 1.452 hombres y 292 mujeres mayores de 65 años fueron diagnosticados el último año. En contraste, las mujeres en esta población han visto un aumento más agudo en comparación con años anteriores, lo que también refleja, de alguna manera, un cambio en la dinámica social y sexual de la tercera edad.

¿Pero por qué este aumento en las ITS? La respuesta podría encontrarse en una combinación de factores, desde la falta de educación sobre la salud sexual en generaciones pasadas hasta la creciente longevidad y calidad de vida. ¡Esos abuelos están activos!

Cambios en la percepción de la sexualidad y la salud

La sexualidad en la tercera edad a menudo se presenta como un tema tabú. Pero, ¿quién dijo que nuestros mayores no pudieran tener vida amorosa? De hecho, vivir más años y con mayor calidad de vida ha llevado a muchos de ellos a explorar nuevas relaciones. Las aplicaciones de citas han revolucionado el acceso a nuevas parejas, lo que ha contribuido a lemas como «la segunda juventud». Pero, ¡cuidado con las consecuencias de tanta actividad!

El impacto de la tecnología

Nos encontramos en una era donde muchos piensan que sus abuelos están por ahí resolviendo crucigramas o hablando de la última serie de la televisión. Sin embargo, son estos mismos abuelos quienes, gracias a teléfonos inteligentes y aplicaciones de citas, pueden tener una vida social tan activa como la de un estudiante de universidad desesperado por encontrar pareja.

A pesar de estos entusiasmos modernos, el dilema de la prevención es igualmente relevante. La información sobre cómo protegerse es crucial, especialmente considerando que muchos de estos ciudadanos pueden no haber sido educados adecuadamente sobre las ITS durante su juventud.

El estigma y la prevención

El estigma que rodea a las ITS puede complicar aún más el escenario. Muchos adultos mayores crecieron en una cultura donde la sexualidad era un tema que se susurraba entre dientes. Ahora, cuando acuden al médico con síntomas, podría ser que el doctor no pregunte por su vida sexual, y posiblemente lo asuma como cosa del pasado. Esto genera un retraso más en los diagnósticos y una mayor posibilidad de complicaciones.

Testimonios reales

Recuerdo una vez que visité a mi abuela en la residencia de ancianos, donde me sorprendí al ver que organizaban «speed dating» para la tercera edad. Era como una versión del programa de televisión, pero con más dentaduras postizas y menos drama amoroso. Me quedé pensando: «¿Cuántas de estas parejas están conscientes de las ITS?».

Y aquí es donde nos encontramos con un dilema: ¿debemos darles un folleto con información sobre salud sexual junto a las galletas de chocolate? Podría ser divertido, pero más importante aún, podría ser vital.

Obstáculos en la prevención y el diagnóstico

De momento, la atención primaria en España ha empezado a implementar métodos más eficientes para el diagnóstico, pero aún queda un camino largo por recorrer. El uso de biología molecular para detectar clamidia y gonococo ya no es un privilegio exclusivo de los hospitales, pero este avance no ha estado disponible uniformemente en todas las provincias.

Educación: el pilar fundamental

El director de Paitsida, Javier de la Torre, menciona que el aumento en los cribados ha sido crucial. Sin embargo, y aquí viene lo triste, la educación sobre sexualidad sigue siendo necesaria. La generación de nuestros abuelos no creció con recursos de salud sexual como los que tenemos hoy, ni las charlas en colegios. Así que un buen recordatorio sobre la necesidad de protección puede ser lo que necesitan.

Una mirada al futuro: ¿Qué podemos hacer?

Mientras que el panorama general sobre las ITS podría parecer sombrío, hay destellos de esperanza. La mejora en la detección temprana y la educación es crucial para abordar este problema.

Crear conciencia, nuestro deber

Puede que los adultos mayores no sean nuestra población habitual para campañas de concienciación sobre salud sexual, pero quizás deberíamos cambiar nuestra forma de verlo. ¿Por qué no hacerlo más accesible y conveniente para ellos?

  1. Charlas informativas en residencias: ¿Por qué no organizar talleres sobre salud sexual? La idea sería brindar un entorno seguro donde puedan hacer preguntas, si es que no quieren preguntar a sus médicos.
  2. Folleto de prevención en los centros de atención médica: Si un paciente de 70 años entra a una clínica por un problema urológico, un simple folleto de prevención en la sala de espera puede ofrecer información que podría salvar vidas.

  3. Fomentar una cultura de diálogo: Promover conversaciones entre las generaciones puede abrir líneas de comunicación y permitir que esos temas tabú se discutan con naturalidad.

Reflexionando sobre el aumento de las ITS

La cultura de la sexualidad en la tercera edad está cambiando, y si bien esto conlleva ciertos retos, también trae consigo nuevas perspectivas sobre lo que significa la vida y el amor en la edad dorada.

La naturaleza humana nunca deja de sorprendernos, y quizás la verdadera lección aquí es que debemos dejar de ver a nuestros mayores como «abuelitos» a quienes se les ha ido el deseo y comenzar a considerarlos como adultos plenos, con el derecho de vivir relaciones enriquecedoras.

Quizás sus infecciones sean una llamada de atención, algo que nos recuerda que, como en cualquier otra etapa de la vida, la educación y la prevención son fundamentales. Así que, la próxima vez que pienses en la salud de los abuelos, recuerda: ¡también merecen disfrutar de su sexualidad de manera segura!

En resumen, nuestros mayores están más activos que nunca, y el viaje por el mundo de las ITS y su impacto en sus vidas es un recordatorio de la necesidad de información, educación y prevención a medida que el panorama evoluciona. Quizás la conclusión más seria que debemos llevarnos de todo esto es que siempre es buen momento para aprender, resolver tabúes y, por supuesto, preocuparse por el bienestar de nuestras generaciones mayores.