Ah, la Navidad… ese tiempo del año donde las luces brillan más que los nuevos zapatos de tus cuñados y la risa llena cada rincón de la casa, incluso cuando tu primo intenta hacer su versión del “canto de los pescadores” con una guitarra desafinada. Pero más allá de las tradiciones familiares, hay un aspecto que quizás se lleve el premio mayor: la comida. Y entre todos esos deliciosos platillos, las gambas a la plancha se erigen como un auténtico manjar digno de reyes.

¿Quién no ha sentido la tentación de asar gambas a la plancha mientras escucha tus villancicos favoritos? Esos días festivos, cuando el hogar se llena de aromas irresistibles y la mesa se convierte en el escenario principal de la celebración, las gambas son, sin duda, la estrella del espectáculo. Este artículo no solo se propone brindarte una receta infalible (esto no es el MasterChef, pero intentaremos hacerlo bien), sino también abordar los errores más comunes al cocinar este manjar, para que no termines con un plato seco o, peor aún, con la vergüenza de servir comidas que no se pueden comer.

Las gambas: un clásico de la Navidad en España

Las gambas son, sin lugar a dudas, uno de los productos más tradicionales en las mesas españolas durante la Navidad. Junto con el turrón (que es otro nivel de delicia), el marisco en general se convierte en el protagonista de nuestras celebraciones. ¡Hasta el Grinch se habría rendido ante la tentación de unas buenas gambas a la plancha! Y si aún no te has convencido, hagamos un rápido viaje por la historia:

El consumo de gambas y mariscos en general se remonta a varias culturas antiguas que valoraban la riqueza que el océano les ofrecía. Ya en el siglo XV, marineros y pescadores identificaron el potencial de estas delicias marinas. Desde entonces hasta hoy, ese amor sigue ahí, incluso con el aumento de la variedad culinaria que caracteriza nuestro tiempo.

Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué hay quienes aman las gambas y otros simplemente no pueden verlas?

Gambas a la plancha: la forma de cocinarlas para que queden perfectas

1. La elección del marisco: frescura ante todo

Si quieres lucirte esta Navidad, comienza asegurándote de que las gambas son de buena calidad. Si eres como yo, que a veces se deja llevar por las ofertas y acaba con secretos que no deberían estar en la cocina, aquí va un consejo: nunca compres gambas a la plancha si parecen gelatinosas o tienen un olor fuerte. Lo mejor es ir a una pescadería de confianza; puedes hablar con el pescadero y preguntarle de dónde provienen sus gambas. Este pequeño esfuerzo extra puede ser la diferencia entre un plato mediocre y un espectáculo culinario.

2. Descongelar correctamente las gambas

~Ducharse con sombrero es opcional~ Descongelar gambas puede parecer trivial, pero te sorprendería saber cuántos errores se cometen aquí. La primera regla de oro es: nunca descongeles gambas dejándolas a temperatura ambiente. Eso les hará perder textura y sabor. La mejor manera de conseguir unas gambas jugosas es pasarlas bajo agua fría. Este truco evita que se encogan y mantendrá su textura perfecta. ¿Y quién no quiere unas gambas bien turgentes? Vamos, las gambas son como el arte: cuando son bien tratadas, brillan solas.

3. La sal y la temperatura: amistad peligrosa

Uno de los errores más comunes al cocinar gambas es echarles sal al principio. Piensa en ello como cuando intentas convencer a un amigo de que el yoga es genial, pero él insiste en que la cama es lo mejor del mundo. Debemos esperar a que las gambas estén bien marcadas a la plancha antes de agregar la sal. Si lo haces al principio, se les escapa el agua, y acabarás con unas gambas secas. ¡Qué tragedia!

Y en cuanto a la temperatura, asegúrate de que la plancha esté bien caliente antes de cocinar. Una plancha fría es un desastre asegurado. Si tus gambas no chisporrotean al contacto, habrá algo que lamentar. Es como un concierto sin música; simplemente no tiene sentido.

La plancha perfecta para unas gambas ideales

¡Ah, la tecnología! En la era de la digitalización, gracias a marcas como Cecotec, ahora podemos disfrutar de unos resultados perfectos sin mucho esfuerzo. Hablamos de la Tasty&Grill 2000 Bamboo (¿ya lo dije? Perdón, no puedo evitarlo. Solo me encantan los gadgets de cocina). Esta joya culinaria ofrece una superficie antiadherente y distribuye el calor de manera homogénea para que cada parte de la gamba reciba el amor que se merece.

Potencia y diseño que inspiran

Con 2000 W de potencia, no hay opción a error. Además, su diseño elegante y compacto te permite llevarla directamente a la mesa. Así, no solo estarás cocinando, sino creando un show en vivo. Combina esto con su facilidad de limpieza, ya que su placa es apta para lavavajillas, y tendrás una experiencia navideña sencilla y placentera.

Salsas para un emparejamiento exquisito

Una de las mejores maneras de realzar el sabor de las gambas a la plancha es a través de salsas que complementan su frescura. Si ya has investigado un poco, podrías haber escuchado sobre la famosa salsa de ajo y perejil. No solo es fácil de hacer, sino que añade un toque irresistible que hará que tus comensales se pongan de pie para aplaudir.

Salsa de ajo y perejil

Ingredientes:

  • 4 dientes de ajo
  • Un puñado de perejil fresco
  • 100 ml de aceite de oliva
  • Sal al gusto
  • Zumo de un limón (opcional)

Instrucciones:

  1. Pica finamente los ajos y el perejil.
  2. Mezcla en un bol y agrega el aceite de oliva.
  3. Añade sal al gusto y si lo deseas, un poco de zumo de limón.
  4. Refrigera un rato antes de servir.

Voilá, ya tienes una salsa que hará que incluso las gambas más solitarias se sientan arropadas.

¿Gambas a la plancha o congeladas?

Esta pregunta es más habitual de lo que piensas y nos lleva a un dilema especial: ¿debo usar gambas congeladas o frescas? Lo ideal sería conseguir gambas frescas, aunque las congeladas pueden resultar muy buenos aliados. Para ello, asegúrate de descongelarlas adecuadamente o estarás creando una travesía épica para no poder cumplir las expectativas culinarias de la noche.

Es un dilema que a menudo provoca debates apasionados en la mesa. ¿Eres del equipo «gambas frescas» o del «equipo congeladas pero bien tratadas»? Al final del día, lo importante es disfrutar.

Conclusión: a disfrutar sin miedo

Así que, amigos, en esta Navidad, regálate el placer de cocinar, compartir y disfrutar de unas gambas a la plancha que serán la envidia de todos. A medida que te rodeas de aquellos que amas, recuerda que lo importante no es siempre lo que hay en la mesa, sino las risas, las historias y esos momentos que se vuelven memorias atesoradas.

Espero que te animes a seguir estos sencillos pasos. Después de todo, este año la mejor receta es la que trae más amor y alegría. Y con un buen plato de gambas a la plancha, estoy seguro de que tanto el Grinch como tu primo guitarrista se unirán para celebrar. ¡Felices fiestas y buen provecho!