La semana pasada, España hizo historia al convertirse en el primer país europeo en ratificar el Tratado Global de los Océanos en la sede de la ONU en Nueva York. Aclaro, si alguien piensa que esto es solo un tema de jefes de Estado y reuniones aburridas, se equivoca. Este evento puede ser un punto de inflexión no solo para los océanos, sino también para el futuro de nuestra planeta. Decidí investigar a fondo lo que realmente significa este tratado y por qué nos debería importar a todos, desde los pescadores en las costas hasta los que disfrutamos de una tarde en la playa, porque sí, a algunos de nosotros nos gusta poner los pies en la arena (aunque eso implique finalmente tener que limpiar la arena de las chanclas).

¿Qué es exactamente el tratado global de los océanos?

El tratado, como ha comentado la vicepresidenta tercera del Gobierno, Sara Aagesen, busca proteger la biodiversidad en alta mar, es decir, en aquellas zonas que se encuentran más allá de las 200 millas náuticas de soberanía nacional. Ahora, si te suena a “donde el WiFi no llega”, te tengo una buena noticia: es un territorio que representa más de dos tercios de los océanos y una extraordinaria cantidad de recursos naturales. Sin embargo, hasta este punto, menos del 2% de estas aguas estaban bajo alguna forma de protección. ¡Eso es mucho espacio para hacer estragos!

Y para quienes piensan que esto es solo un capricho de activistas que quieren proteger a los delfines, hay algo que tal vez no sepas: al menos 107 países han firmado el tratado hasta ahora. Sin embargo, esa firma no es suficiente; se requiere que 60 países lo ratifiquen para que entre en vigor. Por lo tanto, España se ha lanzado a la piscina mientras que otros países están aún decidiendo si meterse los dedos de los pies en el agua fría.

Un tratado con un potente trasfondo

A veces, la información sobre el tratado parece un laberinto de jerga técnica. Pero permíteme resumirlo: estamos hablando de 75 artículos que tienen como objetivo proteger ecosistemas marinos y asegurar un uso responsable de los recursos. Esto es un poco como decir que vamos a ponerle un GPS a nuestro amigo el pez para asegurarnos de que no se le ocurra nadar hacia la cocina de un restaurante de mariscos, ¿no crees?

Sara Aagesen mencionó que algunas competencias recaerán en España, particularmente las relacionadas con la alta mar que se extiende más allá de nuestras 200 millas de costa. Es como decir que España, en lugar de solo mirar para otro lado mientras el océano se convierte en un vertedero, ahora está tomando el timón y navegando hacia aguas más limpias.

Un océano en peligro: ¿cuáles son los desafíos?

Si te preguntas cómo hemos llegado a este punto, es una historia de décadas de sobreexplotación pesquera, contaminación y hasta de piratería. ¿Sabías que más del 90% de las poblaciones de peces grandes se han reducido drásticamente desde la década de 1950? Esta información es más alarmante que ver que tu serie favorita ha sido cancelada.

Lo curioso es que, a menudo, hablamos de la importancia de la biodiversidad en los ecosistemas terrestres, pero parece que los océanos son casi como el hermano menor que no recibe suficiente atención. Hay una frase que dice: «Los océanos son las tres cuartas partes del planeta que son de todas, pero no son de nadie.» ¡Bingo! Esa es la definición exacta de un espacio sin ley, el salvaje oeste, pero en el agua.

La voz de la experiencia: activistas y expertos

En la presentación de la ratificación, estuvo presente Eva Saldaña, la directora de Greenpeace, quien enfatizó cuán crucial es el papel de España en este proceso. Ella mencionó que esta es una oportunidad para que el país deje atrás la imagen de «marinero que ha vivido de espaldas al mar», un reflejo de la situación que enfrentamos muchas veces en la vida —Si no miras hacia adelante, te puedes chocar con algo, como un faro… o una roca.

El director de WWF, Juan Carlos del Olmo, también resaltó la importancia de la medida y la responsabilidad que representa para España, uno de los países pesqueros más importantes de la Unión Europea. ¿Quién quiere ser el «malo» en esta película? No creo que ninguno de nosotros lo desee, y, aun cuando las voces en el gobierno y en organizaciones no gubernamentales son fuertes, la verdadera pregunta es: ¿qué estamos haciendo nosotros, como ciudadanos?

¿Cómo podemos contribuir a la protección de los océanos?

Aquí viene la parte interesante: no tenemos que ser ministros ni activistas en Greenpeace para hacer la diferencia. Todos podemos aportar nuestro granito de arena, aunque realmente no sea arena, porque eso solo contamina, ¿verdad? Pero, ¿cómo lo hacemos?

Prácticas sostenibles en el día a día

Podemos comenzar por practicar hábitos sostenibles en nuestras propias vidas. Desde reducir el uso de plásticos hasta adoptar una dieta más basada en plantas, cada pequeño cambio cuenta. ¿Alguna vez has probado hacer un «desafío sin plástico»? Te prometo que intentar vivir una semana sin plástico es más como un reality show que una simple actividad de sostenibilidad. En algún momento, terminas tratando de convencer a la gente de que las hojas de lechuga son la nueva tendencia de moda.

Educarnos sobre la biodiversidad marina

Educarnos sobre la biodiversidad marina y los problemas que enfrentan nuestros océanos es otro paso importante. ¿Sabías que hay más de 230,000 especies marinas conocidas y se estima que hay millones más por descubrir? Imagina que cada uno de nosotros pudiera ser un «explorador de los océanos» en nuestra propia pequeña forma.

Participación en grupos comunitarios

Hay organizaciones y grupos comunitarios en muchas ciudades que trabajan incansablemente para proteger nuestros mares y costas. Unirse a uno de estos grupos puede ser una gran manera de aportar. Sin mencionar que puedes hacer nuevos amigos en el proceso y, quién sabe, tal vez incluso encuentres a alguien con quien compartir un amor por la biología marina (y por el café a las 8 de la mañana).

Presionar a los gobiernos y empresas

No olvides que también puedes presionar a tus representantes gubernamentales y empresas para que apoyen políticas que protejan nuestros océanos. Sé que es fácil caer en la trampa de pensar que “no importa lo que haga yo”. Pero, como en un partido de fútbol, cada posición cuenta y los goles son más eficaces si todos juegan en equipo. La comunicación es clave, y a veces, solo hace falta una carta o un equivocado tuit para hacer la diferencia.

La conferencia de los océanos de Niza: hacia el futuro

Todo esto culminará en la Conferencia de los Océanos en Niza prevista para junio de este año. Aquí es donde los signatarios y otros actores clave se unirán para discutir y posiblemente implementar medidas que acompañen el tratado. La presión está sobre la mesa. Algunos pueden ver esto como un evento aburrido más en la agenda de la ONU, pero esa perspectiva está lejos de la realidad. Este es un evento que tiene el potencial de cambiar vidas, ecosistemas y el rumbo de nuestras costas.

A medida que nos acercamos a Niza, queda claro que la ratificación de España es un paso significativo, pero también es un recordatorio de que el verdadero cambio vendrá con acción continua y compromiso. Es como okuparse en un nuevo trabajo: la primera semana es emocionante, pero si no sigues esforzándote, te quedarás atrapado en la mediocridad.

Reflexiones finales: ¿y ahora qué?

En conclusión, este momento es un recordatorio de que nuestras acciones cuentan. Cuando hablamos de proteger nuestros océanos, no son solo peces y delfines los que ponemos en juego; es el futuro de nuestro planeta. Mientras continúes con tu vida diaria, tómate un momento para pensar en la conexión que tenemos todos con el mar. Después de todo, cada ola que rompen en la orilla lleva consigo un poco de historia y la promesa de lo que está por venir.

Es una travesía larga, llena de altas y bajas, pero debemos mantener el rumbo. Con un país liderando como España y un tratado global que busca enmendar los errores del pasado, el futuro puede ser tan brillante como el sol reflejándose en el agua azul. Entonces, ¿qué estás esperando? ¡Sumérgete en la causa! ¡Haz que tu voz cuente!

¿Estás listo para ser parte del cambio?