En un país donde el clima puede ser tan impredecible como nuestras decisiones de compra de fin de semana, lo último que necesitamos son juegos políticos en medio de situaciones tan críticas como las que hemos vivido recientemente. La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha causado estragos en España, dejando a su paso destrucción, pérdidas y, lamentablemente, un gran revuelo político. En este artículo, nos adentraremos en los pormenores de la situación, las reacciones de los políticos involucrados y cómo estos eventos reflejan la altura política de nuestros líderes.
La DANA: Un evento devastador
El 29 de octubre de este año, España fue golpeada por una de las peores catástrofes naturales de las últimas décadas. La DANA desató lluvias torrenciales que dejaron más de 200 muertos y miles de damnificados, especialmente en la Comunidad Valenciana. ¿Cómo se siente uno cuando una tragedia de tal magnitud ocurre en su propio patio trasero? La angustia y la desesperación se mezclan con pensamientos como, «¿Qué hubiera pasado si las alertas se hubieran emitido a tiempo?»
Como alguien que ha vivido eventos climáticos extremos, puedo decir que hay algo profundamente perturbador en mirar por la ventana y ver cómo la furia de la naturaleza desata su poder. Estos momentos no solo fragilizan la infraestructura de comunidades enteras, sino también la confianza en aquellos que tienen la responsabilidad de proteger a los ciudadanos.
El papel de los políticos en tiempos de crisis
A raíz de la DANA, las figuras políticas han empezado a jugar un juego de culpas y responsabilidades. Cuca Gamarra, secretaria general del PP (Partido Popular), ha dejado claro que no permitirá que el PSOE y Compromís usen la tragedia a su favor. «No les va a salir gratis», dice, mientras se aferra a la bandera de la honestidad política. No puedo evitar reírme un poco al pensar en cómo estas palabras pueden sonar desde un teclado cálido y cómodo, mientras hay personas enfrentando la devastación en las calles.
Cuando la política se vuelve un escenario para el drama y el espectáculo, es difícil encontrar la empatía necesaria para gestionar crisis como la de la DANA. La pregunta es: ¿es este el momento de la rivalidad política o deberíamos ver un esfuerzo colectivo por el bien común?
La batalla electoral y los discursos enfrentados
Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, también se sumó al intercambio de dardos. Criticó a Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, alegando que no hay fondos suficientes para atender a las víctimas debido a su decisión de «quitar impuestos a los ricos». En ese momento, no pude evitar pensar en un dicho común en mi barrio: «No hay mal que por bien no venga», porque, al fin y al cabo, esto no solo es un juego político; hay vidas reales en juego.
Mazón, en respuesta, está pidiendo €25 millones para construir “200 viviendas públicas industrializadas” para los afectados. Pero, ¿realmente podemos comprar la reconciliación con promesas de reconstrucción? En medio de esta confusión, nos queda la increíble tarea de diferenciar entre el compromiso genuino y el mero postureo político.
La reestructuración de gobierno y la honestidad de Mazón
Carlos Mazón ha tomado decisiones difíciles en nombre de la «reconstrucción». Como alguien que ha estado en la posición de tener que asumir la responsabilidad de un equipo cuando las cosas van mal, puedo entender la presión que siente. Gamarra señala que, tras la DANA, Mazón ha mostrado una «altísima honestidad política» al vincular su futuro con la reconstrucción de las zonas dañadas. Es un término que, siendo totalmente honesto, suena casi poético, ¡pero es una carga pesada!
Por otro lado, también es importante señalar que el PSOE ha seguido una estrategia parecida a las que usaron en Madrid con Isabel Díaz Ayuso, lanzando críticas y preguntando donde estaba Mazón durante la tragedia. ¿Realmente es este el momento de hacer preguntas difíciles? Evidentemente, muchos piensan que sí.
La respuesta del Gobierno y la crítica de Feijóo
El presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, también ha expresado su respaldo a Mazón, enfatizando que, a pesar de las críticas, hay que reconocer la gestión de la crisis. Aunque a veces siento que los políticos viven en una realidad diferente, creo que lo que se necesita ahora es acción, no palabras.
Feijóo ha hecho hincapié en que los ciudadanos «castigarán» a quienes intentan sacar provecho político de la tragedia, mientras sugiere que el Gobierno no ha hecho lo suficiente para ayudar a las víctimas. Un momento para reflexionar: ¿realmente se puede considerar «triunfalismo» llegar a un acuerdo con partidos de extrema derecha en Europa, como ha acusado Feijóo?
La falta de empatía en tiempos de pérdida
Es abrumador pensar en cuántas tragedias hemos presenciado en los últimos años, y aún así, parece que la historia se repite. La crítica más fuerte fue hacia el Gobierno por su falta de empatía, especialmente considerando que los Reyes de España han hecho un esfuerzo notable en visitar las áreas afectadas. ¿Acaso es el papel de los gobernantes estar al servicio de sus ciudadanos solo cuando hay cámaras y micrófonos presentes?
Cada visita real a una zona afectada es esencial, pero la autenticidad del interés por el bienestar de los ciudadanos no puede depender únicamente de visitas fotogénicas.
Mirando hacia el futuro: reconstrucción y aprendizaje
Finalmente, lo que nos queda ahora es reconstruir. Los ciudadanos merecen respuestas, apoyo y un plan claro de cómo el Gobierno aceptará sus responsabilidades. En medio de tanta incertidumbre, también surge una oportunidad para crecer como sociedad.
La DANA ha dejado una marca indeleble en la memoria del país, una que no debe convertirse en un mero recuerdo de culpa política. En lugar de preguntar «¿Dónde estaban los políticos?» deberíamos preocuparnos más por cómo pueden mejorar las estructuras de respuesta a crisis en el futuro.
Para finalizar este recorrido por un tema tan complejo, me gustaría dejar una pregunta flotando en el aire: ¿realmente aprenderemos de esta tragedia o quedará como otra lección olvidada en la memoria colectiva? Mientras los políticos se enfocan en sus tiras y aflojas, los ciudadanos siguen esperando respuestas. Y, como es de esperar, la historia no terminará aquí; la DANA nos ha mostrado el camino, y sólo queda esperar que nuestros líderes tengan la altura política necesaria para guiarnos en la dirección correcta.