En el mundo de la política, como en un mal episodio de una telenovela, lo inesperado puede suceder cuando menos lo esperas. A menudo me encuentro pensando en lo que realmente ocurre detrás de las puertas de los despachos gubernamentales. Al final del día, los ciudadanos, nosotros, somos quienes tenemos que lidiar con las consecuencias de esas decisiones. Pero, ¿qué sucede cuando esas decisiones están teñidas de conflictos de intereses y opacidad? Recientemente, un oscuro episodio ha salido a la luz, ejemplificando la lucha entre el poder, la política y la ética en España.

Contratos a medida: un juego arriesgado

En un giro del destino digno de las mejores historias de misterio, el contrato de emergencia adjudicado a STV Gestión SL ha sido el centro de atención en la Generalitat Valenciana. Pero, como en toda buena historia, hay más de lo que parece. Este contrato fue otorgado a una empresa que, casualmente, fue la misma donde trabajó José Manuel Cuenca, el actual jefe de gabinete del president Carlos Mazón. ¿Coincidencia? De ser así, ¡me encantaría conocer al azaroso que lo decidió!

STV Gestión, una empresa con sede en Murcia, adquirió la adjudicación del servicio de mantenimiento de jardines y parques de la provincia de Alicante. Carlos Mazón, desde su puesto en la Diputación de Alicante, facilitó el camino, y todo parecía fluir mágicamente hacia la compañía donde Cuenca había estado trabajando hasta enero de 2023. No se necesita ser un detective privado para olfatear el aroma de un posible conflicto de intereses.

La cronología del favor

La historia comienza en 2021, cuando Mazón decide abrir las puertas de la provincia a STV Gestión SL. En ese entonces, la persona encargada de su departamento de Comunicación y Relaciones Institucionales, sí, ¡lo adivinaron! Era José Manuel Cuenca. El destino se torna caprichoso cuando tras la victoria de Mazón en las elecciones de 2023, Cuenca se encuentra en la cúspide del poder en el Palau de la Generalitat. ¿Suena a una novela, verdad? Pero no, es la realidad, y por mucho que intentemos mirar hacia otro lado, los hechos siguen ahí.

La adjudicación controvertida

STV Gestión y otra empresa compitieron en la licitación que finalmente concluyó a favor de la primera, a pesar de que quedó como segunda clasificada. La otra empresa fue excluida del proceso por no cumplir con los requisitos establecidos en la Ley de Contratos del Sector Público. ¡Vaya forma de deshacerse de la competencia! Y aunque podemos aplaudir a STV por mejorar su oferta con un recorte del 7.77% en los precios unitarios, la pregunta sigue en el aire: ¿realmente fue una mejora o una estrategia para disfrazar algo más oscuro?

Vínculos oscuros: ¿quién realmente está detrás de STV?

STV Gestión SL no es solo otra empresa de mantenimiento; su historia está entrelazada con la política de Murcia y Alicante. Según informes, un 12,47% de sus acciones están en manos de Bueno Martínez Patrimonio SL, cuya cabeza visible es una figura con conexiones al PP de Murcia. Sí, ese PP que ha tenido más escándalos que una serie de televisión de primetime. Estas redes de intereses nos indican que las decisiones a menudo están influenciadas por relaciones personales, en lugar de por el interés público.

La maraña de empresas

Pero eso no es todo. La UTE que logró el contrato incluye también a Foresma SA, una empresa que comparte raíces con Naves y Locales SL. En la danza de empresas y contratos, nos encontramos con figuras del pasado, como Luis Miñano San Valero, un empresario que ha navegó intrigantes aguas con el cártel del fuego. Los enredos son tantos que podría pensarse que estamos leyendo un guion de Hollywood.

Consecuencias en la ciudad de Alicante

Mientras todos estos trapos sucios se agitan en el aire, el Ayuntamiento de Alicante, bajo la dirección de Luis Barcala, también ha dado su visto bueno a STV Gestión para la limpieza de 63 colegios y 300 dependencias municipales. ¡39.7 millones de euros! Eso sí que es un buen trozo del pastel. A este paso, STV debería considerar abrir un restaurante llamado «Catering de contratos», donde servirían «especialidades» al mejor postor.

Batalla judicial

Las disputas no terminan ahí. STV Gestión, en un intento de mantener su fortuna, se encontró en una batalla legal tras adjudicarse el servicio de mantenimiento y conservación de zonas verdes. La anterior concesionaria, Geamur, no se lo tomó a la ligera y las cosas llegaron hasta los tribunales. Aunque se falló a favor de Geamur, el daño ya estaba hecho. La factura que deberá pagar el consistorio podría llegar a 1.7 millones de euros. En un país donde el dinero de los impuestos se utiliza como carnada, uno no puede evitar preguntarse: ¿dónde queda el sentido común?

El dilema moral

A medida que profundizamos en esta historia, uno comienza a preguntarse sobre la ética detrás de estas decisiones. ¿Cuánto están dispuestos a sacrificar los políticos en nombre de sus relaciones personales y el bienestar de la ciudadanía? La lucha por la transparencia en la gestión pública nunca ha sido más crucial. Por cierto, ¿te has preguntado alguna vez cómo serían nuestras vidas si el dinero público se gestionara con la misma transparencia que una cuenta de Instagram? Crearíamos una sociedad más justa e igualitaria, cepillando un poco el polvo que suele acumularse en los rincones oscuros del poder.

Un llamado a la acción

Así que aquí estamos, ante un nuevo escándalo que nos recuerda que la política puede ser tan juguetona como complicada. Este caso destaca la necesidad imperiosa de vigilancia y participación ciudadana. Hasta cuando el escándalo vuelve a golpear, es fundamental que nos mantengamos atentos. No podemos ceder nuestro poder a quienes parecen tratar nuestro país como su propio juego de Monopoly.

Reflexiones finales

Al final del día, el escándalo de contratación en la Generalitat Valenciana es un recordatorio de que todos somos responsables de mantener la ética en la gestión pública. Cada vez que una nueva historia sale a la luz, una pregunta resuena: ¿qué podemos hacer nosotros para prevenir que esto ocurra de nuevo? No todo está perdido. Mantenernos informados, participar en las decisiones locales, y compartir estas historias puede crear la presión necesaria para promover un cambio real.

Así que la próxima vez que escuches sobre un nuevo contrato público o una adjudicación, pregúntate: ¿quién está realmente ganando aquí? Porque, entre tanto juego de sombras y luces, el verdadero perdedor a menudo es el ciudadano de a pie, que confía en que su gobierno busca su bienestar y no el de sus amigos en las altas esferas.

Al final, si la política es un juego, es tiempo de leer las reglas y asegurarnos de que no estamos siendo las piezas sacrificadas en el tablero. La transparencia y la ética deben ser nuestras aliadas, porque, después de todo, somos nosotros, los ciudadanos, quienes pagamos la factura.