La monoparentalidad es una realidad en muchos hogares hoy en día. Tal vez tú o alguien que conoces haya crecido en un hogar monoparental. Personalmente, me acuerdo de la abuela de un amigo que decía que criar a un niño «era cosa de dos». Y aunque, en teoría, eso puede ser cierto, en la práctica es mucho más complicado. Un nuevo estudio ha revelado que existe un fenómeno conocido como el «privilegio de los dos padres», que sugiere que los niños criados por dos progenitores tienden a tener mejores resultados académicos que aquellos que crecen en hogares monoparentales. Pero, ¿qué implica realmente este privilegio y por qué es importante?
En este artículo, exploraremos cómo la estructura familiar afecta el rendimiento escolar y las implicaciones más amplias de este fenómeno. Vamos a desmenuzarlo todo con un poco de humor y una buena dosis de empatía, porque, seamos honestos, la vida no es un texto de psicología.
La realidad de la monoparentalidad en España
Hablemos de números. En España, aproximadamente el 81.4% de los hogares monoparentales son liderados por mujeres. Según la Asociación de Padres de Familia separados, esto puede dar lugar a una «gran inestabilidad económica». Y no me malinterpretes, estoy seguro de que algunas familias monoparentales logran salir a flote, pero la realidad es que para muchos, el día a día puede ser una lucha.
Imagina que, además de preocuparte por la educación de tu hijo, también tienes que lidiar con hipotecas y alquileres, y aún más cuando este pequeño ser humano quiere, no sé, hablar de dinosaurios a las 3 a.m. (¡gracias, Netflix!). Esta realidad, como bien subraya Juan Carlos López de la Asociación de Padres de Familia separados, es el resultado de la presión económica que enfrentan muchos padres solteros. La falta de complementariedad en la crianza puede ser desgastante, y eso podría estar afectando directamente el rendimiento escolar de estos niños.
Como anécdota personal, puedo recordar a mi vecina que, cría de tres hijos sola, organizaba su semana para asegurarse de estar disponible para sus hijos después del colegio. Pero, a menudo, al final del día, ya no tenía energía para ayudarles con la tarea. Varias veces la escuché decir: «¡El día tiene solo 24 horas!».
Privilegio de los dos padres: ¿un hecho constatado?
Los resultados de diversas pruebas académicas, como el informe PISA, sugieren que los estudiantes que viven con dos progenitores tienden a tener mejores calificaciones en matemáticas y lectura en comparación con aquellos que no. Por ejemplo, los niños criados en un hogar monoparental obtuvieron una puntuación 6.5 puntos inferior en matemáticas, y un 3.7 puntos inferior en lectura. Esto se traduce en que esos puntajes, sumados al contexto socioeconómico, pueden acabar transformándose en una limitación para su desarrollo futuro.
El impacto de la estructura familiar
Pero, ¿cuál es la razón detrás de esta discrepancia en las puntuaciones? Según el investigador del CSIC, Héctor Cebolla, hay múltiples factores en juego. La prestigiosa académica estadounidense Melissa Kearney publicó en 2023 un libro llamado «Two Parents Privilege» que generó bastante revuelo precisamente porque aborda cómo la desigualdad puede contribuir a un ciclo de pobreza y falta de oportunidades para los niños.
Los estudiantes que crecen sin uno de sus padres no solo enfrentan desventajas en el desarrollo cognitivo sino también en áreas emocionales y sociales. El control y la supervisión sobre el rendimiento académico tienden a ser menores en hogares monoparentales. Como dice Cebolla, “la vigilancia o el control sobre las exigencias académicas se reduce”. Esto se traduce en una menor presión sobre los deberes y, aunque ¡quizás eso suena atractivo para un niño!, puede llevar a problemas serios a largo plazo.
El contexto económico y social
¿Te has puesto a pensar en lo que implica vivir con un solo sueldo en lugar de dos? La tasa de riesgo de pobreza en hogares monoparentales es alarmante: 26.1% en comparación con un 13.8% en hogares biparentales. Eso es casi el doble. Esto significa que los hogares monoparentales no solo lidian con la carga emocional, sino también con el peso de una economía precaria. No es de extrañar que, en muchos casos, los niños tengan que renunciar a actividades extracurriculares, clases particulares o simples viajes de escuela.
Ahora bien, todo esto no significa que los padres solteros no sean capaces de criar a hijos exitosos. Hay muchos que lo hacen, y de hecho, Ainhoa, una madre soltera por elección, comparte su historia de cómo logró criar a su hijo al contar con ciertos privilegios, como un trabajo estable. A pesar de no poder permitirse lujos, como los viajes a EuroDisney, expresa su miedo por el futuro, especialmente cuando su hijo llegue a la secundaria. Su historia resalta que las estructuras y los apoyos económicos pueden variar mucho, incluso dentro del contexto de la monoparentalidad.
La figura de los abuelos en la crianza
Por otro lado, es interesante mencionar que también existen datos sobre el impacto de los abuelos en la educación de los niños. Los estudios sostienen que los estudiantes que viven con sus abuelos tienden a obtener resultados académicos inferiores. En este sentido, la presencia de los abuelos no necesariamente actúa como un recurso positivo, sino que puede añadir un nivel de tensión que se traduce en un impacto emocional negativo.
La vida, después de todo, se complica mucho más cuando las dinámicas familiares se alteran. Es fácil imaginar a un abuelo que se convierte en el «padre» o figura de autoridad, pero que quizás no tenga la energía o el entusiasmo de un padre joven.
Rompiendo estigmas y buscando soluciones
En el camino, muchas familias monoparentales enfrentan la estigmatización. Afortunadamente, las escuelas y la sociedad en general han avanzado un poco; hoy celebramos el Día de las Familias en lugar de un simple Día del Padre o de la Madre. Sin embargo, aún falta mucho por hacer en términos de apoyo y recursos específicos para estas familias, como descuentos en transporte público o becas para actividades escolares.
La educación no debería ser un lujo. Un niño es un niño, sin importar su estructura familiar. La pregunta obligada aquí es: ¿qué tipo de sociedad queremos construir? Si seguimos ignorando las necesidades de una gran parte de nuestra población, los resultados académicos y las oportunidades de esos niños se verán drásticamente afectadas.
Reflexiones finales
Al reflexionar sobre el privilegio de los dos padres, es importante seguir la conversación y no tratarla como una verdad absoluta. Ciertamente, crecer en un hogar biparental puede ofrecer ventajas, pero también hay muchas familias monoparentales que logran romper barreras y brindar a sus hijos una vida plena y llena de oportunidades. El camino es difícil y viene lleno de retos, pero la resiliencia de los padres y la adaptabilidad de los niños son testamentos de que, al final, importan más las oportunidades y el amor que una estructura familiar ideal.
¿Y tú qué opinas? ¿Es posible que todos los niños, independientemente de la situación familiar, tengan el mismo acceso a una educación de calidad? ¿Qué más deberíamos hacer como sociedad para apoyar a las familias en diferentes circunstancias? La respuesta puede no ser sencilla, pero el diálogo ya es un paso en la dirección correcta.