En el vibrante y a menudo complicado panorama político de España, pocas cosas son tan cautivadoras como lo que está sucediendo en Euskadi. Desde la audaz maniobra política del PNV para cerrar las puertas a EH Bildu, hasta el resurgimiento de esta última como un contendiente formidable en el ámbito electoral, el tablero político vasco ha sido todo menos predecible. ¿Realmente están abriendo una nueva era de negociación entre estas fuerzas que alguna vez fueron adversarias? Vamos a desmenuzar lo que ha estado ocurriendo, mientras nos reímos un poco y reflexionamos sobre lo que puede significar para el futuro.

Un giro inesperado: ¿El fin de la exclusión?

Recuerdo una vez, mientras charlaba con unos amigos en un bar de Donosti sobre parejas en crisis (la política vasca y las relaciones amorosas tienen más en común de lo que uno podría pensar), uno de ellos dijo: “A veces, necesitas dejar de lado el orgullo e ir por lo que realmente quieres”. Bueno, precisamente eso parece haber hecho el PNV, bajo la dirección de Andoni Ortuzar, al rechazar la oferta de negociación de EH Bildu para los Presupuestos del Gobierno vasco. Este movimiento provocó un sismo en la política regional.

En apenas 24 horas, los nacionalistas del PNV tomaron una decisión que claramente marcó un nuevo capítulo. ¿Se han dado cuenta de que al cerrar esta puerta, han abierto muchas otras? Desde el último debate sobre la soberanía hasta la posibilidad de alianzas inesperadas, todo se siente como una montaña rusa emocional para los partidos en juego.

La estrategia de EH Bildu: ¿Una copia al PNV?

Pensemos un momento en la famosa frase “si no puedes con tu enemigo, únete a él”, lo que lleva a una situación curiosa en la que EH Bildu, bajo su nuevo plan Zutunik, pareciera estar adoptando muchas de las estrategias del PNV. La ponencia, presentada como una «estrategia renovada», parece ser más una «peneuvización» que un verdadero cambio en la narrativa política.

Me recuerda a esos días de escuela cuando un compañero trae una idea brillante para un proyecto, y luego todos terminan copiando su trabajo. En este caso, el equipo de Otegi ha hecho un esfuerzo bien pensado por capitalizar sobre el terreno ganado por su rival nacionalista, aunque con un ligero giro. ¿Pero hasta qué punto puede ser efectivo este ‘robo de ideas’ sin que otros se den cuenta? Preguntas como estas flotan en el aire mientras la oposición observa y toma notas.

El cambio social en Euskadi: ¿es la independencia aún un objetivo?

Hablemos de un tema que nunca deja de generar debate: la independencia. En las recientes ponencias, tanto EH Bildu como el PNV han optado por dejar de lado este concepto. ¡Vaya sorpresa! Según el último Sociómetro, el 43% de la sociedad vasca muestra un rechazo hacia la independencia. Es un claro indicativo de que quizás, los votantes no estén tan convencidos de lo que en algún momento representaba un objetivo fundacional.

Esta evolución en la percepción social ha llevado a EH Bildu a adoptar un enfoque más conciliador, lo que contrasta con épocas pasadas donde el choque era la norma. Es un poco como cuando tus padres deciden establecer un nuevo tono de compañerismo tras años de rigidez. Se siente raro, pero a veces la serenidad es justo lo que se necesita.

Mikel Lezama y el PP: un movimiento estratégico

Si hay alguien que realmente ha jugado sus cartas bien en esta partida, ese es Mikel Lezama del PP de Guipúzcoa. Con un movimiento que dejó a algunos boquiabiertos, se adelantó y pactó los Presupuestos de 2025, evitando que la coalición abertzale de EH Bildu se apuntara una victoria. No sé ustedes, pero yo veo a Lezama como el héroe inesperado de nuestra historia, el tipo que aparece en medio de la batalla para recordar a todos que todavía hay estrategia en el juego.

Este tipo de maniobras nos recuerdan que en política, como en la vida, a veces debes anticiparte a los pasos de tu adversario. Pero aquí viene la pregunta: ¿estamos viendo un nuevo liderazgo en el PP, o simplemente un oportunismo momentáneo?

El avance en los servicios sociales como pilar fundamental

Mientras tanto, la agenda social se convierte en el nuevo campo de batalla para ambos partidos. Aunque por ahora han dejado de lado la llamada a la independencia, el impulso por políticas sociales se intensifica. EH Bildu y el PNV se están impulsando mutuamente a adoptar políticas que fortalezcan los servicios sociales, asegurando así que el bienestar de la comunidad permanezca en el centro de sus estrategias.

Recuerdo una vez que escuché a alguien decir: “Una sociedad bien cuidada, es una sociedad fuerte”. Y no podría estar más de acuerdo. En tiempos tan revueltos, a menudo olvidamos lo importante que es centrarse en las necesidades inmediatas de la gente. Mientras ambos partidos se enfocan en este aspecto, parece que están dispuestos a dejar el egocentrismo político a un lado, al menos temporalmente.

La amenaza de la re-centralización del Estado

Sin embargo, el panorama no es tan simple. Tanto EH Bildu como el PNV ha levantado la voz ante lo que denominan la amenaza de la «recentralización del Estado«. Esta es una preocupación válida, considerando que el Gobierno de Pedro Sánchez ha estado moviendo las piezas para establecer un estado “plurinacional”. De repente, todos vuelven a recordar la importancia del autogobierno.

Las tensiones pasan de las elecciones a los pasillos del Congreso, y los políticos se convierten en marginados en la mesa de negociaciones. ¡Ay de aquel que se atreva a cuestionar el poder de las comunidades!

Un acercamiento a la negociación

Hablando de negociaciones, no hay que subestimar la importancia de construir consensos internos. A menudo equivoco esto con el arte de negociar con mis compañeros de piso sobre quién se queda con la última porción de pizza, pero en la política esto también se traduce en alianzas estratégicas. La idea de que cualquier cambio político debe ser respaldado por el pueblo es algo que resuena no solo en el País Vasco, sino en toda España.

Las voces históricas de Batasuna como Arnaldo Otegi han enfatizado esta necesidad de consensos y diálogo, y en un mundo donde todos gritan por ser escuchados, esta es una llamada a la calma.

El futuro incierto: ¿hacia dónde vamos?

Ahora, reflexionando sobre esta compleja red de relaciones y estrategias, nos enfrentamos a una pregunta: ¿dónde nos llevarán todas estas maniobras? El mapa político de Euskadi está en continuo cambio, y aunque EH Bildu y el PNV se esfuerzan por encontrar su lugar, no podemos olvidar que en política, lo inesperado es lo único que parece seguro.

Cada movimiento será observado con atención por otros partidos, por la ciudadanía y, por supuesto, por los medios de comunicación. Esto significa que el espejo de la política vasca refleja tanto los logros como las preocupaciones y las tensiones que se viven en la sociedad.

Así que, mientras nos reímos, criticamos y analizamos como buenos vascos que somos, no olvidemos que es crucial mantenerse informado, involucrarse y, por supuesto, nunca perder el sentido del humor (y de la pizza) en el proceso.

Conclusión: Un viaje compartido hacia el futuro

En esta dinámica política, todos los actores tienen un papel que desempeñar y, aunque el futuro es incierto, la oportunidad de redefinir las relaciones políticas en Euskadi está al alcance de la mano. Es posible que nos encontremos ante el alba de un nuevo capítulo, uno que podría reescribir las reglas del juego en el País Vasco.

Unámonos a la conversación, y quizás, solo quizás, podamos discutir la política vasca con un poco más de humor y sabiduría. Al fin y al cabo, la política no es solo de números y cifras; también se trata de la gente, sus experiencias y su capacidad de soñar con un futuro mejor para todos.