Desde que tengo uso de razón, siempre he estado fascinado por los trenes. Recuerdo cuando era niño, sentado en la ventana del coche de mis padres, tratando de contar cuántos vagones pasaban por la vía. Sin embargo, aquí en Sevilla, a veces parece que la única vía que falta es la del metro, ¡y eso que llevamos hablándolo durante décadas! La noticia del inicio de las obras para la línea 3 ha reavivado las esperanzas y, a la vez, la impaciencia de muchos sevillanos, y me acompaña una mezcla de risa y lágrimas al intentar entender esta odisea tranviaria.
Así que, preparemos nuestros billetes (aunque aún no están a la venta), pongámonos cómodos, y abordemos este viaje a través de la historia del metro de Sevilla: desde sus orígenes hasta la reciente colocación de la primera piedra para la línea 3.
Un viaje al pasado: el origen del metro en Sevilla
Todo comenzó hace casi dos décadas. En el año 2000, se iniciaron los primeros pasos para construir una red de metro moderna en la ciudad. Ese antiguo proyecto, que alguna vez fue sólo una promesa en una reunión de sobremesa, tomó forma y se transformó en una emblemática realidad: el metro de Sevilla se inauguró por fin en 2009. ¿Adivinas cuántos kilómetros de metro había en aquel entonces? ¡Apenas 18! Es como si me dijeran que tras años de verlo en mi lista de deseos, solo tengo un, digamos, mini tren de juguete. Pero… ¡aquí está la parte divertida! Esos 18 kilómetros no solo prometían una mejora en la movilidad, sino también el inicio de un diálogo entre la ciudad y sus habitantes sobre sus necesidades de infraestructura.
Pero, ¿sabías que, ya en 2009, se hablaba de nuevas líneas de metro? Sí, esas conversaciones sobre las líneas 2, 3 y 4 eran como los anuncios de películas que nunca llegan a estrenarse. Al parecer, en Sevilla nos gusta hacer las cosas con calma (o, como decimos aquí, con un poquito de “suspense”).
El sueño de las líneas 2, 3 y 4: una espera interminable
Cuando me enteré por primera vez de la línea 3, pensé que era una broma. «¿Línea 3? ¡Aún están asfaltando el camino!” Pero este año, la espera ha terminado — de alguna manera. Con la colocación de la primera piedra del ramal técnico de la línea 3, se marcó un hito. Un hito que, se espera, traerá alivio a los atascos, las conectividades perdidas y, claro, las esperas eternas en los autobuses.
Se espera que el primer tramo entre el Prado de San Sebastián y el Hospital Valme esté en funcionamiento, ¡oh sorpresa!, para el año 2030. Habitualmente diríamos que “el tiempo no vuela”, pero en este caso parece que ha tomado un vuelo directo a la estratosfera. ¡21 años entre la inauguración de la línea 1 y la línea 3! Para ese entonces, mis hijos (si es que tengo alguno) podrían estar pidiendo múltiples aplicaciones de viajes en lugar de usar el metro.
Recuerda que, incluso en el metro de Madrid, que siempre se presenta como el hermano mayor, la historia fue diferente. Y es que, mientras en Sevilla estamos hablando de poner piestas en el suelo, Madrid consiguió tres líneas operativas en tan solo trece años. Si hubiera tenido que esperar 21 años por el tren de juguete durante la infancia, puede que aún estuviera en el mercado buscando uno que funcionara.
Comparaciones incómodas: ¿es Sevilla como Madrid o Bilbao?
Ah, la tentación de comparar. Tengo que admitir que lo hago constantemente con mis proyectos personales. Pero, como dicen, “no debemos mirar la hierba del vecino”. Eso incluye la comparación del metro de Sevilla con su primo mayor de Madrid, que ya tiene 13 líneas funcionando. Madrid comenzó con la línea 1 en 1919, y no me hace falta ser un matemático para ver cuántos trenes han pasado desde entonces.
En el lado opuesto del espectro, encontramos a Bilbao, que, aunque es más pequeña que Sevilla, ha desarrollado una red de metro más completa en un tiempo notable. Su primer tramo se inauguró en 1995 y, en solo siete años, ya tenían en marcha la línea 2. Mientras tanto, los sevillanos esperábamos la línea 3 como un niño espera el día de Navidad (o más bien, como espera ver si el reloj se mueve en los días de clases).
Pero no me malinterpretes, me encanta la paciencia de Sevilla. Sin embargo, a veces me pregunto si es porque somos maldosos con el tiempo o simplemente se nos ha olvidado cómo correr un tren. ¿Cómo sería tener un metro completamente operativo antes de que los críos que hoy están jugando ya estén pidiendo trabajo?
Mirando hacia arriba: el futuro del metro en Sevilla
Nuestro heroico metro en Sevilla finalmente está dando algunos pasos adelante. En el horizonte del año 2030, hay grandes expectativas. La pregunta es: ¿será finalmente este el año en que las líneas 2, 3 y 4 no solo se conviertan en una carpeta de archivo en el Ayuntamiento, sino que se vuelvan una realidad que podamos utilizar?
Y mientras tanto, el metro de Oporto (ese buen amigo portugués) se ríe de nosotros. Inaugurado en 2002, sus seis líneas ya están operativas. En el horizonte, también auguran el 2030, cuando su red se expandirá con 40 kilómetros y 38 nuevas estaciones. ¿Por qué no aprovechar una buena oportunidad para aprender de ellos? ¡Tal vez deberíamos organizarnos con nuestros almuerzos de comparecencia y llevarles una buena tapa de jamón para intercambiar ideas!
Conclusiones y lecciones aprendidas
A medida que nos acercamos a este posible punto de inflexión en la historia del metro, debemos reflexionar. La paciencia puede ser una virtud, pero la inacción puede ser un pecado. Y no se necesita ser un experto en transporte para darse cuenta de que Sevilla, si quiere tener un futuro del metro similar al de Oporto o Bilbao, necesita más agilidad y menos burocracia.
Así que, ¿cuánto tiempo más estaré utilizando mi bicicleta para moverme por la ciudad? (¡Que no se te olvide protegerte con el casco!). Bueno, espero que el tiempo de espera valga la pena y, finalmente, el metro de Sevilla entre en su época dorada.
Mientras tanto, aquí sigo, soñando con subir a un tren que no me lleve al centro comercial, sino al futuro de una comunidad que finalmente se moverá con la misma agilidad que sus conejos en los campos de la ciudad. ¿Qué opinan ustedes? ¿Estamos listos para abordar el metro o tenemos que poner nuestras esperanzas en un tramo de autobuses por un par de años más?
Espero que esa primera piedra sea solo el comienzo de una travesía que muchos estamos esperando: y que, con suerte, podremos disfrutar en menos de 21 años. ¡Dame un billete ya!